Esposados #1 El Amante

En baño, como en ningún sitio

-¡Rin-chan! ¡No me lo puedo creer!- exclamó la azabache

-ni yo tampoco...- sonrió- Sango, me podrías dar espacio...

La joven la soltó y ella se sentó en un asiento.

-¿por qué la tenías en brazos Sango?- preguntó la pelirroja

-¡es que se hacen tan grandes en tan poco tiempo!

- Sango-chan no es una bebé...- dijo su amiga

- pero Kagome, ¡ella era como la más pequeñita del grupo! Nos preocupamos mucho por ella...

-¿y ahora no?- soltó Rin

-¡Ahora también!

-¿entonces harás una fiesta?

-Sessh y yo habíamos pensado en invitaros a vosotras y a unos cuantos más, poca gente... ¡pero la madre de Sesshomaru lo hizo todo a lo grande! ¡Hasta consiguió los teléfonos de mi familia!

-ahí va tu suegra Kag...

-Inuyasha y yo no somos nada...- contestó

-claro... y por eso se vistió de sexsimbol para ir a tu casa...

-le pedí que me ayudara con el grifo...y pensó otra cosa...

-eso es lo que nos dice...- soltó Sango

-¡oye que te puedo oír!

-¿Cuándo pasamos por allí?- preguntó Ayame

-¿qué os parece sobre las diez?

-¡de acuerdo!

-bien, yo me voy chicas, ¡nos vemos! - exclamó Rin dirigiéndose a la puerta

-¡Adiós! - exclamaron a coro

-¿y qué nos vamos a poner?- pensó la morena

-yo también me voy...¡tengo que arreglarme!

-vale, ¡hasta luego!

Kagome se quedó sola junto con su mejor amiga.

-Sango-chan...

-dime

-¿crees que le caiga bien a la madre de Inu?

-por supuesto... ¿Inu-kun irá contigo no?

-no sé

-seguro que sí... tú tranquila te pondré hermosísima vamos a tu cuarto.

Kagome sonrió. Cuando alguien decía fiesta la primera en ir siempre sería su amiga Sango.

-y espero que eso no cambie...

-¿decías algo?- preguntó la joven

-¡nada Sango-chan!

En casa del peliplata. Miroku estaba que se subía por las paredes.

-¡quiero ver a mi Sanguito!

-Miroku no sois nada...

-díselo a ella, me tiene a su disposición - le contestó

Y era verdad, estaba locamente enamorado de Sango.

-perdona amigo, te tiene comiendo de la palma de su mano...- explicó con sorna

Miroku sonrió amargamente mientras

-¿y tú con Kag qué? ¿Crees que no me doy cuenta de cómo la miras?

-es una mujer hermosa- contestó Inuyasha encogiéndose de hombros