Toc, toc, toc.
Max oyó los golpes a su puerta pero prefirió no abrir. Habían pasado varias semanas desde su llegada al refugio y había comenzado a sentirse como en casa. Todo había sido normal tras el "incidente" con Gisselle. Él procuraba evitarla y ella no daba signos de querer establecer ningún tipo de contacto. Al principio le había parecido muy hermosa, pero con el tiempo se dio cuenta que más bien era como una estatua, siempre bella, pero fría y gris.
El mismo día del incidente, fue ha hablar con Gracia de lo ocurrido. Le contó la escena que había vivido y ella le escuchó con toda su atención y le pidió que no dijera nada a nadie. Desde entonces estuvieron practicando esa habilidad de poder ver trozos del pasado tan solo yendo a lugares y observando fotos.
Toc, toc, toc.
-¡Max! ¡Sabemos que estas ahí! ¡Tiraremos la puerta abajo como no salgas!
El niño se quitó los cascos de su ipod y cerró el libro que estaba leyendo (no sabía como, pero una semana después de llegar, su ipod había aparecido encima del escritorio y milagrosamente funcionaba). Bajó de la cama y mientras caminaba hacia la puerta esta cayó al suelo, dejando ver a Hannah con una pierna en el aire -como si hubiera dado una patada de kárate- y a Deb haciendo la grulla detrás.
La verdad es que Max se llevaba muy bien con ellas, solo que a veces se sentía incómodo ya que eran como hermanas, mientras él quedaba un poco apartado.
-Tardabas demasiado -gruñó Hannah- Gracia nos ha pedido que te avisemos de que va a dar un anuncio importante-.
-Voy en un momento... -Max empezó a levantar la puerta para colocarla en su sitio, pero Deb se lo impidió-
-Ven ahora. ¡Estamos ansiosas por saber qué nos va a contar Gracia!
-Pero... -cada una lo agarró de un brazo y se lo llevaron a rastras-.
En la cocina estaban ya todos: Gracia sentada en la cabecera de la mesa; a su derecha Caleb hablando con Raven que estaba a su lado y enfrente de ellos Gisselle, que ni siquiera desvió la vista de un dibujo que estaba haciendo para mirarlos. Hannah y Deb tomaron asiento a su lado y Max se sentó al lado de Raven. En cuanto todos estuvieron acomodados, Gracia se puso en pie y todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para escucharla:
-Gracias por haber venido tan rápido. Como ya sabréis, hemos encontrado a los últimos de nuestra especie (que sepamos) tras haber hallado a Max -en ese momento todos se giraron en su dirección, bueno, todos menos Gisselle, que siguió mirando a Gracia- así que creo que ya va siendo hora de salir a la superfície... Debemos empezar a buscar una forma de regresar a casa, a ver si alguien ha sobrevivido, por eso nos trasladaremos a Castle Combe, un pueblecito de Inglaterra, ya que fue ahí donde aparecí al atravesar el portal, por lo que quizás encontremos alguna pis-
-¿Dónde está eso? -interrumpió Hannah-.
-Si me dejases acabar, lo sabrías -Hannah murmuró una disculpa y Gracia continuó- Bien, como decía, quizás allí encontremos alguna pista. Son casi principios de diciembre, así que entraréis a clases en el segundo trimestre, en la Academia Winshire. Obviamente, sólo podéis ir allí Deb, Hannah, Gisselle y Max, que son los que estan en edad de asistir -por aspecto básicamente, excepto en el caso de Max que si es por edad real- Mientras, Raven y Caleb asistiran a la universidad en Bristol. Por supuesto, hay que pensar una historia creíble para explicar quiénes somos. ¿Alguna idea?
-¡Podemos ser una mafia! -propuso Deb- ¡Yo me pido soplona!
-Por favor, pensad cosas verosímiles...
-Gracia, ¿De donde vamos a sacar el dinero?
-No te agobies, Raven, puedo crearlo.
Todos se quedaron callados unos instantes, algunos pensando algunos en una posible cohartada otros en el dinero, hasta que Gisselle habló:
-Podemos decir que tú eres una trabajadora social, que a lo largo de tu carrera has visto niños que querías quedarte para cuidarlos como se merecen y nos adoptaste. O aunque sea, podríamos decir que solo Caleb es tu hijo biológico, porque básicamente es así ¿no?
-Es una idea muy buena, Gisselle, muy buena; de hecho, va a ser nuestra historia. Voy a reservar las plazas en la academia y en la universidad, así que Caleb y Raven, venid para que decidamos que vais a estudiar. Gracias al resto por vuestro tiempo, nos veremos en la cena.
Gisselle se levantó la primera, cogió su dibujo y se fue. Le siguieron Deb, Max y Hannah, que fueron a la habitación de esta última.
La habitación de Hannah tenía mas bien el aspecto de un taller mecánico. Era del mismo tamaño que todas pero tenía el techo muy alto. La cama estaba colgada de la pared como si fuera plegable. El chico suponía que era para tener más espacio. El resto del cuarto estaba lleno de mesas y bancos de trabajo con diversos proyectos y las paredes estaban cubiertas de recortes de periódico y fotos. Max no se atrevía a acercarse, ya que cuando lo hizo por primera vez, Hannah casi le rompe el brazo del placaje que le hizo.
-¿No tenéis ganas de salir de aquí ya? -preguntó Hannah que había aprovechado para tumbarse cómodamente en la cama-.
-La verdad es que sí... La última vez que salimos fue cuando encontramos a Max, y la anterior hace al menos diez años, ¿no?
-Fueron veinte, lo recuerdo porque era el quincuagésimo séptimo cumpleaños de Gracia
Aunque ellas no se daban cuenta, al niño siempre le entraban escalofríos cuando hablaban de sus edades, ya que aunque apenas habían envejecido, tendrían como treinta años cada una, en vez de quince...
****
Durante la cena, nadie habló, hasta que al final Gracia les confirmó que ya había encontrado casa en Castle Combe y las plazas en la Academia Winshire ya estaban reservadas. Se trasladarían en una semana o así, justo para vacaciones de navidad y empezar el segundo trimestre. La cohartada era básicamente lo que había dicho Gisselle, solo que añadiendo que venían de Manchester en busca de un poco de tranquilidad y porque a Gracia la habían trasladado a Bath.
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Híbridos (pausada temporalmente)
Fantasy¿Quién cree hoy en día en unicornios o seres mágicos? Creeme, pronto lo harás. ¿Un consejo?, cuidado con los cazadores.