Día Seis. "Quédate Conmigo"

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Oliver no pensaba dejar las cosas así. Benjamín fue un gran amigo suyo, y aún le tenía un poco de cariño.
Isa, que era su mejor amiga, le aconsejó que no tomara venganza. Ya que esto podría empeorar las cosas y Laila saldría más lastimada.
Lo pensó toda la noche, ella tenía razón. No iría a golpear al chico... Pero sólo le advertiría.

Gracias a Dios, esta vez Laila llegó intacta y hermosa como siempre. Oliver fue hasta ella y la abrazó.

"Princesa, ¿Estas bien?"- dijo el chico preocupado.

"Si Oliver, gracias por preocuparte."

"Eres mi niña, claro que me preocupo."

El resto del día pasó normal, Laila volvió a sonreír y tratar con todos los chicos.

***
Aunque algunos recuerdos habían vuelto, aún quedaba la gran duda de lo que había sido su vida meses atrás.

Cuando llegó a casa Mary le dio una pequeña cajita rosa.

"¿Qué es esto?"-preguntó Laila curiosa.

"Ábrelo. Es un regalo."

"Pero no es mi cumpleaños tonta."-dijo riendo.

"Lo sé tonta, pero no te lo di yo. Te lo dio Oliver hace algunos meses... Ayer encontré la caja en la basura."

Laila con esperanza de que algún recuerdo perdido volviera la abrió. En su interior, había fotos, cartas, notitas, entre otras cosas.
Comenzó a leerlas.

Al terminar, sonrió y una lágrima rodó por su mejilla.

"¿Qué pasa hermanita?"-preguntó Mary.

"Es Oliver. Este chico me ama con el alma. Y yo no puedo saber qué es exactamente lo que siento por él."-comenzó a llorar.

"No llores Lai, yo te ayudaré."

***

Después de pensar bien, decidió ir a casa de Benjamín, pero no hubo necesidad de ir hasta allá, ya que después de que llevara a Laila a su casa se lo encontró.

"Oliver. ¡Querido amigo!"- dijo sarcástico y con cinismo.

"Que bien que te veo."- respondió Oliver serio.-"Quiero que te alejes de Laila."

"¿Laila?... Mmm... ¡Ah ya! Tu noviesita la zorra esa."- respondió con un tono de burla.

"¡Eres un hijo de...!"- se detuvo. Respiró y trató de controlarse. Sabía que no era verdad y que sólo lo decía por ardido.

"¿De quién?"-dijo mientras se reía.-"Por favor. Lo que pase con esa chica me tiene sin cuidado."

"Mira idiota."- lo tomó por el cuello de la camisa.- "Me enteré de que la golpeaste y si no te parto la cara ahora mismo es porque no soy un animal como tú. Pero la vuelves a tocar, aunque sea un cabello y terminas en el hospital. "-dijo entre dientes.

Lo soltó y dio la vuelta para irse.

"¿Igual que tu noviesita?"

Esa fue la gota que derramó al vaso. Oliver se olvidó del sentido común y de que aún lo veía como un hermano. La furia se notaba en sus ojos.

Sin pensarlo, volteó y dio un puñetazo contra Benjamín.
Este respondió, pero sacando una navaja. Al verla, Oliver retrocedió.

"¿No que muy machito? ¡A ver pendejo! ¡Ponte entonces!"- gritaba riéndose de él.

"Ya wey, parale ahí."

"No, no le paro."- se acercó y con la navaja en un costado le susurró.- "Conmigo no te metas cabron"

Entonces Oliver, que ya no pensaba con claridad, le dio otro puñetazo y este respondió navajeandolo.

Al darse cuenta, Oliver cayó al suelo, la sangre comenzaba a salir por un costado de su abdomen.
Benjamín, en shock y sorprendido por lo que había hecho, salió corriendo.

El chico no tenía fuerzas para gritar, pero unos chavos de la prepa lo vieron. Rápidamente fueron en auxilio y llamaron a los para-médicos.

No aguantaba más, lentamente cerró los ojos.

"Quédate conmigo..."-fue lo último que escuchó.


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