[#4] The Maze Runner: The Final Chapter (Newt y Tú) La Cura Mortal

Capítulo 2

 Newt

Despierto cubierto de sudor frío y con la respiración entrecortada.

Llevo teniendo la misma pesadilla hace tres noches, donde la veo estremecerse al pasar la electricidad por su cuerpo. Paso mis manos temblorosas y con cortes por mi rostro, e intento dejar de llorar.

Si tan solo hubiera golpeado más fuerte, si hubiera quebrado el cristal a tiempo, quizás la tendría conmigo ahora mismo. Pero le fallé.

Le prometí que me quedaría a su lado. Y fallé.

Su recuerdo persistente, y el deseo de su compañía no hacen más que ponerme melancólico.

Me levanto y camino hacia el baño. Abro la canilla de agua fría, y sin pensarlo, entro con la ropa puesta. El líquido corre por mi cuerpo; mi mirada se queda perdida, y no puedo hacer más que pensar en ella.

Dejé que el tiempo pasara, al igual que mi dolor.

Cuando ella se desvaneció, la simple idea de que se había ido me hizo romper el vidrio. Salté y corrí inmediatamente a su lado, conseguí tomar su rostro en mis manos, y sentir una leve corriente que las recorrió. Y ellos me jalaron, me arrastraron lejos. Seguí gritando y luchando, sin dejar de observarla. Inyectaron un tranquilizante en mi brazo que actuó a los pocos segundos. Lo último que vi fueron mis manos, llenas de sangre y con pequeños vidrios incrustados. Después, desperté aquí. Y el dolor de no haberla salvado seguía consumiéndome.

Volví al cuarto. Tomé ropa limpia y me cambié. Acostado nuevamente, me permití volver a dormir.

Repetidos golpes en la puerta me atraen a la realidad. Con dificultad, consigo despertarme.

- Buenos días, señor.

Al escuchar la voz de la Rata, la ira simplemente explotó dentro de mí. Me levante con calma, sin pronunciar una palabra, observando esos ojos vacíos, desprovistos de cualquier emoción. Dos guardias esperaban a sus espaldas.

- Veo que estás mejor de lo que esperaba...

- ¿Dónde está? ¿Dónde están mis amigos? – Susurro con evidente enfado.

El hombre abre la boca para decir algo, sin embargo, la cierra. Se toma las manos por la espalda.

- ¿Estás preparado para verla? – Pregunta.

- Sí. – Respondo, sonando más desesperado de lo que quiero.

Entrecierra los ojos, examinándome.

- Bien. – Una ligera sonrisa asoma en su horrible rostro. – Primero pasaremos a buscar a alguien que venga contigo. Elige a uno de tus amigos.

Lo reconsidero un segundo, pero no tengo dudas:

- Minho.

- Eso esperaba. – Se retira del cuarto con sus guardias. – En cinco minutos debes estar listo.

Me quedo atónito. Está viva.

La espera se me hace más larga de lo que pensaba. Revuelvo mi cabello una y otra vez, camino por todo el cuarto, abro y cierro mis manos. Un extraño vacío todavía sigue en mí; de todas formas, sé que se llenará en cuanto la vea.

Minho es el primero en entrar, y se apresura en darme un demasiado fuerte abrazo.

- Hermano, pensé que habías muerto. – Susurra. – Me dijeron lo de... _______, y yo... no sé qué decirte. Igual, la veremos ahora. De seguro la tienen comiendo como una reina después de lo que le hicieron.