Capítulo 39

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Desperté porque no aguantaba el terrible dolor de cabeza que me había inundado. Miré a mi alrededor, estaba en una habitación desconocida. Era grande, y estaba algo oscura. La única luz provenía de una lámpara de noche, sobre un mueble que estaba a mi lado. Pude distinguir un ropero, una mesita frente a la cama y un escritorio. Me senté y tallé mis ojos para acostumbrarme a la oscuridad.

-¿Quieres que te traiga un poco de agua?- Escuché una voz gruesa hablarme. Busqué a la persona proveniete de esa voz, y vi algo moverse entre las sombras.

-¿Quién es usted?- Dije con voz temblorosa.

-Tu ya me conoces muñeca- Escuché. Y fue cuando lo vi. Mike estaba caminando hacia mi; se paró frente a la cama.

-¿Señor Maslow? ¿Qué hace usted aquí? Se supone que debería de estar en Canadá, con...con James-

-Así era...pero desde que te vi con mi hijo aquella mañana, decidí quedarme un par de días más aquí-

-¿Qué es lo que quieres?- Le pregunté a la vez que buscaba un modo de escapar.

-A ti- Me dijo, y una sonrisa repugnante se formó en sus labios.

Yo solo hice una cara de asco antes de pararme e intentar correr hacia la puerta, pero el padre de James fue mucho más rápido que yo y me sujeto del brazo, me jaló de vuelta a la cama y me tumbó en esta.

Empecé a gritar, pero inmediatamente sentí su mano estrellar en mi mejilla.

-¡Cállate! De todas maneras nadie podrá escucharte, estamos lejos de tu casa preciosa- Me dijo aún con su sonrisa. Quise pararme pero se puso encima mio y me inmovilizó. Yo luchaba con todas mis fuerzas, pero obviamente el era más fuerte que yo, y cualquier cosa que intentaba era en vano. Comenzó a besar mi cuello; yo gritaba y pataleaba, pero al parecer le molestó porque recibí más golpes.

-Escucha niña, podemos hacer esto por las buenas o por las malas- Dijo quitándose la camisa junto con la corbata. Yo sólo me moví bruscamente para tratar de zafarme, pero él lo impidió y de nuevo me golpeó.

-Bien, por las malas entonces- Gruño. Se acercó a la mesita de noche y sacó unos pedazos de cuerda, yo sólo lloraba sin control. Tenía miedo, mucho miedo, aparte tenía la cara adolorida. De nuevo intenté alejarme de él, pero logró atarme de las muñecas y los tobillos a los barandales de la cama. Intentaba zafarme mientras Mike se quitaba él resto de la ropa, pero por cada jalón que daba, mis muñecas me ardían más y más.

-¡Auxilio! ¡Ayuda!- Grité con todas mis fuerzas.

-¡He dicho que te calles estúpida!- Gritó aquel hombre, y luego se puso encima mio para golpearme una vez más.

Yo gritaba, lloraba, me removía con fuerza...pero nada impidió que el padre de James me arrancara la ropa de manera brutal. Toqueteaba y besaba mi cuerpo salvajemente, lo que me provocaba mucho dolor y unas terribles nauseas.

-Porfavor...para...me estas lastimando- Le supliqué llorando.

Me ignoró y siguió apretujando y lamiendo mi cuerpo. Por cada grito que daba, recibía un golpe en cualquier parte de mi cuerpo; y cada vez que me removía violentamente, obtenía un terrible apretujon. Una vez terminó de sacarme la ropa, quiso abrir mis piernas, pero yo lo impedía.

-¿En verdad quieres hacer esto más difícil preciosa?- Me preguntó alzando una ceja.

-Vete al infierno- Le dije con odio.

-De ahí vengo querida- Mustisó sonriente. Cada vez que sonreía de esa manera lo único que me provocaba eran ganas de vomitar.

Tomó con fuerza la parte de arriba de miz piernas, apretándolas con demasiada firmeza, encajando sus uñas en mi piel; las separó con coraje y me penetró por completo. Jamás en mi vida había sentido un dolor tan horrible como el que estaba sintiendo ahora mismo. Grité con fuerza cuando aquel animal se movía dentro y fuera sin piedad alguna. Derramaba tantas lágrimas que la cobija ya estaba empapada, y yo estaba hecha un desastre. Quería moverme, levantarme y apartar a Mike fuera de mi, pero las sogas en mis muñecas y en mis pies me lo impedían.

El hombre daba fuertes embestidas que me lastimaban terriblemente, y yo lo único que hacía era rezar para que toda esta tortura se acabara. Después de un rato más, sentí al padre de James estremeserce, y supuse que había llegado a su orgasmo, porque también soltó un gemido que me puso los pelos de punta.

-No puedo creer que eras virgen- Dijo a la vez que salía de mi cuerpo. Cuando lo hizo, de nuevo sentí demasiado dolor, pero poco a poco se fue calmando...aunque no del todo.

-Ya regreso, no te muevas- Me dijo Mike serio, pero después se rió aterradoramente. Después salió por la puerta como si nada. Yo solté un gran suspiro. Aún no había dejado de llorar, simplemente no podía, estaba muy agotada y adolorida, tanto física como mentalmente. Miré mi cuerpo, estaba muy rojo, con varios rasguños y un poco de sangre. Dejé caer mi cabeza en el colchón y comencé a sollozar. Iba a gritar, pero la garganta me ardía mucho.

Estaba comenzando a quedarme dormida, cuando escucho la puerta abrirse. Era Mike, quien se acercó a mi y con un pedazo de cinta cubrió mi boca.

-¿Estás lista?- Me preguntó, y después se subió a la cama para violarme de nuevo, una y otra vez, durante horas y horas. Nunca había sentido tanto asco, miedo y odio por una persona...sobre todo odio. Sentía que esta sensación de querer desaparecerlo del planeta era algo sobrenatural, me estaba torturando de la peor manera posible y ni siquiera le importaba. Nadie sabía donde estaba, y no sabía lo que me esperaba de ahora en adelante. Era en esos momentos en los que preferiría estar muerta.

Bad Boy >>James Maslow<< Big Time RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora