6- ¿De dónde vienes?

997 87 23
                                    

Hacía aproximadamente un mes, en que el neko se había instalado de forma permanente en mi apartamento, ocupándose de las tareas del hogar, según él, para demostrar "su agradecimiento hacía su Okami-sama". Desde aquella noche...no había vuelto a dormir conmigo, todas las noches tomaba su forma felina y desaparecía por la ventana, hasta que me levantaba para verle servirme un buen desayuno, que cada día salía mejor. La verdad es que no tenía una idea clara de lo que el moreno hacía en la oscuridad de la noche. Lo cierto es que...

-Mamoru...-dije con los palillos entre mis labios, observando la espalda de esté mientras lavaba los utensilios de cocina.

-Digame, Okami-sama -dijo con un tono alegre, moviendo de lado a lado la sedosa cola, con las orejas apuntando hacia arriba.

-Llevas casi un mes aquí...-dije notando como una de sus orejas se giraba hacía un lado junto a un sonido afirmativo que salio de entre sus labios -y lo he estado pensando algunos días - dije cogiendo una de las salchichas en forma de pulpo antes de llevarlo a mi boca mientras el se acercaba para recoger un par de tazones de mi desayuno - y la verdad es que, realmente...no sé nada de ti...

Alcé la mirada con curiosidad al notar en mi campo de visión, cómo su cola se detuvo de forma repentina, notando cómo tenía la mirada en mis platos usados, con una pequeña sonrisa, antes de mirarme sin cambiar de expresión, haciendo que un pequeño y espeluznante escalofrío me recorriese la espalda hasta dejar un sudor frío a la altura de mi nuca.

-Okami-sama, debe apresurarse, la señorita Alice no tardará en llegar -dijo ensanchando ligeramente su sonrisa, con una clara y penetrante mirada gatuna, antes de volver a dirigirse al fregadero, haciendo que frunciese el ceño ante su inocua y vacía respuesta.

¿Qué fue eso?

... ... ... ...

-¿Entonces nada? - preguntó Alice mientras el viento de la azotea movía su pelo castaño.

-Nada - mascullé con la barbilla apoyada sobre mis brazos, apoyados sobre la barandilla - Su mirada...

-¿Te hizo algo? - preguntó preocupada, apoyando su espalda también contra la barandilla.

-No, solo...le noté diferente, normalmente cuando hablo de algo relacionado con él, va detrás de mi sin dejar de mover la cola - suspiré con una mueca en forma de sonrisa, desviando ligeramente la mirada- pero...está mañana es cómo si estuviese delante de otra persona...otro Mamoru...

-¿No dijiste que se alimenta a base de almas? A lo mejor le resultó incómodo el decirte algo de ese mundo oscuro al que pertenece - dijo la castaña alzándose de hombros antes de girar la cabeza en mi dirección- Tn-chan...hay algo que quiero decirte desde hace un par de semanas- murmuró cambiando repentinamente de tono, por lo que dirigí hacia ella mi mirada con los labios ligeramente entreabiertos - Mamoru es según he estado investigando, y todo eso, y al parecer es un espíritu animal que puede tomar cualquier forma, habitualmente la del gato, por su antigua vida, y la forma humana al estar continuamente rodeados de ellos...se alimentan del alma de aquel que deseen...sea bueno...malo...hombre, mujer, niño o adulto - dijo mordiéndose el labio sin apartarme la mirada.

-¿A dónde quiere llegar Ali...? - murmuré enderezándome lentamente con el ceño ligeramente fruncido ante sus palabras.

-Lo que trato de decir...es que por mucho que Mamoru parezca inofensivo, ha vivido durante cientos de años, y no ha sido a base de comer pan...tengo miedo de que te llegué a hacer algo cuando dejes de parecer le interesante...

-Mamoru no me haría daño.

-Tn-chan...el vive a base de dañar a personas...

... ... ... ...

Love NekokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora