Esposados #1 El Amante

Un último encuentro

-¿Cuánto tiempo queda? - preguntó Miroku al ver como su amigo le devolvía el móvil

-Menos de siete días... - contestó

-¿Enserio?- lo vio asentir- ¿Y se lo has dicho?

-¡Miroku, déjame un rato! 

No. Él no podía hablar a Kagome de aquella mala mujer que atormentaba su vida, ella... ella era demasiado buena no podía decirle eso... debía disfrutar hasta el final para después, muy a su pesar, separarse de ella para siempre. Aunque no lo quisiera, aunque prefiriera quedarse con ella el resto de su vida, eso debía de ser así. Él tendría una vida infeliz pero ella, Kagome podría conocer a un buen hombre y enamorarse de él cómo no lo hizo de él mismo. Ella sería feliz lejos de él.

-Pero te gusta... - reclacó el ojizarco

¿Le gustaba Kagome? Adoraba su suave piel, sus piernas largas que lo abrazaban cuando se hundía en ella, adoraba sus pequeñas manos recorriendo su espalda, adoraba sus labios, rojos e hinchados después de una ronda de besos, adoraba sus ojos brillantes y grandes que lo animaban a ser él mismo, adoraba su sonrisa, sus abrazos, su personalidad, su fortaleza, su actitud humilde...entonces, ¿la adoraba? ¿Esos sentimientos que crecían en su pecho eran adoración? No. Eso no era adoración, él estaba enamorado hasta las trancas de aquella mujer de pelo negro como la noche.

Pero nunca lo admitiría, eso haría las cosas más difíciles...

-¡Me gusta Kagome! ¡Lo admito! ¿Contento?

-perro...creo que si admites que te gusta, significa que es alguien importante para ti...

-¡Solo es sexo Miroku! Me lo paso bien y disfrutamos los dos...¿Para qué contarle que estoy prometido?

-¿Y si ella te quiere Inuyasha?

El peliplata se quedó sorprendido. ¿Kagome...enamorada de él? Aquella chica era merecedora de un chico muchísimo mejor que él...

-Eso no es verdad...

-¿Se lo has preguntado?- Él negó con la cabeza- entonces no lo sabes...

-Yo...yo quiero disfrutar, me quiero divertir, y con ella...con Kagome lo hago...

-¿Dices que te da igual herir sus sentimientos, si te lo pasas bien?

-Yo he dicho eso...

Pero... Kagome enamorada de él era un sueño tan lejano...

-Pues es lo que parece...

Inuyasha alzó una ceja mirándole confundido, el ojizarco imitó el gesto mirándole seriamente. De repente el timbre sonó

-Abro yo...total me tengo que ir...

El amigo del peliplata caminó hacia la puerta y la abrió despacio.

-¿Miroku? - pregunto una voz femenina

-¡Hola Kag! - exclamó él haciendo que los nervios de Inuyasha salgan a flote.-¿Qué tal? - preguntó 

-Bien, oye, Sango-chan dijo que te esperaba en su casa...- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Oh, será mejor que me de prisa... ¡hasta otra!

-¡Nos vemos! - exclamó ella viéndole correr.

-Hola cariño... - susurró Inuyasha mirándola fijamente

-Hola Inu...- dijo algo sonrojada

El ojidorado se acercó a ella y cerro la puerta mientras la abrazaba por la cintura, la acercó a él y olió su pelo para después comenzar a besar su cuello. La notó tensarse entre sus brazos.