Justo esa noche, los niños se sentían rebeldes. Con ganas de hacer alguna locura, quizás robar a todos los mercaderes y huir de las porras de los guardas de Londres no era demasiado para ellos. El pequeño James acarició la dulce hierba en la que estaba sentado, mientras suspiraba, aburrido.
-¿Peter?- preguntó, mientras miraba a su amigo. El joven solo asintió la cabeza, indicándole que le había escuchado.
-Crees que hoy... ¿Podríamos ir a los parques de Kensington?- preguntó, mientras se levantaba del verde prado. Peter volvió su cabeza para mirar a su amigo a los ojos, y después negó con la cabeza.
-Lo siento Jimmy, pero ya te he dicho que ir allí es muy peligroso, dicen que ese lugar esta encantado- replicó mientras usaba el nombre de Jimmy, en vede usar su nombre real. Era un apodo que le había regalado.
James solo frunció el ceño, mientra rodaba los ojos.
-Eso lo has estado diciendo desde hace días, y sé que es mentira. Tienes miedo. Tienes miedo de que nos pillen, ¿verdad?- acusó su amigo, mientras se reía por lo bajo.
El pequeño Peter también soltó una carcajada, mientra una pequeña y traviesa sonrisa aparecía en su rostro.
-Esta bien Jimmy, para probarte que yo no tengo miedo a nada, te reto a esto... El que más aguante dentro de los Parques de Kensington esta noche, será el líder, para siempre...- ofreció el muchacho, mientras se cruzaba de brazos, esperando ver la reacción de su amigo.
James asintió, aceptando la tontería de reto que su amigo había propuesto. Y así empezaron su viaje hacia los parques de Kensington, sin pausa pero sin prisa.
Estuvieron unas cuantas horas andando, pues estaban muy lejos de su destino, pero al llegar, sus caras mostraban unas peculiares expresiones.
El rostro de James estaba tan lleno de esperanza, que podría iluminar una habitación entera. En cambio, el rostro de Peter no estaba tan iluminando, si no apagado. Era verdad, tenía miedo, ¿pero de qué?.
-Esto va a ser asombroso... ¿Quieres ir por la derecha o por la izquierda?- inquirió James, mirando el interior del amplio parque.
Peter tragó saliva, sin saber muy bien que responder.
-Izquierda- respondió, ocultando su inseguridad.
James asintió contento, y sin avisar, corrió hacia el camino de la derecha, sonriendo de oreja a oreja. El muchacho de cabellos negros estuvo buscaos unos cuantos minutos por una salida, hasta que encontró un pequeño hueco en el muro de los parques.
Se agachó, y ligeramente, se escurrió a través del pequeño hueco, una suerte que fuera pequeño.
Peter, en cambio, había encontrado una entrada en cuestión de segundos, pero no estaba seguro de si debía... Entrar. Seguía sintiendo ese terrible miedo, sentía como su corazón palpitaba a mil por hora, le estaba advirtiendo de no entrar. Pero claro... ¿Qué clase de cobarde haría caso a su corazón?.
Se agachó al igual que su amigo, y con la misma ligereza, se escurrió a través del agujero.
James le lanzó una mirada llena de emoción, llena de ganas de aventura... El muchacho de cabello castaño le contesto con una mirada de inseguridad, pero James estaba demasiado emocionado para darse cuenta del tiritar de su amigo.
Empezaron a andar hacia adelante, mirando alrededor, y observando la hermosura del paisaje que les rodeaba.
-Agua...- susurro Peter, tragando saliva nuevamente.
James arqueo una ceja, pero después comprendió lo que su amigo había susurrado. Había un gran estanque enfrente de ellos, aunque no parecía ser muy profundo.
-No te preocupes, podemos atravesarlo- aseguró James, sonriéndole dulcemente.
Peter sacudió la cabeza, negándose a entrar en la cristalina agua.
-¿Por qué no quieres entrar al agua? Te estoy diciendo que no cubre- volvió a repetir James, frunciendo el ceño.
-Tengo... Miedo del agua- murmuro Peter, rascándose el cuello, con puros nervios.
Lo sé, he estado desaparecida por mucho tiempo, pero he estado ocupada. Pero ya estoy aquí, con vosotros! Espero que hayáis disfrutado el capítulo, por favor comentar y darle a favoritos! También podéis seguirme y compartir la historia! :3.
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Neverland.
Фанфик-Quiero irme a mi casa, y tu no me detendrás, solo eres un niño malcriado- le dije. -Este niño malcriado esta a punto de clavarte su puñal en el corazón- contestó el chico de ojos verdes burlesco. -Esperó que madures pronto- dije intentado parecer...