La gran Noche

Capítulo 11

MICHAEL

Cuando vio salir a Wilson con la cabeza mirando hacia el suelo y sin expresión facial se dio cuenta que algo estaba mal, él no era así. Estaba seguro de que algo había pasado, iba a entrar al edificio cuando Wilson le tocó el hombro. <<No te gustara saber lo que hay allí>> le dijo. Michael intentó preguntarle que había encontrado pero no respondió, solo le entrego algo en la mano: una linterna. Se armó de valor y entró a checkear, se encontró con el cuerpo de Jamie tirado en el suelo lleno de sangre, al igual que Wilson, se percató que la sangre era reciente, de hecho, esta llegaba a brillar cuando apuntaba con la linterna directamente. No quedo tan marcado con lo que había visto como Wilson, no es que no quisiera y no conociera a Jamie, cualquier muerte es motivo de tristeza y desolación, pero él tenía más fortaleza para afrontar situaciones, era muy parecido a su novia. No encontró mucho más que Wilson, lo común, herramientas de trabajo, mucha suciedad en la maquinaria, el generador con dos fusibles y con un espacio vacío. Buscó en las cajas de herramientas cosas útiles, además de herramientas inservibles en ese momento, no había nada. De repente, escucho un sonido de radio. Wilson lo miró curiosamente. Michael toco un bolsillo, no se acordaba de que portaba una radio. Tomó esta e intento escuchar algo, la verdad es que era más que nada estática, pero era una buena señal. Comenzó a mover las ruedas que tenía al costado, necesitaba escuchar algo más que sonido confusos e incoherentes. De pronto, se encontró escuchando una voz de una mujer, a pesar de haber encontrado el canal, todavía se escuchaba algo de estática y se distorsionaba la voz de vez en cuando. 

-¡¿Aló? -Se escucho en el audífono, Michael quería que Wilson escuchara, así que le subió el volumen- Por favor, si escuchan algo, contesten con algo. Necesitamos ayuda.

Michael buscó la mirada de Wilson, necesitaba apoyo, no sabía que hacer. Wilson la verdad no era de mucha ayuda, solo miraba y poco hablaba. Michael debía tomar la decisión.

-¿Hola?, ¿Me escuchan?

-¡Sí!, hola, por favor ayúdanos. Tengo---que esta herida---ayuda -Sonaba desesperada y preocupada.

-¿Dónde se encuentran?¿Están solas? -Preguntó Michael

-Ehm, No sé---estamos, hay un gran puente, no funciona. Había una persona---loco---atacó e hirió a mi amiga

Michael miró a Wilson, ya se había recuperado algo, al parecer pensaba lo mismo que él, quizás era alguien conocido, además era una voz femenina. No había nadie en el pueblo, era difícil que esa persona fue la que los estaba atormentando, además las habían atacado, eso descartaba esa posibilidad. Para asegurarse, preguntó algo clave.

-¿Cuál es tu nombre? -Era una pregunta simple, ella la escucharía clara.

-Mi nombre es ------, mi amiga se llama ----, esta muy mal, ayuda. Estamos en---puente, rápido, por -----.

La comunicación se cortó de pronto, dejando la duda entre Wilson y Michael, quienes eran esas personas, porque habían sido atacadas, podían haber sido Maria y Anne. 

Wilson y Michael conversaron un poco. Tenían dos opciones: Ir por Alex o por las chicas misteriosas del puente. En el primer caso, Alex estaba en un basurero a una distancia considerable, tardarían en llegar, quizás no alcanzarían a ayudar a la otras chicas, y si iban por las chicas, había una posibilidad de que no llegaran a tiempo y Alex muriese. No tenían mucho tiempo por delante, así que se decidieron rápido: Debían ir por las chicas de la radio, Alex podría salvarse, tenía el cerebro y las agallas para salir bien parado de cualquier situación, a pesar de estar algo herido. 

No estaban muy seguros hacía donde se encontraba, pero se podían orientar bien ya que sabían hacia donde estaba el bosque y el edificio del generador, con esas dos pistas, solo les quedaba una orientación a la que debían ir: Al norte. Caminaban bastante rápido, con el temor de que por tiempo la chica que estaba herida pudiese morir en cualquier instante, se apresuraron. Se dieron cuenta que estaban dejando la zona más centralizada ya que las edificaciones iban cambiando de altura, desde oficinas no muy grandes hasta unas casa bastante pobres, que no cumplirían ningún estándar. Cuando ya estaban en el extremo de la ciudad, pudieron visualizar el gran puente levantado. Se apresuraron más y comenzaron a correr, ya no les importaba si los escuchaba el psicópata o alguien, tenían que agruparse con las chicas.