III. Cristal roto

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- ¡Ryan! -llamó a su hijo mayor.- Vamos, pasa. -me sonrió y cerró la puerta, para después, dejar su abrigo en el perchero detrás mío. Caminamos por el pasillo hasta llegar a la cocina. - ¡¡Ryan!! -gritó Gordon horrorizado, alce la mirada que permanecía en el piso y en el último cuadro del pasillo.

- Ohh, dios... -articule con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa, me tape los ojos en seguida. Un chico de cabello rubio estaba completamente desnudo preparando se lo que parecía ser un sandwich.

- Dios, Ryan... ¿En qué estabas pensando? -dijo Gordon exaltado.

- No seas tan exagerado, solo me preparaba un sándwich.

- ¡¡Estás desnudo!! -gritó Gordon bastante alterado.- Ve a cambiarte.

- Espera y termino mi sandwich. -contestó el chico rubio y siguió con lo que hacía. Me voltee con los ojos cerrados hacia la pared a la que antes le daba la espalda, aunque no sirvió de nada porque mientras miraba uno de los cuadros, me di cuenta de que en el cristal del cuadro estaba el reflejo de la cocina y del chico rubio.

- ¡¡Ya!! Dios, ¿en que pensabas? Te dije que hoy venía Lily. -gritó Gordon muy molesto.

- Bueno, un regalo de bienvenida, le hago un sandwich y ya... tenía hambre, pero claro, en esta casa ya no se puede tener hambre, ni comer, ni nada. -exclamo molesto también.

- Lo siento, Lily... ya puedes voltear.-dijo Gordon. Hice lo que dijo, abrí los ojos y voltee, solo para ver el trasero del mismo chico de antes terminar con lo suyo y irse por el pasillo hasta las escaleras, para luego subir.

- Umm, no es nada, aunque no todos los días ves a un chico desnudo haciéndose un sándwich en una casa de estadía en Nueva York.

- Si... -rió un poco.- Bueno, vamos, sigue a la sala.-dijo dándome el paso por el pasillo y luego a la sala, muy linda en verdad.

- Es una hermosa casa, me ha gustado, es sencilla pero con un algo original y muy cómoda, gracias pero aceptarme aquí.

- Es un placer, muchas gracias... si, Cárter y yo quisimos tener algo simple, bonito y cómodo, pero el mérito de todo esto es para ella. Sonreí en respuesta.- Iré a buscar a mi hijo, -dijo saliendo de la estancia.- ponte cómoda.

- Claro, gracias. -me senté en un sillón de un color amarillo pálido, vi un estante con fotografías y mi curiosidad salió a flote, me levante lentamente del sillón y me acerque a el estante; habían varias fotos y unos cuadros encima del estante. En la primera foto aparecía un niño sonriente corriendo en un campo o parque y a un hombre persiguiéndolo con una sonrisa; en la segunda foto aparecía una mujer sonriendo, estaban en un parque y ella estaba en el piso; en la tercera foto aparecía una niña dormida en la parte trasera de un auto; en la cuarta foto aparecía un perro junto a un niño sonriendo; en la quinta foto aparecía el mismo niño besando la cabeza del perro de la foto anterior, este observaba cansado la cámara con la que ha continuación le tomarían una foto; en la sexta foto aparecía un niño cargando a una bebita, la miraba tan concentrado; y en la séptima foto aparecía toda la familia, Gordon, su esposa Cárter(supongo), la niña de antes, Rose y el chico rubio de antes, la foto se veía reciente, tal vez algunos meses atrás, los padres(Gordon y Cárter) tenían expresiones felices, al igual que su hija, aunque el chico tenía expresión impasible y seria.

- ¿Te gustaron las fotos? -preguntó alguien detrás de mí, un grito ahogado salió de mi junto con un pequeño saltito asustada, me había tomado por sorpresa.

- Si, gracias, señor Evans. -dije sin apartar la mirada de las fotografías. - Gordon, me preguntaba si...-voltee y vi que la persona con la que hablaba no era quien yo pensaba.- Ohh, lo siento, umm... hola.-me disculpe y me acerque un poco a el chico rubio.

A dark secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora