-Michael, a mi oficina.
Andrew llega tarde al trabajo por temas entendibles, apenas cruza el umbral llama al teñido a su oficina, sin siquiera dejar que sus trabajadores le den el pésame por la reciente muerte de su hijo.
-Andrew... yo...
Se escucha un suspiro y una voz que interrumpe a Michael.
-Mike, nos conocemos hace demasiados años, estuve pensando. No puedo culparte de la muerte de Luke, lamento haberte gritado, sé que hiciste lo posible por salvarlo.
Las palabras de Andrew provocan cierto sentimiento de culpabilidad en el teñido, quien se queda un momento en silencio, para posteriormente hablar intentando sonar lo más convincente posible.
-Andy...-comienza.-Creo que lo mejor es que me vaya de la empresa, no sólo por esto. Estoy pasando malos momentos, ¿sabes? Conmigo mismo. Creo que necesito un tiempo para... no lo sé, encontrar respuestas. Aquí está la renuncia.-finaliza, dejando un sobre en el escritorio de su mejor amigo.
Andrew se queda sin palabras, de todo lo que imaginaba que podría pasar algún día, esto jamás pasó por su mente.
-P-Pero Mike, no es necesario que-
-Andy, te dije que no es sólo por lo de Luke, en serio. Necesito tiempo para mí, quizás para viajar, prometo que volveré.-sonríe, acercándose a Andrew para darle un fuerte abrazo y retirarse sin darle tiempo de responder.
Michael sale de la oficina y se dirige a su cubículo para retirar todas sus pertenencias -que no eran muchas-, echarlas en una caja y salir del edificio sin mencionar palabra, escuchando los cuchicheos que cuestionaban su partida y preguntaban quién sería su reemplazante.
• ° • ° • ° •
Michael termina de arreglar su corbata y su terno, arregla su cabello -ahora de un negro azabache- y se mira al espejo una vez más para salir de su hogar, subirse a su auto y partir.
No había mucha gente, pues se había procurado que el evento no fuera de conocimiento masivo. El día se encontraba semi-nublado, anunciando que el invierno comenzaba a invadir la ciudad poco a poco. La gente guardaba silencio por lo que Michael se acerca sigilosamente a Andrew, posicionando su mano en su hombro.
La ceremonia da inicio, acompañada de los llantos de las mujeres y algunos hombres presentes. El teñido sostiene entre sus manos un hermoso ramo de flores azules y blancas, azules como los ojos del chico que había amado y blancas como la pureza de éste mismo. Se deja de hablar y el ramo llega a la tumba para bajar junto con el inerte cuerpo, sólo entonces, el plan comienza.
Lo busca rápidamente con la mirada, lo encuentra llorando en el hombro de su madre, vistiendo una falda y un suéter de color negro.-Gracias por venir.-escucha a su lado.
-Cómo no iba a hacerlo.-responde el teñido, dándole un abrazo a Andrew.
-Esto ha sido una locura. Los policías no dejan de ir a casa.
-¿Aún?.-cabe mencionar que ya habían pasado cuatro días desde el atentado.
-Sí. Buscan y buscan pistas.
Esto le da la señal a Michael de que el chico moreno observado con anterioridad no había abierto la boca aún sobre lo que sabía, por lo que su plan debía continuar.