Capítulo 10

5 1 0
                                    

ANNE

Estando parada, la sombra se seguía acercando más y más, cuando ya estaba lo suficientemente cerca, paró y no dijo nada ni hizo nada. Sólo se quedaba quieta.

-¿Quién eres? -dijo Maria mientras sacaba el cuchillo que tenia de su bolsillo, el mismo que Anne le había entregado.

La figura no respondió a la pregunta, solo se acercaba de manera lenta y silenciosa.

-¡Dije que dijeras quien eres! -gritó- No estoy de bromas, te acercas más, tendré que atacarte.

La sombra se detuvo rápidamente, Maria logró ver que era algo filoso ya que la luz de la luna se reflejo en la hoja del objeto, aun así, ella todavía no pensaba atacar, quizás era buena persona y quizás estaba perdido o era uno de los suyos. No podía descartar ninguna opción. Todas eran viables.

Mientras más se acercaba la sombra, más retrocedía Maria, estaba asustada. No quería enfrentarse a sangre fría con alguien, nunca lo había hecho y no era una buena oportunidad esa tampoco, en verdad, nunca es una buena oportunidad para morir o matar. Cuando ya no hubo más espacio para retroceder, ya que se encontraba al borde entre la tierra donde estaban y el desnivel que correspondía a donde estaba el río caudaloso. Maria miró a Anne con mirada preocupada, necesitaba un consejo o una orientación que le sirviera de apoyo, sin embargo, Anne estaba igual de asustada y perpleja que Maria. No movía sus ojos, estaban fijos en la escena. Además estando herida no podría hacer mucho más, correr era una opción poco viable.

Maria se decidió por fin, debía luchar, no iba a permitir que ataca a una de sus amigas, ni a ella misma, más a ella misma claro. Sacó el cuchillo completamente descubierto por detrás de su chaqueta, aun así tenía la rara sensación que no sería bueno pelear. La sombra levantó el objeto que había sacado: era una navaja. No se podía distinguir mucho, pero al parecer era nueva y tenía un mango muy bonito. Maria ya no podía retroceder, por lo que decidió ponerse a la agresiva y corrió hacia la sombra: le golpeó con el mango del cuchillo. No quería matar a nadie. La sombra igual atacó pero no logró acertar a Maria, rápidamente regresó para atrás, evitando que Maria le diera otra estocada. Maria dio un traspié hacia adelante, al intentar darle otra estocada pero ahora como el filo. La capucha aprovechó y atacó con gran agilidad, acertando con el cuchillo en la derecha de Maria, en el tronco. Por suerte Maria se logró mover bien y no se cayó ni nada, además evito un corte más al centro. 

Anne estaba todavía perpleja atrás. Mirando todo lo que pasaba, sabía que debía hacer algo. En su mente pasaban muchas cosas: ¿Qué haría si Maria perdía esa lucha?, ¿Dejaría a Maria morir para escapar?, ¿la podría ayudar de alguna manera?. La mayoría se basaban en ella y no estaba pensando en su amiga, pero bueno, no podría hacer mucho en esa forma en la que se encontraba y más sin armas. Pensó que podría golpear al hombre misterioso con el puño o con un patada, al igual que Maria no quería matar a nadie. Sin armas, sin ayuda y herida. Un panorama fantástico para Anne.

Maria tomo el cuchillo con mucha fuerza y le dio una estocada certera en el torax a la sombra. La sombra logró articular un rugido de dolor bastante fuerte, se fue para atrás. Se arrodilló y vomitó algo de sangre. Ella le había dado bien en el torax. La sombra gritó con fuerza y se acercó furiosamente a Maria con el cuchillo, movió el cuchillo de forma diagonal hacia arriba. Le dio en toda la pierna a su contrincante, Maria se movió un poco. Al parecer no fue un corte pequeño, le cortó bastante. Se toco la pierna derecha, donde había recibido el corte, con la poca luz que había no lograba ver mucho pero se toco un poco, le dolía mucho. Estaba allí, perdiendo tiempo, cuando se dio cuenta la sombra se acercaba de nuevo, tomo el cuchillo defensivamente. No podría moverse mucho más allá de eso. Logró, efectivamente, chocar el cuchillo con la navaja que portaba la sombra. Instantáneamente después de eso decidió atacar al individuo. Le dio en el hombro, este se toco el hombro lleno de sangre, estaba lastimado y cansado. Quizás era el final para él así que, por último acto, corrió hacia Maria y con la navaja le dio en el tórax, Maria como contraataque, también hizo lo mismo. Los dos estaban allí mirándose, Maria logró reconocer un rostro antes de que viera como la navaja se enterraba más y, de pronto, Anne le dio un puñetazo a la sombra. 

La gran NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora