Cuando salieron del pozo vieron que casi todo estaba cubierto por nieve, ya estaba llegado el invierno, todo parecía estar cubierto, por una manta blanca, Sesshomaru levanto a Kagome con sus brazos y se dirigieron hacia donde se encontraba Rin y Jaken, al llegar hay
- ¡Amo bonitooo! - Grito Jaken, iba corriendo hacia donde se encontraban ellos, parecía asustado, y traía cara de malas noticias, - Amo bonito, Rin enfermo gravemente.
- Que fue lo que sucedió Jaken.- pregunto Kagome
- Pues resulta que nos atacaron unos moustro estraños que mas bien parecian espiritus, logre matar a todos, justo después, Rin se enfermo.- dijo Jaken son suma Rapidez.
Sesshomaru, abrió los ojos como platos, y corrió hacia donde se encontraba Rin, lo mismo hizo Kagome, el había levantado a Rin, Kagome la toco, estaba muy caliente.
- Tiene fiebre, pero, no creo que solo sea eso, su aura se esta oscureciendo, uno de eso espíritus se metió en su cuerpo, hay que llevarla a una aldea, aquí podría morir por fiebre o por congelamiento.
- Y no puedes expulsar a ese espíritu de su cuerpo, se supone que eres la sacerdotisa más fuerte - dijo Sesshomaru, con suma agresividad en su voz
- Sesshomaru... claro que podría hacerlo, si el demonio no se hubiera fusionado con las almas de Rin, si no expulso con cuidado a ese ser maligno, Rin podría morir.
- Esta bien, pero yo no puedo ir a las aldeas- dijo Sesshomaru
- Yo la llevare - afirmo ella tomando a Rin entre los brazos. Pero entonces alguien hablo detrás de ella.
- No, no lo harás - Todos voltearon a ver a la intrusa y al verla se llevaron una gran sorpresa.
- Anciana Hitomi, ¿que hace usted aquí?
- Paseaba, yo la llevare a mi templo, tu Kagome, tienes que hacer tu última meditación antes que todas las aguas se terminen por congelar.
- Pero...
- Nada de peros, yo la cuidare bien, y no importa si la empiezas a exorcizar ahora o no temo que ella no despertara hasta que el invierno termine.
- Dime humana, ¿como fue que llegaste aquí? - pregunto Sesshomaru ceñudo, pero fue Kagome quien contesto.
- Por tele transportación
- ¿Tele transportación? Amo bonito es eso posible. - Pregunto Jaken con los ojos saltones, temblando por el frío mirando a su amo, mas este no le contesto, y siguió viendo a Hitomi, con sus ojos fríos y penetrantes
- Tranquilo Sesshomaru, Rin estará bien pero si gustas puedes ir con ella, yo tengo que buscar una cascada - dijo Kagome, digiriéndose hacia Rin quien aun sostenía su ropa y la tomo - Anciana Hitomi, tenga - le dio el suéter y Kimono que había comprado para Rin.- Creo que le servirán, ah por cierto Jaken, toma - y le entrego otro suéter, - te ayudara con el frío, ya veras.
- Ahí muchas gracias - dijo con los ojos humedecidos, nadie nunca antes le había regalado algo en su vida.
- Anciana también cree poder llevarse a Jaken con usted.- pregunto Kagome a la anciana quien le respondió con una gran sonrisa
- Hay por supuesto, si tiene el tamaño de un niño y que dices Sesshomaru, ¿vienes con nosotros?
- No sacerdotisa me quedo, no sea que alguien ataque a esta humana
- Bueno, adiós, nos vemos Kagome hasta la primavera, vayan a recoger a Rin y a Jaken.
- Creo que incluso iremos, un poco antes - se despidió Kagome con una sonrisa en los labios, aunque por dentro el estomago se había sobrecogido.
- Muy bien vamos, creo que iremos a una cascada que me trae muchos recuerdos. - dijo ella melancólicamente
- Oye sacerdotisa, tú también te puedes tele transportar.- dijo Sesshomaru, con un brillo malicioso en los ojos, Kagome se empezó a reír y asistió.
- ¿Quieres que te lleve?- pregunto, maliciosa y coquetamente Kagome, mirando a su interlocutor, con ojos brillantes.
- Claro... que no - dijo y empezó a andar, en dirección contraria.
- Adonde vas, la cascada esta por acá. - dijo, ella riéndose.
Sesshomaru la miro fríamente no le gustaba que se burlaran de el y menos una humana, aunque en sus adentros estuvo a punto de reírse. Tomo a Kagome por la cintura y ambos se elevaron hacia el cielo con dirección a la cascada, donde meses atrás había estado Kikyo, en un transe a causa del veneno que le inyecto Naraku en el monte de las animas. Al llegar a esa cascada la melancolía se apodero de los ojos de Kagome, dio un suspiro, y metió entre los arbustos que estaban cubiertos de nieve, el agua caía uniformemente, aun no se había congelado pero faltaba poco. Salio con el nuevo kimono blanco, que le estaba echo de seda y era muy ligero lo que hizo que el frío provocara que se le pusiera la piel chinita y le diera un poco de escalofríos, se dirigió lentamente al agua y se quito los zapatos, y se adentro en ella, estaba helada, se coloco bajo la casada, y cruzo las piernas, he inmediatamente se puso en un transe de meditación, no oía sentía ni veía nada, estaba totalmente vulnerable ante cualquier ataque. Sesshomaru no le había quitado los ojos de encima a Kagome preguntándose que la hacia tan especial para que fuera la única persona capaz de matar a Naraku, entonces colmillo sagrado palpito.
Pasaron algunas horas, Sesshomaru se encontraba recostado contra un árbol con los ojos cerrados, ya había anochecido y Kagome, seguía en el mismo sitio, se paro y se acerco a ella, el agua se había vuelto mas fría aun ya algunos pedazos de hielo comenzaban a caer, observo su cuerpo se veía a través del kimono blanco de seda, su pequeña cintura y sus anchas caderas, el cabello negro azabache le caía pesadamente sobre la espalda a causa de la presión del agua y al obsérvale, se topo con sus pechos definidos (estos, al igual que la demás parte de sus cuerpo se transparentaban a través del kimono.) Sus pezones eran rosados, al igual que su areola y estaban erectos, a causa del frió. Sesshomaru se puso rojo y volteo a ver a otro lado, se acaba de sentir atraído y eso no podía se no debía ser, de repente un ataque súbito, lo esquivó, miro de donde había provenido el ataque
Un niño albino con el cabello color lila le sonreía maliciosamente y no iba solo justo detrás de el estaba Kohaku.
- Por fin la encontré - dijo Hakudoshi mirando a la sacerdotisa, que se encontraba sumida en una profunda meditación, se dirigió rápidamente hacia ella, pero Sesshomaru le corto el paso, y lo miro fríamente desafiándolo
- No te atrevas a tocarla, o te arrepentirás. - expreso Sesshomaru, en ese instante colmillo sagrado comenzó a palpitar mas fuertemente, pero la transformación se detuvo, su amo aun no aceptaba que al igual que su padre y su medio hermano, el también apreciaba a los humanos.
Comenzaron a pelear, Hakudoshi se movía rápidamente, al igual que Sesshomaru, comenzó un gran batalla, ambos estaban a la par, ninguno cedía cada vez que uno lanzaba un ataque el otro lo esquivaba, era sorprendente, Kohaku miraba la pelea con los ojos abiertos, y se encontró con el rostro de Kagome.
- De verdad ella es la única que puede derrotarlo.- Pensó Kohaku, mirando el rostro dulce de Kagome.
Como Sesshomaru y Hakudoshi estaban a la par, Hakudoshi silbo, y al instante apareció Entei, el caballo devora hombres, subió en el lomo de este y se dirigió rápidamente hacia Kagome, pero entonces alguien más se le cruzo en el camino dejando atónitos a Sesshomaru y a Hakudoshi.