9- Un Servicio

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Okami-sama...Okami-sama...

-Okami-sama -dijo Mamoru colocando sus manos sobre mis hombros, mientras se inclinaba para clavar su mirada en la mía, haciéndome dar un respingo al sacarme de mi trance.

Aún sentía como temblaban mis piernas, y el sudor frío que recorría mi nuca, y como la piel que Kei-kun había tocado de mi barbilla aún quemaba como la lava.

-Estoy bien... - susurré bajando ligeramente la mirada, antes de sentir dos cálidas manos tomarme de las mejillas para obligarme a alzar la cabeza.

-No me diga que está bien cuando se ha puesto pálida, y sus manos siguen temblando -masculló el moreno con el ceño fruncido y chasqueando la lengua, mostrando una mueca de rabia.

-¿Mamoru...? - susurré ladeando ligeramente la cabeza al notar temblar ligeramente sus dedos.

-Desee devorarle...

-¿Perdona? - dije frunciendo ligeramente el ceño, viendo como el moreno desviaba la mirada con los labios apretados.

-Al verle tocar a Okami-sama con tanta...confianza...desee devorarle - murmuró como si fuese un niño confesando un crimen, haciendo que negase lentamente antes de suspirar, pegando mi frente contra la suya con los ojos cerrados.

Aunque no quiera admitirlo...ha llegado en el momento oportuno... pensé con una pequeña sonrisa pasando lentamente mis dedos por su pelo, consiguiendo que sus tensos hombros se relajasen. Quizás había sido culpa mía, si le hubiese permitido venir desde el principio, no me hubiese separado de él, y Kei no me hubiese arrinconado delante de tantos ojos acusadores... pensé antes de mirar a Mamoru desde abajo con una ligera sonrisa, ladeando la cabeza con un pequeño tintineo por parte de los cascabeles de las orejas que había en mi cabeza. 

-Mamoru...¿pasarías conmigo el bunkasai? - pregunte con una sonrojada sonrisa sin apartarle la mirada, antes de que esté esbozase una ancha y brillante sonrisa, asomando sus colmillos con las mejillas igual de rojas que las mías, antes de asentir.

-Solamente vine por Okami-sama - murmuró frotando su mejilla contra la mía junto a un vibrante ronroneo, ante lo que solté una pequeña y alegre risa, tensandome al instante en que un grupo de alumnos de primer año, se detuvieron a nuestro lado con varias cosas entre sus brazos, observando con los rostros rojos como Mamoru me envolvía la cintura con sus brazos, y mantenía su cuerpo inclinado sobre el mío.

-¡Senpai, hay dos alumnos que están haciendo cosas pervertidas!

-¡No es lo que parece!

-¡Okami-sama! ¡¿Porqué me golpea a mí?!

Abrí lentamente la puerta corrediza del aula, tirando del brazo de Mamoru para que entrase de forma sigilosa, para acercarlo a una pequeña mesa y sentarlo con mis manos sobre sus hombros con una mueca.

-Bien, dentro de tres horas tendré mi primer descanso, quédate aquí, ahora te traeré algo de beber y picar - digo con las manos en la cintura, antes de entrecerrar los ojos al notar la mirada dilatada de Mamoru sobre mi cabeza, moviendola hacía un lado haciendo sonar los cascabeles, mientras el neko movía rápidamente la cabeza cómo si estuviese preparado para saltar, ante lo que chasqueé los dedos delante de su rostro para devolverlo a la realidad- y por el amor de los dioses, controla tus instintos animales, al menos hasta que podamos irnos... -murmuró agachándome con las manos en el borde de la mesa para apoyar mi barbilla sobre estás, mirándole con una mejilla inflada y una preocupada mueca en los labios.

-Neh neh Okami-sama - dijo Mamoru agachándose sobre sus brazos por encima de la mesa para quedar a la misma altura de mi rostro - ¿si me porto bien podré pedir una recompensa? -preguntó con una gatuna sonrisa con las mejillas ligeramente teñidas de rojo, enrojeciendo las mías ante la potencia de su mirada.

Love NekokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora