Me encontraba en un gran hoyo, sin posibilidades de salir vivo de allí. Digo, que ella me haya dicho adiós —en el mundo de los sueños— hizo que me sintiera miserable. Porque ella era como la parte esencial del pegamento que unió las piezas rotas ¿Quien se creía ella? ¿Un ser majestuoso con la capacidad de arrancarme el corazón las veces que ella quisiera?
Pues sí, y debía soportar el dolor, porque de esto se trata el amor, aunque ya lo he dicho anteriormente y creo que ella también me lo dijo una vez, no lo sé, algunos recuerdos se han desvanecido de mi memoria.
Con otro suspiro más, quise tranquilizarme tomando un poco de agua y hacer caso omiso a la pesadilla, porque en realidad al ella escapar, se convirtió en una. Me senté en una silla, miré fijamente la pared blanca, sin nada que estorbara. Sin darme cuenta, una lágrima salió rápidamente, como si tratara de escabullirse de mis manos que la limpiarían.
Tomé mi libreta y anoté lo que sentía en ese entonces.
''Ella perdió el control ¿Por qué quiere olvidar esto sin razón aparente?''
Estaba perdido en el ensueño, una y otra vez, con la boca abierta. Me despertó la vibración de mi teléfono.
''¿Hace calor no? Deberías sentarte en la banca envejecida donde nadie se atreve. Sería genial darse un chapuzón''
Se refería a la laguna cerca de la universidad. La temperatura había bajado un poco, aunque aún se sentía el calor tremendo. Me fui caminando y pude aprovechar —no sé si estoy utilizando el término correcto, porque lo que hice fue torturarme— para rebobinar.
¿Pero quién se creía ella al elevarme hasta lo más alto y luego dejarme caerhacia la tierra como un pobre inmortal?
Detuve mis pensamientos solo para apreciar mi alrededor, colocando ambos brazos cruzados y girando mi cabeza como especie de ventilador. Caminé otros metros más para llegar hasta la banca en donde nadie se sentaba por el simple hecho de ser inestable.
Y temía que Charlotte estuviera como esa banca. Me percaté que había una bola de papel en la orilla de esta, la desenvolví ya que estaba un poco pesada. Caminé un poco más hacia la orilla, tenía en mis manos un anillo. Solté una risita por recordar a Gollum, fue una estupidez de mi parte, lo sé. Miré el papel que lo recubría, era el resto del cuerpo del pez. Pero antes de acordarme de que clase se trataba, ya estaba en el agua.
Me habían empujado, saqué mi cabeza para respirar, pero alguien me estaba aferrando, trate de luchar pero mis ojos se expandieron al ver a Charlotte bajo el agua, sonriéndome. Quise agarrarle la mano, pero se alejó nadando lejos de mí. Quise salir del agua, pero la persona que me estaba sujetando era más fuerte que yo. Mis pulmones pedían a gritos oxigeno, mis ojos estaban cerrados y mis piernas pateaban con fuerza, mientras que mis brazos estaban inmóviles. Me sentía pequeño, débil, incapaz de hacer algo, temiendo que pasara lo peor.
El desconocido me soltó finalmente y ni si quiera pude ver su rostro, estaba tan desesperado por respirar que para estar consciente de lo que pasaba a mi alrededor me había costado algún par de segundos. Al salir de ese infierno, reposé mi cabeza sobre mis piernas, estando a salvo en el pasto.
El papel y el anillo se habían ido, y no había rastro de nadie. Juro que me dudé de mi cordura, que quizás había imaginado todo esto, pero luego de unos minutos cuestioné la idea de que probablemente estaba enloqueciendo. Era imposible, eso fue muy real.
Toqué mis bolsillos y lo único de valor que había era un billete de 5. Mi celular, el único medio para tener contacto con ese enigma estaba a salvo en mi habitación, solo estaba un poco mojado y tendría que lavar esa ropa.
Solté un grito, lo tenía guardado desde hace tiempo atrás. Me incorporé, con la ropa goteando dejando mi camino trazado, para dirigirme hacia mi dormitorio por ropa limpia y para ducharme. Algunos empleados preguntaron qué me había pasado y se quedaron con la formulación en sus labios, porque no tenía ánimos de responder. Aunque, en mi cabeza, donde lo único que me atormenta es mi voz interior, respondía a gritos su nombre. Ella fue lo que pasó, ella fue.
Ya en mi edificio, vi a un chico con una bolsa negra y su cabello mojado. Un grandulón, parecía una hormiga delante de aquel individuo. Soltó una risa al verme y cuando ya se había alejado lo suficiente de mí, ambos volteamos a mirarnos.
¿Acaso era él el cómplice de Charlotte?
Y en ese momento recordé su nombre.
Paul Chambers.
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Mystify / Calum Hood
Fanfiction''Ahora es mi turno'' Calum Hood había dejado de ser un enigma para Charlotte... Pero ahora era su turno de sumergirse en el misterio. ¿Acaso todo estaba bien en la mente de Calum? SECUELA DE ENIGMA. Sé creativo, no robes ideas. © 98xnia (María Bel...