V. Peleas y confusión.

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- Pues bueno... si no me quieres aquí me iré. Sabía que eras un capullo, un grosero y antipático, aunque por un momento pensé que solo aparentabas serlo, ser un idiota... pero parece que eso lo tienes de nacimiento. -finalice con las mejillas rojas de la rabia, apreté los puños, sentí que si no callaba en ese momento, iba a decir algo peor y no quería, era un idiota, me había encontrado a muchos como él, pero incluso ese tipo de personas no merecían tantos insultos. Salí del lugar con pisadas fuertes y decididas, oprimí el botón con el número uno, que me llevaría al lugar del que poco antes había subido con Ryan agarrando mi brazo.

Su última mirada era molesta, en sus ojos se veía el enojo pero aun así se podía ver la tristeza también, sus mejillas ya se veían casi normales, su boca estaba entre abierta, sus labios se veían carnosos y rosados, su rostro comenzaba a obtener una palidez que iba con el clima de la ciudad, cuando las puertas del ascensor casi se cerraban frente a mí, oí el sonido de su celular, no contestó, permaneció mirándome mientras las puertas cerraban, en el momento en que se cerraron las puertas y el ascensor comenzó a descender, supe que quería volver, volver a allá arriba con él, quería seguir viendo la puesta, quería seguir sintiendo esa seguridad que no había sentido desde hace mucho pero debía ser firme y no volver, en un momento pensé que lo vería bajar de un ascensor cuando estuviera abajo o que lo vería abajo cuando llegara, pensé que se disculparía. El ascensor siguió bajando piso tras piso hasta llegar al final, las puertas se abrieron para dejarme ver un estacionamiento.

- Ohh, dios... he oprimido mal, era el segundo piso, ¡Rayos! -exclame frustrada, intente hacer que el ascensor volviera pero las puertas ya se habían cerrado y alguien más había oprimido el botón antes que yo. Camine buscando la salida, divisé una pequeña cabina iluminada con lo que parecía ser un hombre dentro, corrí hacia esta.- ¡Señor! -llame al hombre.- ¡Señor! -repetí.

- ¿En qué puedo ayudarle, señorita? -preguntó con cortesía.

- Um, ¿Como puedo salir de aquí? Es que me he bajado en el piso incorrecto, debía estar en el de arriba.- Ohh, bueno... tendrá que seguir derecho, hay un túnel, debes pasarlo y te encontrarás con dos caminos, vas por el de la derecho y ahí está, deberías encontrarla fácil.-contestó amablemente.

- Muchas gracias, en serio se lo agradezco.

- No ha sido nada. -sonrió. Camine al túnel del que habló el señor, seguí todas las instrucciones que me dio el portero y milagrosamente vi la salida.

- Gracias al cielo.-exclamé, la luz se veía poco, el sol estaba por ocultarse, salí del lugar.

« Dios... ¿A donde voy? No se ni la dirección de la casa, tampoco tengo teléfonos de la familia. »

Mire en todas las direcciones en busca de una pista que me diera una dirección a la cual ir.

- Ay no... -exclame nerviosa, ¿a donde iría? Ese era el problema, no sabía a donde ir.- Espero ir por el camino correcto.-zanje caminando a la derecha, seguí caminando unos diez metros más o menos.

- ¡Ey! ¡Ey! -gritó alguien detrás de mí, no preste mucha atención ya que no sabía a quien llamaban y yo solo quería irme a casa.- ¡Lily! -gritó de nuevo, abrí los ojos como platos al escuchar mi nombre.

« ¿Que? »

Voltee rápidamente, ¿Ryan?

- ¡Lily! ¡Eh! Regresa aquí. -volvió a gritar, no quería hablar con él, tal vez era inmaduro y muy infantil y irresponsable, pero estaba muy molesta para hablar con él.- ¡Eh! ¡Lily!-volvió a gritar detrás de mí, voltee a verlo sin dejar de caminar, se veía agitado y cansado.- Vamos, Lily... no seas inmadura.-gritó de nuevo, lo ignore y seguí caminando.

- ¡Claro! Lo dice el más maduro, ¡Eres un tonto, Ryan! -exclamé furiosa caminando de espaldas, con la vista fija en él, me gire y comencé a correr.

- Dios, vamos, ¡Para, por favor! -grito de nuevo, en ese momento me di cuenta de lo infantil y inmadura que estaba siendo. Era estúpido, yo no era así, yo no soy asi, me detuve frente a un café y espere a que Ryan llegará, un vidrio de las ventanas del local me dejo ver mi reflejo, me veía tan... diferente a mi, no físicamente pero sabía que no era igual que ayer, yo me conocía y no era así, no era infantil, ni inmadura, yo no huía de las personas... no, yo sabía lo que era y me estaba dejando llevar por un tonto neoyorquino, algo estaba cambiando en mi, no iba a dejarme llevar por nadie.

- ¡Eh!-exclamó Ryan en frente mío, se veía exhausto. - ¿Que coño te pasa? -pregunto tomando aire, con las manos sobre sus rodillas.

- ¿Que querías? -pregunte desinteresada, no iba a hablarle, estaba molesta aún y él no se había disculpado.

- Mama me llamo, dicen que ya nos tenemos que ir. -contesto aun tomando aire.

- Entonces vámonos. -zanje intentando llamar un taxi con la mano, seguí tratando.- Vamos, vamos... ¿como se consigue un taxi aquí? -me pregunté al ver que nadie me prestaba atención.

- Tienes que usar los dedos, un silbido, novata. -contestó Ryan, silbo y rápidamente un taxi se acercó y se estaciono frente a nosotros.

- ¿Taxi? -preguntó amablemente con una sonrisa el taxista.

- Si, gracias. -conteste amablemente.- Vamos.-zanje fría a Ryan, me monte al auto y luego Ryan, este último le dio la dirección al taxista, mientras éste conducía mire en mi teléfono la hora, eran las 6:30 PM, luego mire los contactos un momento.

« Papa, Evan... »

Quería llamarlos pero pensé que era mejor hacerlo mañana y contarle todo. Extrañaba todo y quería volver pero mi nueva vida con esta familia y con una universidad excelente me esperaban.

« Vamos, Lily, no seas irresponsable y inmadura. Tu puedes hacer esto. »

Llegamos a los quince minutos, la verdad es que había un tráfico de histeria pero el taxista, supo tomar algunos atajos que nos llevaron a casa en minutos, le pagamos al taxista y salimos del auto. Camine tranquilamente hacia la puerta de la casa en la que viviría por los próximos años, que esperaba no fueran muchos, no quería tener que vivir con Ryan, este tomo mi mano antes de llegar a la puerta.

- Eh, Lily. -se acerco. - Vamos, no tienes porque molestarte, vamos. -sonrió.

- ¿No tengo? -replique, suspiro.

- Bueno... tal vez, pero tu te me acercaste y me arruinaste el dibujo. -se excusó, era un cínico.

- Ah, cállate. -exclame con las mejillas rojas de la ira, apreté los puños queriendo golpearlo en la cara pero esta vez me comportaría bien y golpearlo estaría mal, muy mal y más aún si lo hacía frente a su casa, me solté de su agarre y abrí la puerta, me tranquilice para darles mi mejor cara a la familia.


A dark secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora