1. "Volvémos a casa."

152 5 0
                                    



La voz de la mujer de los parlantes resonó entregándole al público el siguiente informativo:

 Pasajeros del vuelo número trescientos veinticinco, queremos informarles que ha habido un pequeño retraso debido a dificultades técnicas. Lamentamos las molestias y agradecemos su comprensión. Buenos días.

Alex gimió con molestia mientras pasaba una mano por sus cabellos castaños, alborotándolos aún más de lo que ya estaba antes. — ¡Qué horror! ¡Más tiempo lejos de casa! ¡Y me quedo sin batería!

— Oh por amor de Dios, relájate Drama Queen — Kayle pasó un brazo por sus hombros. — Solo serán unas horas, podemos ir comer algo. Tú, con esa cara de caminante, demuestras que necesitas un buen café del Starbucks... Te prometo que yo pago ¿Dale?

— Y es por esto que somos mejores amigas, querida.

Y ahora, sentadas en los cómodos sillones que estaban afuera del pequeño local de la famosa cafetería, ambas disfrutaban de ver como todos corrían despavoridos de un lado al otro. A Alex le encantaba eso, era como vivir en una burbuja aislada donde el tiempo corría distinto y donde uno era solo un mero espectador.

Lástima que ella no estaría congelada cien años para convertirse en el Avatar, eso sería demasiado pedir como para ser real.

— Aún no creo que he estado tanto fuera de casa. — se quejó. — ¿Qué clase de padres tengo? Me han dejado irme, contigo, de vacaciones a Miami ¡Esa ciudad prácticamente tiene escrito vicio en la foto que mandamos! ¡Y nuevamente contigo! No es que califiques como la adulta responsable del año si me lo preguntas.

— Alex, te repito, no somos niñas. Somos unas adolescentes con ganas de pasarlo bien, de haber querido la charla moral de juro que me traigo a Kyle. — pero su mirada pasó a ser una pícara. — Ha puesto que no te molestaría tanto haber venido con él... Creo que hasta extraño al gruñón ese.

— ¿Extrañas a Kyle? Y yo que pensaba que los milagros no existían. — Alex aún se sorprendía de la inmadurez de ambos hermanos, aun cuando recordaba las peleas sobre quien merecía ser rubio y tener los ojos azules. Igual Jake les ganaba a ambos, pues Kyle tenía los ojos azules pero Kayle era la rubia con los ojos marrones.

— No ¿Y tú? — Alex solo rodó los ojos, su rubia mejor amiga tenía la manía de Shippearla con su hermano. — Oh vamos, de seguro que extrañas al futuro padre de tus hijos.

Pero luego su mirada se centró en algo mucho más importante que los comentarios de la rubia, ahí, a lo lejos, estaba una de las cosas más hermosas que Alex había visto con sus ojos azules en su corta pero extraña vida.

Un tienda de recuerdos, y con 20% de descuento, gente, eso no los vez todos los días.

— Haber, rubia mal teñida, para ese flacucho trasero tuyo de la silla y acompáñame o la cosa se pondrá fea.

— ¡Ni de coña! ¡Te lo gastarás todo y exijo ir a una discoteque antes de que empiecen las clases! ¡Necesito ligar!

Eso no terminaría bien, cada pelea nunca terminaba bien.

(...)

— ¡Pero si ya se lo dije! Estábamos en un cómodo Starbucks con unos ricos cafés hasta que yo, mi magnífica persona, vio la tienda con descuento y la bruta a mi lado me negó la oportunidad de ir ¡Juro que no teníamos ganas de empezar disturbios públicos!— Le intentaba explicar la castaña al imponente hombre de seguridad que las tenía en su oficina.

— Por poco y me quiebran la nariz—. Exclamo el chico que se encontraba sentado a su lado. El castaño sostenía una bolsa de hielo, la misma con la que ambas le habían golpeado en la nariz por accidente.

Cómo ser adolescentes y no morir en el intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora