2. "La secundaria es nuestra cárcel."

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Lo primero que ambas hicieron, luego de desempacar y quejarse por el horrible esfuerzo que requería la labor, fue bajar a cenar y luego se habían colocado a ver The Walking Dead. Alex y Kyle ya iban por la cuarta bolsa de Doritos cuando repararon que un poco más y Kayle babearía todo el piso si seguía mirando a Chandler Riggs tan embobada como estaba.

— Kayle — le llamó — Ve a buscarte una cubeta o terminaras babeando la casa.

La rubia se sonrojó pero siguió con la misma mirada que Alex calificaba como la de una estúpida enamorada. Era como verse a sí misma cuando fangirleaba junto a Kayle por sus crush literios; digamos que aún no decidían de quien era Will Herondale, Nico di Angelo y Scorpius Malfoy entre muchos otros.

— Ni sé que le vez — dijo su hermano mayor — Yo estoy mejor que ese chico. Su única gracia es que tiene unos ojos claros.

Kayle le golpeo con un cojín antes de volver a su posición anterior. Alex solo la dejó ¿Quién era ella para recriminarle algo? Ella aún soñaba con que Nico Di Angelo fuese real y no gay y ellos fueran pareja, al menos el crush de Kayle era real a pesar que Alex seguía, con ayuda de su amiga, buscando a sus personajes en la vida real.

— Tiene los ojos azules más hermosos del mundo — dijo Kayle suspirando — Y es mejor que tu porque él es perfecto. Recuerda que eres adoptado.

— Tú eres la adoptada

— Tú.

— Tú

— ¡Basta! — chillo Alex, cansada de tanta discusión — Tú déjala en paz — Señalo a Kyle. — Y tú sigue babeando por ese chico. — Ahora señalo a Kayle — Y yo — se señaló a sí misma — Me comeré esta bolsa y lo disfrutaré.

(...)

¿Recuerdan esa infernal cosa que creada por el mismo satanás que se hace llamar alarma y que provoca un pequeño paro cardíaco en las mañanas? Pues Alexis Marie Jones podía dar fe en que había algo mucho peor, una Kayle. De seguro se pregunta ¿Por qué? Pues simple, a ella se le ocurrío la birllante idea de despetarla al estilo regimiento militar e hizo sonar una trompeta en su oreja.

— No es gracioso — le dijo levantándose, abrazando a Fonnie (Un conejo de peluche vestido de pirata) contra su pecho luego de haberse caído al piso por el susto.

— Lo dices porque no estás de este lado — le dijo — Porque de acá es gracioso. Muy, muy gracioso.

Y se largó a reír en su cara. La castaña le lanzo el peluche a la cabeza.

— Hola Fonnie — le dijo al peluche — Podemos llevarte hoy, te haremos trending topic en la escuela.

— Él se queda, no dejaré que me molesten más por su culpa — Y se lo arrebató de las manos. Comenzaron una de sus típicas batallas de cosquillas, esas donde te podían romper la nariz por accidente.

— Recuerda que iremos a las pruebas para porristas — dijo Kayle. Alex soltó el peluche — ¡Gané!

(...)

Cuando salieron, discutiendo sobre las pruebas y acerca de como Alex se rompería todos los huesos en ellas y tendría que ir al baile de fin de curso enyesada hasta la médula, pudieron ver el coche negro aparcado y al castaño chico apoyado en él.

— Ven a darle un abrazo a tu hermano, querida enana — Dylan, el hermano mayor de Alex, se bajó del capó del auto con los brazos abierto en su dirección. La chica no dudo ni dos segundos en saltar sobre el en un abrazo Koala.

Alex no había tardado en arreglarse. Había amarrado su cabello en un despreocupado rodete alto, se había colocado sus amados lentes de marco negro, su camisa blanca, su sweater azul marino, sus shorts cómodos con adorable lazo, zapatos blancos y bajos y colgarse el bolso al hombro, nada exótico ni fuera de lo usual.

Cómo ser adolescentes y no morir en el intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora