Golpe de suerte.

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La luz incandescente del sol entraba por el ventanal de la terraza, reflejando la luz en cada una de las blancas paredes de la habitación, mis ojos se despegaron uno tras otro, pesarosos, mi boca estaba seca... era extraño no había tomado lo suficiente que yo recuerde como para tener resaca...

Si yo me siento así no quiero saber mi pobre amiga como amanecerá... Tomé el teléfono, para ordenar unas naranjadas minerales y vasos de agua.

Tomé mi iPad del buró, había continuado mi novela la noche anterior, ya que no tenía nada de sueño. De vez en cuando Aarón pasaba por mi cabeza de distintas maneras, la mayoría de ellas sin playera, y con jeans desabotonados... Creo esto comienza a ser más difícil de lo que pensaba...

Tocaron a la puerta y me levanté al instante esperando sentir el frescor del jugo ligeramente gasificado en mi boca.

La camarera entró dejando la charola en la pequeña mesa circular que estaba en una de las esquinas de la habitación. Mi sorpresa fue inminente al ver que había traído mucho más de lo que yo le había pedido.

¿Flores y el desayuno? ¿que era esto? ¿una novela? Mis ojos pasearon por sus cuencas por mi incredulidad, algo tramaban.

-Cortesía de los señores-dijo y se retiro sin dejarme hablar la chica...

Eran las once de la mañana, ya habíamos perdido el desayuno de nuestro paquete "todo incluida", pero ellos se habían encargado de que comiéramos, bueno no estaba tan mal y olía delicioso, era eso o tenía demasiada hambre, levante la tapa de mi desayuno y la boca se me hizo agua, huevos con tocino y chilaquiles ¡gracias al cielo!.

Mi estómago respondió con un rugido al verlo y comencé a consentirlo estaban tan bueno como se prometían, un ronquido de Arleth me hizo desviar mi atención y decidí despertarle antes de que su desayuno se enfriara.

-¿Que es estoooo? Me emborracharé seguido si así me consentirás.

-Pues no fui yo.-le dije en un alza de cejas y ella hizo lo mismo boquiabierta.

-Ya lo note, y creó que ese era mi desayuno. Para una hermosa mujer, Alex esperamos verlas en la piscina esta tarde. Atte. Dos hombres flechados. -Leía una nota que yo no había visto sobre su plato con algo más que emoción.

-Eso es muy ñoño-me burle

-Lo enamoraste, ves hasta tu tienes lo tuyo...

-Ha-ha no pues gracias por el halago, amiga.

-Estos huevos están buenísimos-soltó con su boca llena de comida.

-Pues terminarlos, quiero ir a la playa antes de que cambien la bandera de nuevo.

-Señora entendido señora, -fingió voz de soldado y lleno su boca con su omelette.


**

La arena en mis pies se adhería en mi piel reconfortando y suavizando a cada paso. La sensación extenuaba cada poro de mi dermis y el mar golpeaba mis piernas empujándome con presión. Que mejores sensaciones que las de la naturaleza, el aire, el sol, la paz ,el relajarse ante tales majestuosidades, es como morir en paz por unos instantes y poder seguir sintiendo.

Me hundí en pensamientos de mi vida, al entrar bajo el inquieto mar tratando de nadar contra las olas.

Mis memorias de la noche anterior se presentaron causándole una ligera sonrisa haciéndome probar el salado sabor a mar. Un beso ardiente recobro vida en mi mente con Aarón como remitente. Que hombre Dios...

AcertadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora