Un zumbido llego hasta las orejas de Inuyasha, una flecha sagrada, golpeo a colmillo de acero, anulando la transformación y el poder de este. Inuyasha miro sorprendido este echo dirigió los ojos hacia donde había provenido el ataque, sus ojos se salieron de sus orbitas- Imposible, no, no es posible- Inuyasha estaba pasmado, ahí a su lado izquierdo, a unos 300 metros de distancia, estaba Kagome, distinta, pero era ella.
- ¡Inuyasha!- gritaron los amigos de Inuyasha, que llagaban montado en Kirara y al ver que este estaba congelado, con la mirada perdida, dirigieron su atención hacia el punto en el que Inuyasha estaba viendo.
El primero en reaccionar ante esa imagen fue shippo quien con lagrimas en los ojos, salio despedido, de la comodidad de los brazos de Sango.
- ¡Kagome!- grito el pequeño zorro, como un niño que acaba de ver a su mama después muchos años de ausencia. Kagome no había esperado ere recibimiento, pero esbozo una sonrisa llena de ternura y amor hacia su pequeño amigo. Estiro los brazos y Shippo se lanzo hacia ellos refugiándose en sus brazos con grandes sollozos. - Kagome, pensé que estaba muerta, te extrañe mucho.
Kagome solo se limito a sonreírle y abrazarlo, dulcemente ella tambien lo habia extrañado y mucho. Sango y Miroku tenían lágrimas en los ojos, pero Sango, tenia la vista puesta en un niño situado atrás de Kagome.
Kohaku, ardía en deseos de ir y abrazar a su hermana, pero tenia dudas si debía o no hacerlo.
- Hermana.- murmuro
- Kohaku - dijo Sango al igual que su hermano tenia deseos que abrazarlo, pero algo la detenía una inseguridad.
- Kohaku, creo que deberías de ir a saludar a tu hermana no crees - le dijo Kagome mirándolo con una gran dulzura en los ojos. Este apenas escucho esas palabras, corrió, a todo lo que le daba las piernas.
- ¡Hermana!
- ¡Kohaku!- sango también había corrido a su encuentro. Miroku, estaba feliz, por todo el encuentro, pero Kikyo no, tenía pavor, miedo de ver que su querido Inuyasha corriera abrazarla así que se situó a lado de Inuyasha mirando fijamente a Kagome. Esta sintió su mirada y se acerco llevando aun a Shippo entre sus brazos, pero en vez de acercarse hablarle a Inuyasha y abrazarlo, como abría echo en otras ocasiones su atención se concentro en Sesshomaru. Se acerco a el y lo examino, jamás lo había visto dormir se veia tan bello, le acaricio el rostro, después miro a un lado donde se encontraba Jaken mal herido, había defendido a su amo hasta el cansancio.
- Oh Jaken - dijo ella y soltó a Shippo, este se subió en sus espalda Kagome tomo a Jaken entre los brazos como a un bebe. - Rin donde estas- escondida detrás de los arbustos estaba Rin y al escuchar la voz de Kagome salio de su escondite.- Ah ahí estas, dime crees que puedas llevar a Sesshomaru y a Jaken enAh-Un.
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- Claro señorita Kagome, pero no creo que el pueda con dos cuepos inertes,
- si tienes razón - Kagome coloco una de sus manos en el pecho de Jaken y expandió una energía sanadora este abrió los ojos lentamente y al encontrarse con la cara de Kagome, se asusto
- Ay mamacita- salto y oculto detrás de Rin, y después fijándose bien en Kagome, dio un suspiro - Ah eres tu, no te reconocí, ¡ah! Ese tonto de Inuyasha todavía sigue aquí.
- Jaken, Sesshomaru todavía no despierta, llévense a Sesshomaru a la guarida de Totosai, el sabrá explicarnos que sucede yo y Kohaku tardaremos un poco, creo que hay muchas cosas que tengo que explicar.- dijo mirando a sus amigos.
- mmm no creo que eso le agrade a mi amo Sesshomaru an absoluto- dijo Jaken mientras se montaba en Ah- Un
Jaken y Rin se fueron con Sesshomaru, hacia donde se les había hincado, Inuyasha había permanecido inmóvil, mirando fijamente a Kagome desde el principio