Lo que a todos nos pasa.

Las relaciones a (maldita) distancia.

Banda sonora del momento: Hello, Goodbye - The Beatles; Under cover of darkness - The Strokes; Dare4Distance - NeverShoutNever; Bigcitydreams - NeverShoutNever; Coffee and cigarettes - NeverShoutNever; Cheatercheaterbestfriendeater - NeverShoutNever; Lovesick - NeverShoutNever; First dance - NeverShoutNever; Can't stand it - NeverShoutNever;

La distancia es una puta basura.

Qué me vais a contar, si sufro a diario en una constante relación a distancia con mi nevera... Tan lejos, pero tan cerca...

Bromas a parte, suelo toparme muy a menudo con  las relaciones a distancia entre esos consejos que me piden. Y es gracioso porque algo de tal magnitud debería ser algo a destacar, pero constamente, le restan importancia, como si los kilómetros que te separan del contacto físico de tu susodicho o susodicha fuesen lo de menos.

Este gremio de (des)afortunados creo que sin duda, somos los más pacientes en cuestión de relaciones amorosas. Y me incluyo, sí, porque no hacerlo, porque en este preciso momento mantengo una relación con seiscientos kilómetros de separación entre él y yo (quinientos cuarenta y ocho, si nos ponemos puntillosos). El hecho, es que, excluyéndome, admiro a aquellos que se arriesgaron en invertir en una relación a distancia aún conociendo las consecuencias de que su tiempo libre se consume en medios de comunicación con su pareja y el contacto físico, como los besos, abrazos, el sexo y las carantoñas, se dan esporádicamente. Pero seguimos hacia adelante, sin plantearnos los motivos lógicos del PORQUÉ. No, nosotros nos preguntamos el PORQUÉ NO.

Voy a ser realista, el 99,9% de las relaciones a distancia fallan. Y ahí es cuando nos preguntamos el porqué (pobres inocentes, nos lanzamos al agua sin saber nadar y luego nos quejamos si nos ahogamos). Os diré una gran realidad: no hay un por qué. Dependiendo del lazo que te ate a la persona amada, la intensidad de los sentimientos, los celos, el miedo y cuán equilibrada sea dicha relación, podemos seguir a flote o hundirnos en aguas profundas.

Creo que existen dos grandes tipos de relaciones a distancia a destacar y dos finales posibles para estos y os los expondré con dos historias que como siempre me han facilitado dos maravillosas personas: Los que empiezan en una relación a distancia y los que acaban cayendo en una relación a distancia. De estos dos primeros tipos prefiero hacer capítulo especial.

Y luego están los dos finales alternativos a esta relación a distancia en cuestión: el final triste y el "happy ending" de película.

Trevi conoció a su novia por un grupo de whatsapp y una bonita noche de enero supo que estaba hecha para ella. Empezaron a hablar por privado y su vínculo con la escritura dio pie a conversaciones diarias en las que ambas empezaron a sentir algo por la otra. Hacían Skype a diario y en una de sesiones de skypeo tardío, Trevi le confesó que sentía por ella. Y como no, era recíproco. Pero ambas sentían un terror inmenso por la distancia. 
A Trevi la distancia no le suponía un problema y otorgó a su chica la confianza suficiente como para dar pie a una relación a distancia un ocho de febrero.
 Pero como toda relación a distancia con final triste, terminó un mes después con ambas partes distanciadas, llamadas en las borracheras, melancolía, rabia y con una sensación agridulce entre rencor y añoranza.

Elena, por el contrario, era una chica tímida con un pasado solitario e introvertida. Durante mucho tiempo, mantuvo cortas relaciones en las cuales no llegó a sentir un verdadero amor. Un día conoció a una chica en una aplicación de emparejamiento (sí, al parecer funcionan) y se enamoró a primera vista. Ella le pidió el whatsapp a Elena y en seguida comenzaron a coquetar y en su primer Skype ambas sintieron el flechazo. Tras ello, la chica en cuestión le otorgó su confianza a Elena y le contó cosas muy personales, lo que hizo que la relación como tal se afianzase. Más tarde, le pidió salir y Elena aceptó. Han superado la barrera de la distancia y seis meses y medio y varias visitas, siguen juntas y todo va a como la seda. Lo que yo llamo happy ending.

Pero, ¿qué define que una relación a distancia pueda durar má o menos? ¿La intensidad de los sentimientos? ¿Mayor o menor distancia? ¿implicación emocional por ambas partes?

Todas estas cosas son fundamentales, pero creo que hay un factores  clave que puede ayudar o empeorar una relación a distancia:

- Crear una rutina de pareja: Si mantienes una relación a distancia, es fundamental mantener una rutina y una lista de cosas que hagáis juntos/as aunque hayan kilómetros de por medio. Ver una película al mismo tiempo, hacer al mismo tiempo las labores de la casa, estudiar o una afición que compartáis ayuda a que os sintáis cercanos y cómodos. Irónicamente la falta de contacto físico es la excusa que suele utilizarse para acabar con una relación a distancia, pero, amigos míos, Skype, Whatsapp y el teléfono nos ha facilitado mucho eso. Podemos dormir, comer, seguir nuestra vida e incluso, mantener el conocido "sexo telefónico" mediante estos medios para compensar esa falta.

-Confianza absoluta: Sí, ya sé que la confianza es la base de cualquier relación, pero cuando se trata de una relación a distancia, más. Y es que nuestra mente empieza a desvariar, creando todo tipo de situaciones creativas en las que nuestra pareja puede tener uno, dos o diez amantes a la vez mientras está con nosotros. Y si hacemos caso de ellas, acabaremos en un bucle infinito de sufrimiento paranoico. Seamos sinceros, nuestra pareja por muy sex simbol que pueda ser, ha decidido estar con nosotros, si no, no lo estaría. Tendemos a idealizarlo por el simple hecho de que es "nuestro" y que la distancia nos impide marcar territorio como animales que somos. Siento desilusionaros, pero si vuestra pareja os quiere engañar, tarde o temprano os enteraréis, las mentiras tienen patas cortas. Pero si insistís en las paranoias, induciréis a vuestra pareja a que finalmente sea infiel.

-Mantener la independencia emocional: Podemos estar tremendamente enamorados de alguien y mantener nuestra independencia y nuestra forma de ser sin dejar de querer a esa persona. A diario conozco personas que no son capaces de compaginar ambas cosas. Personas con mucho caracter y muy estables emocionalmente y que cuando se enamoran se convierten en "amas de casa" en un sentido despectivo. Una ama de casa es alguien que vive por y para su pareja, sin centrarse en uno mismo y sin pensar que hay más vida a parte de esa relación. Pareja es compañero de vida, no centro de vida, no confundir términos. Si por estar en una relación a distancia, vas a dedicar todo tu tiempo en hablar con tu pareja, pensar en tu pareja y hablar de tu pareja, tu vida dejará de tener un sentido y puede que incluso la relación se deteriore. Es importante tener tu espacio y tu independencia por un lado y tu relación de pareja por otro.

-No es mío/a, decide estar conmigo:  Creo que es importante saber que una persona no es nuestra, por mucho que esté saliendo con nosotros. Ha elegido mantener una relación y por ello, sigue mereciendo un respeto y una consideración como persona. Nada de "es mío/a, no puede estar con nadie más". Si tiene amigos/amigas y quiere salir con ellos, tú no eres quien para prohibirselo. No es de tu propiedad, es un ser humano que mantiene un vínculo contigo. Al igual que a un amigo no puedes prohibirle tener otros amigos a parte de ti, a una pareja viene a ser lo mismo, por mucho que tengas sospechas y seas el nuevo Sherlock Holmes del siglo XXI.

En las relaciones a distancia perdemos la perspectiva de la realidad. Tendemos a idealizar, emparanoiarnos y sobretodo intensificar todo mucho más que en una relación cualquiera. Pero tiene sus cosas buenas y debemos verlas.

"La distancia es solo una palabra. El amor no. Fíjate en el diccionario, el amor siempre va antes que la distancia. Si no eres capaz de soportarla, no te pongas excusas. No hay amor suficiente. Cuando lo hay, se puede."