Esposados #1 El Amante

La sorpresa

Kagome miró a Inuyasha confundida, ¿por qué tenía esa extraña expresión? ¿Por qué no terminaba de abrir la puerta?

- ¿Qué pasa? - preguntó al fin ella poniendo los brazos en jarras

El peliplata sonrió y agachó su cabeza a su altura.

-He cambiado de idea...-susurró y buscó en su bolsillo sacando unas llaves- Toma cariño, ya sabes cual es mi coche

- Pero...

El peliplata besó su frente.

- Corre, recogeré tu ropa, parece que un bichito la ha estado revolviendo...

La azabache frunció el ceño para luego negar con la cabeza y caminar hacia el ascensor.

En cuanto la perdió de vista el muchacho suspiró y abrió la puerta de un portazo, haciendo que el "bichito" se crispara.

-hombre Koga, no sabía que vivías aquí... -dijo sonriendo

El nombrado lo miró enfadado.

- ¿Dónde está?

- ¿Quién? 

-Kagome...

- Tú decías que... en los brazos de un hombre...- se encogió de hombros- He venido a visitar a mi amiga Kagome, Sango me prestó sus llaves, entré y te encontré, fin de la historia.

El azabache gruño

-Obligué a Sango a decirme la dirección, abrí la puerta... fin de-

-No. - Inuyasha sonrió a medio lado mientras cerraba la puerta- ¿Cómo entraste?

- Forcé la cerradura

- Estas cerraduras de hoy en día...

- Ya lo hiciste con ella...

- Y dale, ¡que solo somos amigos!

*Con derecho a roce... pero amigos...*

-¿Entonces con quién lo hace?

-entiéndelo Koga...- dijo acercándose a él

- ¡No! ¡Entiéndelo tú!

De un solo movimiento Koga estaba tumbado en el suelo con el pie de Inuyasha en su cuello.

- tienes que calmarte, amigo... ella se va a divorciar de ti. No lo hace para volver contigo, lo hace para separarse de ti. - Un intento de risa salió de la garganta del hombre acompañado por una tos. - ¿Sabes que el cuello es una de las zonas más sensibles en el cuerpo humano? Si pusiera un poco mas de fuerza te dejaría inconsciente, pero si te diera un golpe certero te podría quedar en el sitio... y eso suena tentador...

-¿Qué quieres? - susurró agarrando la pierna del peliplata

-Solo quiero que te largues de aquí y que dejes a Kagome en paz- alejó su pie y lo levantó agarrando el cuello de su camisa

Lo solto y el ojiazul se tambaleo mientras se agarraba el cuello

-Y por cierto...- Inuyasha le abrió la puerta- ya hablaremos si vuelves a retrasar el juicio

- ¿Eso es una amenaza?

-Sí- dijo con franqueza

Lo vio salir y cerrar la puerta, luego miró a su alrededor buscando algo roto o dañado. Revisó todo lo que se le ocurrió, hasta que solo quedaba la habitación de Kagome.

El colchón estaba removido, al igual que las sábanas y el armario estaba abierto con los cajones sacados y la ropa removida.

Colocó la cama y algún que otro mueble, pero cuando se acercó al armario lo vio...