Cómo ser adolescentes y no morir en el intento.

6. " Kayle Holmes y Tyler Watson."

Alex J.

Historia era la peor clase en la historia de cualquier preparatoria. El profesor O 'Connor era simplemente aburrido y me sacaría de clase a la mera sospecha de que andaba con el suficiente sueño como para tirarme a babear el pupitre.

— Bebe un poco.— le regalé una sonrisa discreta a Kayle y tomé un sorbo de agua fría. Sí, porque como me atraparan ya me veía en la dirección. Si alguien conocía una prepa con menos reglas, recuerden ser solidarios y pasar el dato.

Ahora estaba muy entusiasmado contándonos sobre como terminó La Segunda Guerra Mundial, hablaba sobre las bombas nucleares y... ¿Eso era una mosca pegada a la ventana? Asco... Es seguro, esta clase me activaba mi déficit de atención inexistente, comprobado científicamente por la mosca en la ventana.

Seguí la mirada de mi mejor amiga al verla tan perdida en sí y casi me atraganto con el agua que todavía no tragaba y mi propia saliva. Kayle Elizabeth West estaba mirando fijamente a un chico sentado en la fila cercana a la nuestra, el mismo que se la había pasado arrojando bolas de papel que casi me han dado en la cara las tres veces que lo hizo. Y vi al idiota de Will.

Tierra trágame.

El muy condenado se volteó y me atrapó viendo su nuca. Vale, antes yo lo hacía como acosadora porque me gustaba pero ahora lo miraba acuchillándole con los ojos. El mi mente, yo me levantaba haciendo acopio de todo mi valor y le daba la cachetada más épica de la historia. Obviamente, en realidad solo logré volver mi vista al profesor y pensar en cómo habría sido la vida de la pobre mosca que terminó estrellada contra la ventana de mi salón.

Sí, un excelente tema en el que pensar.

Pero, sonando estruendosamente, la campana me sonó tal canto de ángeles. Esa era mi señal, tiré todo lo que había en el pupitre a mi bolso y, valiente como yo sola, corrí haciéndole caso a mi gallina interior.

— Alto ahí, gallina.— Kayle me frenó afirmándome de la muñeca antes de que lograra hacer mi asombrosa retirada estratégica.— No andas sola. Vas a ir a cerrarle el hocico de perro a Will tan como hiciste con la MegZorra ¿Quedó claro o tengo que llevarte a rastras? No tengo problema en hacerlo, cariño.

¿Qué clase de mejor amiga tenía? Os lo dejo a criterio vuestro, lectores imaginarios de mi vida.

Creo que medio salón se demoró más de lo usual en salir, como si todos esperasen el momento en que me enfrentara a Will ¿Acaso no tenían nada mejor que hacer en sus vidas? ¡Esto no es una jodida teleserie donde las protagonistas sufren típicos problemas adolescentes!

Kayle, tan adorable como ella sola, me dio un empujón y quedé frente al rubio mal teñido.

— Hola. — Ya quería golpearle. Recién habíamos terminado (Dejando en claro que fue su culpa) ¿Y solo me tiene que decir hola? ¡Él no pudo mantenerse lejos de las faldas de la zorra! ¡Él fue el idiota que tiro nuestros dos años juntos por un revolcón!

— Vete al demonio. — le respondí, con el tono más cortante posible.— Y apártate de mi camino, tengo cosas mejores que verte la cara de estúpido.

Esa fue la mejor retirada que he realizado en toda mi existencia. La rubia muy jodida (Entiéndase por Kayle) me dio una mala mirada por haber huido pero no me reclamó más, sabía que el haberme enfrentado a Megan era suficiente pedir por lo que quedaba de siglo. Seré gallina, pero una gallina viva todavía.

— Ni una palabra. — le advertí a Tyler cuando se colocó a mi lado.

Los tres nos acercamos a los casilleros. Eran los típicos escolares e individuales de metal que asumo tienen todas las escuelas. Estos eran rojos y amarillos, los feos colores de nuestra preparatoria.