Destino

70. Chicos estúpidos

Domingo, 17:00 de la tarde

Vanessa

Era la hora. 

James me dijo que trajera una pistola cargada... Supongo que diría una pistola de agua ¿Verdad? Fui a la cocina y cogí dos botellas de recarga. Puse una nota en la nevera diciéndole a mis padres que no vendría dentro de las 19:00. 

Cogí el bus y me llevó hasta la calle 12. Entré por un callejón muy estrecho, hasta llegar a otro camino que llegaba a otro callejón. Pero cuando di otro paso, alguien me tapó la boca y me encerró en una cabina. No sabía quien era, iba con una sudadera negra con una capucha.

- ¡Aparta! ¡Ya!- seguí gritando hasta que supe quien era- ¿Pero, que eres tonto?¡Gilipollas! 

- Shh, no digas nada, ven, dame la mano.

Se la cogí, me sacó de la cabina y me condujo hacia un antiguo cementerio, donde estaban las tumbas de los caídos.

- Esta calle es muy peligrosa, fiera, te podrían haber raptado...

- Pues como tu los has hecho... Bueno, entonces, ¿Empezamos ya o...?

- ¿Que más querías hacer? Venga vamos, tu te pondrás ahí y yo aquí. Haremos el juego de los 10 pasos y dispara, ¿Vale?

- Qué infantil eres James. Pero bueno, si quieres humillarte a ti mismo, lo haremos- le dediqué una sonrisa, cogí la pistola de agua y me puse detrás de él.

Hicimos 10 pasos y rápidamente le disparé agua.

- ¡James!- disparó su pistola hacia el cielo, era de verdad.

Cuando vio que yo había cogido una pistola de agua, se empezó a reír tanto que acabo en el suelo.

- ¡No te rías!- le dije mientras le tiraba agua.

- Pero, pero ¡Qué! ¿Te has traído una pistola de agua? ¿Y yo era el infantil?

- No tenía pistolas de verdad, gilipollas.

- Tenías miedo, eh.

En ese momento, le cogí la pistola y se la puse en la frente.

- Di una palabra más- le dije.

-  He traído comida.

- Perfecto.

Nos sentamos en un banco y empezamos a comer.

- Alguna vez, ¿Te has enamorado de alguien?

- ¿Qué quieres decir, James?

- Ya sabes, enamorándote de la persona de la que no quisieras, o de la que fuera apunto de matarte.

¿Qué?

- James... No... He sufrido tanto.

- De la loca persona, que viene a su casa y te derrima un huevo...

- Para, James, para. Mi mayor error ha sido enamorarme de chicos estúpidos.

- Pero...

- Nada, adios.

Me fui corriendo de allí, aguantádome mis lágrimas, intentando tragarme el nudo de la garganta. Me acordaba de todos ellos, de los que me hicieron daño. No creía que podía ser tan fuerte.

***

¿James, se ha enamorado?

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¡Hasta el capítulo que viene!

Lucy