~MICHELLE~

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Pasaron algunos días.
Ya había salido del hospital, regreso movilidad de mi cuello para tocar el Violín.
En el tiempo transcurrido, Eleanor y Joseph dieron una buena noticia :
Se casan el mes que viene.
Y eso que solo queda una semana para Navidad.
Ya no me molestaba el hablar o compartir cosas con la persona que se convertiría en mi padre.
La verdad es que disfrutaba mucho de su compañía.
Ahora en casa, no me salvo de quedarme en Londres, iré a ver a mis abuelos.
Porque, aunque no sean todas las vacaciones, estaré fuera dos semanas despues de Navidad, pasaré el año nuevo en familia.
Y con John que también, decidió ir.
Alec y yo estamos haciendo lo posible por estar juntos. Aunque le disgusta la idea de que John me acompañe.
Cosa a la cual no le presto atención.
Ya pasado mi cumpleaños, Joseph decidió darme un regalo sorpresa para navidad.
Le he contado tantas cosas que estoy emocionada por saber que es.
Me he metido últimamente en las librerías y tiendas vintag de lo habitual, buscando nuevos objetos y tesoros para mi habitación. Cosas raras y obsoletas que usualmente estan en alguna venta de garage de alguna pareja de personas mayores.
Los domingos estan destinados para visistar cada rincon de Londres, desde Whitchapel, hasta el embarcadero de Liverpool. Suena un poco extraño. Pero las cosas que he encontrado podrían valer miles.
Aunque mi estante al igual que todas las repisas que hay en la alcoba estan saturadas de libros y textos. Da igual si compro más.
Algunos los tengo en el piso o en el escritorio. Y Eleanor mandó a hacer un librero en forma de arbol para ponerlo en la sala.
Aunque eso esta por verse. No se si me cambiaré de casa. Y bueno. Creo que esa opción no es buena, pues mamá y yo ya nos hemos acostumbrado a vivir en la tranquila calle de Baker Street.
En cuanto se casen lo mas probable es que nos mudemos a la enorme residencia que tiene mi futuro padre.
Casi es navidad y estamos organizando una cena en casa, por lo tanto todos los días estamos metidas en la plaza, comprando luces, y escogiendo un lindo árbol.
Ahora mismo estamos en casa con Alexander, que fue amable al venir a ayudar con la decoración.
Suena el móvil:
-¿Hola?
-Isabelle! ¿Como estás?.-
Me quedé helada. Conozco esa vos. Es ...
-¿Michelle? Ahhhh! Que sorpresa. Pero ... -estoy totalmente sorprendida. Tenía un año que no la veía, y la extraño mucho.- ¿como encontraste mi número?
-Eso no importa. Voy llegando a Londres. ¿Podrías ir a recogerme?
-Pero ... claro que sí. En media hora estoy en el aeropuerto.
-Claro. Te esperaré. Ya muero por verte.
-Igual yo. Pero te advierto que no iré sola.
-¿Qué te traes entre manos Theresa?
-Es sorpresa.
Colgó. Y fui corriendo donde mamá y Alec.
-¡Mamá! ¡Tengo que ir al aeropuerto! Pero antes tengo que cambiar mi ropa ... tengo que acomodar una habitación...
-Haber Tessa. Respira. Tranquilizate. Ahora dime ¿quien llegará?
-¡Es Michelle! Esta en Londres.
-¿Quien es Michelle, cariño?-Alec tomó mi mano y hablaba con vos tranquila.
-Acompañame a recogerla. Dame 5 minutos en lo que cambio mi ropa.
-Claro. Pero ...
-Corre entonces Izzy. Yo arreglare la habitación de visitas para que se quede.
-Gracias Eleanor. No tardo.
Corrí y solo cambié mi blusa y el suéter. El pantalón, por unos jeans y mis botas largas negras. (Básicamente todo)
Cuando salí, Alexander ya estaba listo en la puerta.
-¿Nos vamos?
-Sí. Mamá, no tardaré.
-Si cariño, esta bien.
Tome las llaves de la repisa y en unos momentos mas ya estábamos rumbo a el aeropuerto.
-¿Ahora puedes decirme quien es Michelle?
-Claro. Ella es mi mejor Amiga. Crecimos juntas en Alemania, desde el jardín de niños. Es como mi hermana. Y sufrí mucho cuando nos separamos.
-¿Y ahora está aquí?
-Así es.
-Nunca te había visto tan feliz. Debe ser muy emocionante para ti verla de nuevo.
-No sabes cuanto.- tomé su mano y la aprete.
Estacione la camioneta. Y corrí a la terminal. La busqué por todas partes teniendo en mi mente la imagen de ella cuando nos despedimos.
Pero cuando la vi ... no hera la misma chica que yo conocí. Cambió.
-¿Isabelle?.- me miraba con lágrimas en los ojos. Toda diferente.
-¿Michelle?
Y nos abrazamos tan fuerte como nos fue posible. Llorando de emoción al vernos.
Después de una eternidad volvimos a hablar.
-¿Como has estado? Cuanto tiempo sin vernos, ni hablarnos.-ni un solo momento me dejo de tomar las manos. Y de llorar.
-Muy bien. Me he acoplado bien a Reino Unido. ¿Y tú? ¿A que has venido?
-Vine ... definitivamente a vivir aquí. Mi padre está aquí. Y mi madre piensa que es buena idea cambiar de ciudad.
-Que maravilla. Siempre he pensado que cuando dos personas estan destinadas a estar juntas, el universo se mueve y gira para hacer que se encuentren. No importa cuantas veces se separen.
-Que hermoso pensamiento Izzy.
Está a un mes de casarse de nuevo. Pero ahora quiero ir a ver a Eleanor.
-¿ Te quedaras en mi casa?
-Claro.
Me olvidé por completo de Alec esperando de pie a un metro y medio de nosotras.
-Disculpa Izzy. Tu madre nos espera.-tan serio como siempre,e impaciente por marcharnos.
-Que chico tan guapo. Hola.-lo saludó con la mano en alto mirandolo con tentación.- ¿Tessa. Quien es?-se veía interesada por mi chico.
-Le mandaré un texto.- me dirigía a los dos.-Pero que boba soy no los he presentado todavía.
-Alexander, ella es Michelle, mi mejor amiga de toda la vida.
Michelle, el es Alexander, mi novio.
-Un placer Michelle. Tessa me ha hablado mucho de ti.-se saludaron, cordiales. Pude ver decepción en el rostro de mi amiga. Y confusión en el de Alec.
-El placer es todo mío.
Izzy, te lo tenías bien guardado ese chico hee. Tienen que contarme como se conocieron.
-Tenemos el camino para contarlo.
Caminamos los tres, con dos maletas cada quien, cuando llegamos a la camioneta, apenas si entraron.
La llevé a casa, y a mamá le dio mucho gusto volver a verla.
Cenamos contando viejas anécdotas, nuevas y los planes que teníamos.
Despedí a Alec en la puerta. Con la promesa de que mañana iríamos todos a visitar la emblemática Abadía de Westminster.
Michelle se quedó en la habitación de huéspedes. Y yo (como todas las noches) toqué el violín hasta que el sueño me venció.
Al día siguiente teníamos que ir a desayunar a casa de Joseph, así que muy temprano tomamos camino a la gran residencia.
Michelle y Watson nos acompañaban. Alexander estaba muy cansado para levantarse temprano. Y acordamos encontrarnos en el Big Ben.
Estacione la camioneta en el patio y entramos todos juntos.
-¡Buenos días! Querida familia.-nos abrazó y besó a mi madre. Pero cuando se dirigió hacia Michelle, se quedó helado.-¿Michelle?
-¿Papá?-corrió a abrazarlo y surcaron lagrimas de sus ojos verdes.
Se abrazaron durante algun tiempo, y yo no entendía que pasaba ante mis ojos.
Así que le susurre a mamá.
-Eleanor. ¿Sabes que esta pasando aquí?
-Sí. Joseph y yo te lo explicaremos.
-Supongo que te debo una explicación Isabelle.
-Sí. Una buena explicación.-estaba seria. Habia compartido mucho con el y no me había dicho nada.
-Yo ...- nos sentamos en la sala, y explicó todo. No me sentia defraudada, ni molesta. Michelle estaba sorprendia y contenta al mismo tiempo.
-¿Así que en un mes seremos hermanas?-estaba emocionada. Conocí a Michelle desde que tenia 5 años. Dormiamos juntas cada fin de semana, compartíamos todo. Siempre fuimos muy unidas , y nos dolió mucho cuando yo me mude a Inglaterra.-Nunca creí esto posible.
-Ni yo. Y supongo que nunca lo pense. Nacimos para estar juntas Tessa.-brincaba de la emoción, teniendo los ojos llenos de lagrimas.-Papá esto es lo mejor que me pudo haber pasado.
-Siento mucho no haberlo dicho niñas. Jennifer no me habia comentado nada sobre que día Michelle estaría por aquí. Pero que bueno que fue antes de las vacaciones a Alemania, así podemos estar todos juntos.
-¿Regresarán?
-Claro. Hace mas de un año que no voy. Quiero visitar a mis abuelos y caminar por los pasillos de mi antigua casa. Respirar el viento Aleman. Y gritar peladeces en galés a los que pasan por la casa para que me miren llenos de confusión.
-Isabelle, eso es de muy mal gusto. Sabes que si te descubren podrian detenerte.-el tono de alarma de Eleanor me invitó a cambiar el tema.-Bien chicos. ¿Alguien quiere desayunar?
Desayunamos juntos. Y por primera ves desde que murio papá sentí como si estuviese en una familia.
A las 12 encontramos a Alexander en la esquina del Big Ben.
Corrí a saludarlo.
-¡Hola amor! ¿Llevas mucho tiempo esperando?.-le plante un beso en la mejilla y me abraze a el con fuerza. Tanto por el frío como porque también estaba ansiosa de verle de nuevo.-¿Escuchaste mi violín en la noche?
-Hola hermosa. Acabo de llegar. Diana esta aprendiendo a manejar así que me trajo. Estará dando vueltas por la zona. Y ... si lo escuché. ¿Fue una canción que estas componiendo apenas?.-me devolvió el abrazo y colocó mis manos en su rostro. Me habló muy tranquilo.
-No ... bueno sí. Modifique el lago de los cisnes jajajaja.
-Hola señor Gray.-saludó a Joseph tendiendole la mano.
-Hola Alec. Gracias por acompañarnos.
-No es nada. Quiero pasar tiempo con la familia de mi novia.-cuando lo dijo me sonrió sinceramente.
-Señora Meminguer, buenas tardes.
-Buenas tardes Alec. Hace mucho frío ¿no es así? ¿Porque no vamos a comprar los boletos para entrar a la Abadía?
-¿Y que no piensas saludar a mi hermana?.-le susurre, mirando a Michelle que tomaba a Joseph de la mano.
-Hola Michelle.
-Hola querido cuñado ...-las dos nos echamos a reir. Los cuantro compartíamos un secreto. Uno que tarde o temprano teníamos que decir.-¿Como estás?
-Mmmmm ... bien.
Entremos pues a la Abadía. No hace falta que compremos las entradas ahora. Me di la libertad de reservar un Tour privado. A Isabelle no le gusta que haya mucha gente.
-Calla. No hacia falta que lo mencionaras.-le apreté mas la mano, mostrandome inconforme por su comentario sobre mi.
-Muchas gracias Alexander. Le servirá mucho a Michelle.-Papá estaba agradecido ante el gesto de Alec.-Entremos pues, querida familia.
Nos dirigimos a la entrada de la gran edificación. Alec y Joseph le explicaban datos curiosos sobre la Abadía a mi hermana. Y yo corregia a Alec siempre que se equivocaba. Michelle reía al vernos.
Al entrar tomada del brazo de Alec, me sentí como Tessa y Jem en la puerta del recinto. El clima es igual que el que describe en el libro.
Llevaba un vestido largo color azul oscuro, (el vestido que compré en la plaza comercial con mamá) con un abrigo de color blanco con forro de seda azul. Y un pequeño sombrero con flores. (Segun Michelle muy anticuado para nuestra epoca).
Caminamos dentro de la Abadía escuchando al guía. Hacia pausas para que admiraramos las paredes o las capillas. Hacía referencias a algun suceso en la historia, o referencias en películas o libros.
Estaba maravillada, antes había entrado, pero no conocía algunas cosas. La historia Inglesa no fue parte de mi vida, ya que soy Alemana.
Cuando entramos al rincón de los poetas, comencé a llorar.
Nunca había tenido la oportunidad de estar en ese lugar.
La primera ves que fui estaba cerrado, la segunda también, la tercera ... lo estaban limpiando ... y ahora ... es un sueño.
Despues de que haga mi primer debut en teatro y haga un viaje visitando las 7 maravillas de mundo ... despues de eso podré morir tranquila.
El guía nos explicó todo a detalle.
Yo había buscado esa información en la red, detalladamente, y todo lo que este chico decia es verdad. Hasta el mas mínimo detalle.
Y eso implicaba marcar como "hecho" ese punto de la lista.
Una lista que elabore con mamá cuando tenía 10 años.
Y que solo había cumplido una cuarta parte.
Me faltaba mucho. Y con tanto medicamento y visitas cada ves mas constantes al hospital, la idea de no culminarla es cada ves mas aterradora.
Terminamos de ver con determinación la Abadía. Y Michelle, junto con los demás, tomaron fotografías. Todo estuvo bastante bien. Comimos en un caro restaurante del centro. Fuimos a caminar por el embarcadero y sentir el frío viento que soplaba. Caminamos por la orilla y no paraba de imaginar como hubiera sido hace dos siglos.
-Pareces una dama extranjera llegando de un barco, claro si hablamos de tu ropa y la manera en que Alexander te toma del brazo ... como si hubieran resusitado como el capitán America, Isabelle, toda tu es del siglo antepasado. Tan aburrida como siempre- Michelle en ese momento parecía la juez de uno de esos patéticos concursos de modas que transmiten de madrugada en TV de paga , los cuales examinaba meticulosamente a cada participante.- Te hace falta un cambio de apariencia completo, mi querida. Cambiar toda tu A-B-U-R-R-I-D-A ropa y venderla ... no, apuesto a que nadie la compraría, mejor donarla a una casa hogar o a una Fundación. Menos tu hermoso collar de Ángel, eso es lo único lindo de tu atuendo.-Tocaba por aquí y por allá toda mi ropa, tanto que me estaba empezando a estresar. -No te preocupes, podemos ir a París para conseguir lo mejor de lo mejor, y que entres al colegio con E-S-T-I-L-O.-Empezó a dirigirse a Alec, como un doctor en un quirófano preguntando a su colega si el paciente soportaría la operación. Mirandome críticamente. -Alexander, ¿no te aburre el estilo de mi hermana?
-No. A mi me gusta.-la vos de el fue dura y helada. Me miraba tranquilo, pero mas que a mi, observaba el paisaje detrás.-Isabelle es hermosa, se ponga lo que se ponga.
-Bueno ... supongo que a eso le dicen "amor". Pero muy ciego. ¡Por favor! Mira su ropa, tan anticuada, solo se pinta los labios, y sus zapatos tan horribles.
Alguien tiene que intervenir en esta basura.-me había quedado callada todo el tiempo, pasando por alto todas sus críticas, que me insultaran. Pero todo llega a un límite, y ella había traspasado la barrera.-Verán que mi querida hermana tendrá un mejor aspecto para la boda.
-¡Michelle! ¡Por el Ángel! Ya dejame en paz. Yo no te he criticado ni un poco, y tu llegas y como si fuera un cacharro y me critas de "lo fea que es mi ropa". Ya no mas.
-Mira quien ha hablado. Pues lo que te estoy diciendo es verdad aunque te molestes.
-¡Chicas ya basta! Michelle. Te ruego que dejes de pelear con Isabelle, ella no puede hacer coraje. ¿O ya se te olvidó su enfermedad?-El tomó mi mano, se interpuso sobre ella y yo, su vos podía haber cortado el ambiente por lo frío que se escuchó.-No tienes ningún derecho de juzgarla. Ella no te esta haciendo ningun daño con su forma de vestir.
-¡Es un peligro para la sociedad!
Ademas yo solo trato de ayudar.
-Pues no lo hubieras hecho.
Ahora veo que has cambiado mucho.
Ya no eres la misma chica con la que jugaba en el parque cuando éramos niñas.
Ya no eres la misma que me llamaba día tarde y noche durante dos semanas cuando recién me mude a Reino Unido.-de mis ojos surgieron lágrimas, un nudo en mi garganta.
Decepción en mi corazón.
Me sentí tan mal por semejantes palabras absurdas.-Que pena que no tengamos mas cosas en común.-me llevé la mano a la cabeza, y me dirigí a mamá.-Eleanor, ¿puedo ... ir a casa? Me duele la cabeza. No pienso seguir discutiendo mas con esta joven.
-Sí cariño, ya es hora de que regresemos a casa. Quiero tomarte el pulso. Acercate.-se quitó el guante y sus manos levantaron la manga del abrigo. Tocó mi muñeca.-Es estable. Vamos chicas, ya no peleen. Aunque debo decir que fue muy grosero e irrespetuoso de tu parte Michelle. Organizamos esto con la finalidad de que aprovechen el rato, hablando mas de lo que le gusta ... pero ... bueno, ya veo que son diferentes.
-Si ella se vistiera bien ... ahora no estaríamos discutiendo.-estaba mas que enojada. Yo seguía sin entender porque.
-¡Michelle! Ya es suficiente. Sigues comportandote así y tendre que pedirle a tu madre que venga por ti.
-Pero Papá. Yo ... yo ... pero ...
-Estoy esperando una disculpa a Isabelle.-Nunca había escuchado hablar así a Joseph. Con migo siempre fue diferente.
-Esta bien.
Isabelle lo siento mucho.
Siempre quise ser como tú.
Una mujer fuerte, que a pesar de tu enfermedad siempre te mostrabas feliz, no importaba cuanto dolor sintieras.
Siempre te envidie eso.
Y ahora me odio por hacerte tanto daño.-podía distinguir su voz. Decía la verdad.
-Lo entiendo, pero eso no es motivo ... lo que dijiste es inexcusable. Tardaré algunos días en poder perdonarte. Porque no tienes ningún derecho a juzgarme.-seguía tomada de la mano de Alec, no quería soltarlo. Sentía morir por todo lo que había escuchado. Y la cabeza comenzaban a dolerme más - Lo lamento Michelle.
Mamá ya me quiero ir. Ya no aguanto el dolor de cabeza.
Al final del asunto, Joseph fue por el auto, Alexander, mamá y yo atrás y Michelle en el asiento del copiloto.
Nos dirigimos a mi casa, subí a mi habitación con Alexander y Eleanor pisandome los talones, me cambie la ropa por la pijama y me recoste con Watson a mi lado.
Me dieron medicamentos para el dolor y me pusieron unos trapos frios en la frente.
Cuando por fin estuve sola en mi santuario silencioso, de la sala llegaban las voces de papá y mamá reprendiendo a Michelle por su comportamiento.
Me coloqué los audífonos y me perdí entre notas musicales.

I Will F♡llow You Into the DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora