Día Siete. "¿Celos?"

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Al día siguiente Laila llegó pensativa, su mente estaba en una lucha con su corazón y sentimientos.

Estaba muy confundida, ¿cómo es que se puede olvidar el amor que se siente por alguien?

Necesitaba las pruebas, algo que la ayudara a saber qué, exactamente, sentía por Oliver.

Tan ocupada estaba que no se dio cuenta de que el chico no había llegado, si no hasta que llegó Beto.

"¿No saben por qué Oliver no vino hoy?"- preguntó el chico preocupado.

"No, quizás se le hizo tarde. Él casi siempre llega tarde."- respondió Kira.

"Siempre."- La corrigió Brandon.- "Tampoco Isa vino hoy."

"Que extraño. Esperemos a la segunda hora, quizá lleguen."-dijo Laila.

La primera hora no hubo clases, así que Laila aprovechó para platicar sobre las dudas que se formaban en su cabeza.

"He buscado, pero no tengo pruebas. No sé, estoy empezando a sentir algo por Oliver, pero no sé que sea. Todo esto me tiene muy mal."-dijo Laila al borde de las lágrimas.

"¿Ya leíste los mensajes?"-preguntó Kira.

"Ahí están las respuestas Lai, Oliver plasmó su corazón, lágrimas y sentimientos en cada oración escrita."- dijo Beto.

"No, no encuentro mi celular..."-empezó a decir ella.

"¡Oh! ¿Es uno con una funda de rosa?"- preguntó Brandon.

"¡Sí! ¡Ese es! ¿Dónde esta?"- preguntó ilusionada.

"Laila, lo has dejado en mi casa. Al principio creí que era de mi hermana, pero luego me di cuenta de que era tuyo. Aquí lo traigo en la mochila."- dijo y se lo dio.- "Disculpa si no te lo di antes, pero es que ya sabes que olvido las cosas."

Laila abrazándolo a modo de agradecimiento trató de encenderlo.
Pero estaba descargado.
Nadie traía un cargador, así que tendría que esperar para leer los mensajes.

Ni Oliver ni Isa llegaron a la segunda hora, eso no preocupó mucho a los chicos.

En eso llegó Magda, como siempre a inyectar veneno, claro, las personas no cambian.

"Hola Laila, ¿Así que ni Oliver ni Isa vinieron hoy? ¿Qué raro no"- preguntó sarcástica.

"Quizá sólo fue coincidencia."- dijo tratando de ignorar a lo que se refería Magda.

"Oliver parece gustarle a Isa. Las coincidencias no existen. Yo nada más te digo."-dijo divertida y se fue logrando su cometido.

Laila empezó a sentir molestias en su estómago, ¿A caso eran celos?

*****

Afortunadamente las heridas de Oliver sólo eran superficiales, no profundas. Pero el chico estaba inconsciente, según los doctores era la anestesia y en unas horas despertaría.

Quien se quedó a su lado había sido Isa. Sola, como una vez Oliver lo estuvo en ese pasillo blanco, lloraba en silencio.

Era su mejor amigo, no quería perderlo. Y menos ahora que Laila había despertado, él merecía ser feliz.

claro! Mientete a ti misma." -se dijo a sí misma.

Su estómago empezaba a sentir esa molestia horrible, a la que llaman mariposas, al verlo.
¿Acaso se estaba enamorando de su mejor amigo?
O quizá sólo estaba confundiendo el amor con amistad.



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