Un nuevo mejor amigo

99 9 0
                                    

Ambos nos miramos extrañados y por el susto, volvimos a casa una hora antes de que mamá llegara. Y esperamos sentados en la sala jugando dominós. Cuando mamá llegó, sonrió, y lo saludó. Era la primera vez que llevaba visitas a mi casa así que ella reaccionó de una buena manera.

-¿Jonathan cierto?

-Si señora, mucho gusto

-Dime Rose, no hay problema

-Está bien-dijo avergonzado

Entre pláticas y pláticas, se fué la noche y se hicieron las 2 am, Jonathan y yo estábamos viendo Batman cuando mamá entró,

-Jonathan, no te preocupes ya hablé con tu mamá y accedió a que te quedes a dormir

-Pero mamá cómo...

-Ustedes disfruten su pijamada y no molesten

Mamá se fué sonriendo y Jonathan y yo empezamos a reírnos como locos. Casi no dormimos, nos acostamos a las 3am porque esa película no acababa. Jonathan durmió en el sofá cama de mi habitación y yo en mi cama.

Estábamos con tanto sueño que no sentimos cuando la alarma sonó. Nos despertamos a las 5am, cuando debimos habernos despertado a las 4:50. Pues era Jueves y tocaba clases al día siguiente. Me fui a bañar rápido y me cambié del mismo modo. Cuando salí Jonathan ya estaba con el uniforme puesto.

-Cuando bajé a asaltar tu refrigerador, vi mi uniforme en la mesa con una nota

"Jonathan, antes de venir a casa anoche, pasé viendo tu uniforme. Siempre supe que estabas en la casa. Cuando salí, una de mis amigas era amiga de tu mamá. Hablé con ella, y después de que tú y Lucy, salieron de la casa de tus padres, tu mamá, mis amigas y yo, salimos también. Bueno cariño, ahí está tu uniforme, alístense rápido. Yo tengo mucho sueño como para levantarlos. Que tengan un lindo día"

-¿Acaso mi madre quiere que me case contigo?

-No estaría mal- me miro con cara coqueta

Nos pusimos a reír porque solo nos veíamos como amigos, y quien sabe...podríamos llegar a ser mejores amigos.

Estuvimos esperando en el escalón fuera de mi casa, al expreso. Cuando el expreso llegó, Sebastián desde su puesto, el último asiento, nos quedó viendo con cara de enojo. Subimos y no entendía porque el disgusto de Sebastián. A la larga, solo habíamos hablado dos o tres veces, y me salvo el celular, pero nada más. Era absurdo su enojo, así que no soporte más y fui directo a su asiento...

Sueños Realistas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora