69. No, no, no

33 3 3
                                    

Jueves, 11:00 de la mañana

Nerea


- ¡Hola!


- Mnnn... Déjame dormir...Kian.


- Levántate... Por favor...


- ¿Qué quieres?- pregunté.


Kian me levantó en brazos y me sentó en su regazo.


- Solo quiero que sepas que tengas cuidado... Sabes que no quiero que te pasa nada- me susurró en el oído- Haría cualquier cosa...- Se apoyó en mi hombro.


¿Qué estaba diciendo? 


- Kian, me estas asustando, ¿Qué pasa?


Él solo me miro y me dijo:


- No quiero... Ryan...- y de ahí se apartó de mi dejándome a mi sentada en la silla. Kian se fue hacia la foto que ví ayer y la sujetó mirándola triste.


Fuí donde estaba y lo abracé, no sabía lo que le pasaba, pero esto no iba a acabar bien.


- ¿Son tus amigos?- le pregunté.


- Eran mis mejores amigos...


- ¿Y por qué ya no lo son?- De repente me callé, la había cagado.


- Murieron, no-no se sabe como, lo único que se es que fue mi culpa...


- No digas eso, nadie tiene la culpa de nada. 


- Si, ¡Si! Fui yo... - dijo y se levantó- Tu, tu solo ten cuidado- se  agachó a mi altura y me besó.


Todavía no entendía nada ¿Cuidado con quién?


- Bueno, ¿Te vienes a desayunar?- me preguntó como si nada.


- Claro...


Nos fuimos de su habitación y bajamos las escaleras. Su madre no estaba por ninguna parte, estará ¿Comprando? No lo sé pero no lo quería saber.


- Ves preparándote un café, vuelvo ahora- dijo Kian y se fue de la casa.Estaba sola.


Me preparé un café y unas galletas y me senté en la mesa, encendí la tele pero se apagó de repente. La encendí otra vez y funcionó.


Kian ya llegó porque se oyó el ruido de la puerta.


- ¿Kian?- nadie contestó.


Decidí quedarme inmóvil en la silla, me había entrado pánico.


Oí como alguien se acercaba a mí con su larga respiración, estaba detrás mío. 


- ¡Mama!- escuché gritar a Kian. Me giré y me encontré a su madre apuntándome con una escopeta. Pero antes antes de que me pudiera mover o que ella aprete el gatillo Kian se pusó en medio de las dos.


- ¡No Kian!- su madre ya lo había disparado.


Le había dado en el brazo. Y su madre se fue corriendo.


- No, no, no, no. ¡Kian!- le cogí la cara y ve que tenía el ojo rojo de haberse golpeado con la silla mientras caía. Miré su brazo y lo más rápido que pude cogí un trapo y se lo enrollé.


- Kian, aguanta, aguanta- llamé a emergencias.


No se despertaba, estaba muerto...


- Kian- empecé a llorar y abrazarlo. No podía hacer nada, fue todo mi culpa. Solo quería salvarme, protegerme. Su madre pagará por esto.


***


Su madre pagará...


¡Hasta el capítulo que viene!


Lucy




DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora