Agustina abrió los ojos y los volvió a cerrar para acomodarse nuevamente en la cama. Pero notó algo raro. Abrió los ojos otra vez y notó que no se encontraba en su cama. Se sentó de golpe y tocó las sabanas que la cubrían. Tenía la ropa de anoche. Comenzó a observar toda la extraña habitación en donde se encontraba y comenzó a alarmarse. Miró hacia su izquierda y vió a un hombre durmiendo a su lado, o más bien, la espalda desnuda de un hombre, y reconoció a aquel chico. Era Boyé, y por eso mismo abrió los ojos como platos. Lanzó un grito desesperado haciendo que Lucas se despierte asustado y aturdido. Miró a su derecha y se encontró con Agustina sentada, con cara asustada. Le causó algo de ternura y gracia, pero el susto lo mal humoró.
-¿Sos enferma? ¿cómo vas a gritar así mientras estoy durmiendo? ¿querés que me agarre un paro?- le dijo cada vez elevando más la voz. Agustina no sabía que hacer, asi que salió de la cama y se quedó parada bajo la atenta mirada de Lucas.
-¿En dónde estoy?- preguntó sin salir del susto.
-En mi casa.- le dijo agarrando la almohada y acomodándola.
-¿Qué pasó?- cuestionó.
-No te violé eh, quedate tranquila.- le dijo obvio, una vez acomodado nuevamente para seguir durmiendo. -Tenías un pedo de la concha de la lora y me obligaron a traerte. Nada más.- explicó y cerró los ojos para consiliar el sueño otra vez. Agustina seguía perpleja. Lo único que quería era no haber hecho algun tipo de ridiculez anoche.
-Me voy.- le dijo sin más. Boyé abrió los ojos.
-¿A dónde?- le preguntó desde la cama.
-A mi casa.- le contestó histerica.
-¿Querés que te lleve?- le preguntó. Agustina sintió odio. ¿Ahora se hacía el buenito?
-No.
-¿Dónde vivis?
-En Saavedra.
-Uf, te tenés que tomar un subte y un tren.
-No importa.- le respondió aún más histerica. Se dirijió a la puerta pero se dió cuenta de algo. Tenía ropa como para que la violen cincuenta veces en el camino. Todo el abdomen al aire. Se giró y encontró a su derecha un buzo de River, y no dudó en agarrarlo, mientras que Lucas la miraba atentamente.
-¿Me lo prestas?- le preguntó mirandolo suplicante.
-Sí.- le respondió el asintiendo con la cabeza y una mini sonrisa.
Agustina se puso el buzo y le quedaba bastante grande, llegaba un poco más arriba de la rodilla. Pero no importaba, la tapaba bastante. Aunque lucía algo rara, un buzo de River gigante, una calza negra y unos zapatos de plataforma, pero era eso o nada.
-Después te lo devuelvo.- le dijo y salió del departamento.
Para Lucas estaba hermosa. El solo hecho de pensar en que ella tenía puesto su buzo le generaban cosas por dentro, cosas raras. La iría a buscar y la llevaría a su casa, pero probablemente se resistiría y se pondría el triple de histérica de lo que ya estaba, asi que optó por darse media vuelta y seguir durmiendo, ya que tenía el día libre.
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Quiero intoxicarme en vos. - Lucas Boyé (cancelada)
De TodoEl solo hecho de tener que verse casi todos los días en la cancha era enervante para los dos, pero... ¿la atracción será más fuerte que aquel odio que se sienten?