Llegamos rápidamente, esta vez yo conducía, lo hago bien y rápido. Maneje hasta mi casa para arreglarme y desde ahí Alejandro tomo el auto y se fue a la suya.
-Bienvenido joven -Dijo Sebastián al recibirme.
-Gracias Sebastián, pero deja las formalidades de lado; es como si no me conocieras de toda la vida.
-Pero... Es por respeto a las reglas que ha impuesto su padre.
-Esas reglas van a dejar de ser efectivas dentro de poco.
-Por cierto, sus padres le dejaron un mensaje.
-¿Cuál? -Pregunte escéptico, puesto que muy pocas veces hacían algo así. Siempre eran muy reservados en los mensajes familiares y preferían darlos personalmente.
-Le dejaron dicho que ellos llegarán un poco tarde a la fiesta pero ahí estarán.
-¿Fiesta? -Pregunte esta vez algo confundido.
-Si, la fiesta en conmemoración a su regreso.
-¿La misma que reorganizó Alejandro?
-Si joven, tengo entendido que invito a todos sus amigos, a los padres de los mismos y a una serie de personalidades nacionales. Será un gran evento.
-Gracias Sebastián, prepárate; tú y Lara serán mis invitados. - Sentencie.
-¿Puede usted hacer eso? -Preguntó incrédulo.
-Claro que puedo, después de todo es mi fiesta.
Sin mediar más palabras me dirigí a mi cuarto para prepararme, lo primero que hice fue darme un baño de burbujas, desde los preparativos del viaje no me podía dar ese lujo; después entre al vestidor y seleccione un traje que había dejado sin estrenar, estaba en forma y aún me quedaba; seleccione muy bien cual perfume debía utilizar, después de todo toda ocasión especial amerita una fragancia especial.
-Andrew, estamos listos. -Dijo Lara entrando en el vestidor sin antes anunciarse; cosa que no me molesta pues es como una segunda madre para mi.
-Perfecto, debo solicitarles que me esperen un momento; mientras termino de alistarme. -Dije mientras me esforzaba para poder ajustar el nudo de la corbata; no importaba cuanto me esforzara por aprender o se esforzara mi madre tratando de enseñarme, ya era claro que nunca aprendería.
-Por supuesto, pero ven acércate -dijo señalando el intento de nudo- no puedo creer en lo que te has convertido, y aún no sabes hacer algo tan básico.
-Mi mente no esta hecho para "básicos" -Dije mientras miraba en el espejo la manera en que había quedado el nudo- Gracias.
-No tienes porque dármelas. Te espero junto con Sebastián.
Me admire en el espejo para ver el resultado de todo, ya no me reconocía. Mientras estuve fuera nunca utilice un traje; parecía más un hippie que otra cosa, pero a partir de ahora tendría que utilizar casi todo el tiempo trajes. Me veía diferente pero lo que más me impresionaba era la manera en que me cambio la mirada desde que regrese, se notaba que lentamente me estaba convirtiendo en una persona fría, una de esas personas que calculan todos sus pasos.
Baje lentamente las escaleras hasta que me topé la mirada de Lara y Sebastián.
-Nos vamos en la camioneta.
-Si señor, voy a prepararla.
-!No¡ No te estoy llevando para que trabajes, hoy eres mi invitado. -Dije mirando como mira mi padre cuando se encuentra molesto- Yo conduzco.
Caminamos hasta el parqueadero; yo no dije una sola palabra, pero Sebastián y Lara estaban adelantándose acerca lo que ambos vivieron durante este tiempo. Cuando al fin llegamos nos bajamos frente a una gran finca color hueso, se escuchaba la música.
-Vamos -le dije mientras me arreglaba la corbata.
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No Importa Cuanto.
Novela JuvenilMuchas veces criticamos a aquellas personas a las que tachados de "desalmadas", pero ignoramos que quizá sean ellas las que tengan más alma que cualquiera; pero prefieren ocultarla por el hecho de que sienten más que una persona ordinaria. No import...