Love Nekoko

2- ¿Quié...?¿Qué...eres?

Se sentía calentito...muy esponjosito...pensé con una pequeña sonrisa acariciando suavemente mi cara contra esa cosa blandita y suave, con un suave gemido de satisfacción y comodidad.

Miau

Se escuchó en la habitación haciendo que riera suavemente aún con los ojos cerrados - ¿Eras tú esa cosa blandita Neko-chan? - murmuré con una pequeña sonrisa subiendo mi mano al lado de mi rostro para buscar ese cálido cuerpo peludo. Congelándome de golpe con varias preguntas flechándose en mi cabeza.

¿Qué hago en mí cama sí me había dormido en la cocina?

¿Quién me trajo hasta aquí?

¿Porqué en vez de estar tocando un suave y peludito animalito estoy palpando un duro pecho?

-Qué alegría que haya despertado ya, mi Ama - dijo una cálida y dulce voz antes de que saltase de la cama con un pequeño grito, cogiendo instintivamente la escoba para usarla como arma defensiva.

En el momento en que pude fijar mi mirada sobre aquel desconocido, me quedé de piedra y obviamente sin habla...-He...- orejas de gato...- He...- una sonrisa perversa...- He...- desnudo en mi cama...-¡HENTAI! - grité con todas mis fuerzas, apretando la escoba contra mi pecho, y cerrando con fuerza los ojos, mientras aquel desconocido bajaba las orejas y yo escuchaba como ladraban los perros del vecindario por mí extravagante grito.

-Nee~ Okami-sama* no debería gritar tanto, o sus vecinos se alterarán - dijo aquel muchacho con una felina sonrisa, mientras me miraba de forma juguetona, moviendo lentamente esa cola negra.

-¿Qui...quién eres...? - pregunté apretando ligeramente los labios, ante la mirada tan penetrante de aquel ser, y claro...ante su incómoda desnudez.

-¿Ah?¿Acaso no me reconoce en está forma Okami-sama? - preguntó inocentemente ese muchacho, antes de alzar su mano izquierda para lamer insistente sobre un vendaje que había sobre su antebrazo.

-¿Ah...? ¿Nek...?

-Mi nombre es Mamoru*, Okami-sama - dijo aquel chico con una alegre sonrisa moviendo más frenéticamente la cola.

-Ma...moru...-susurré sintiendo la piel de gallina cada vez que esos centelleantes ojos azules se clavaban en los míos.

-Hai...-murmuró y en un solo pestañeo tenía a ese chico de nombre Mamoru, con sus brazos rodeándome la cintura y su cara enterrada en mí cuello, mientras ronroneaba suavemente y mantenía las orejas pegadas a su cabeza.

-¿Na...nani? - pregunté con la piel de gallina mientras aquel chico acariciaba su mejilla contra la piel de mi cuello, con un suave ronroneo, mientras afirmaba sus dedos firmes sobre mí cintura - Ma...Mamori - murmuré con las mejillas rojas intentando apartarle por el pecho con las manos.

-Kyaa...dijiste mi nombre - dijo ese chico moreno, pegándome con un rápido movimiento contra la pared mientras alzaba una mano por encima de mi cabeza sujetando mis manos con firmeza, mientras rozaba la punta de su nariz con la mía, acariciando la piel de mí muslo una y otra vez con el movimiento de su cola.

-Ya...¡Ya basta! - medio grité con las mejillas rojas al notar como su mano subía lentamente por mí cintura, antes de hacer fuerza con una de mis manos para golpearlo en la cabeza, haciendo que ese muchacho se encogiese sobre si mismo con las manos en la cabeza, dándome la oportunidad de volver a coger la escoba, para ponerme en la otra punta después de lanzar la sabana de mí cama por encima para cubrir su desnudez.

-Nyaa...Okami-sama - gimoteo ese chico sacando la cabeza de entre la sabana para mirarme con una tierna e inocente mirada mientras esbozaba un dulce puchero.