Me he caído, no puedo levantarme, mis pequeñas manos no son capaces de soportar el peso de mi pequeño cuerpo.
Lo intento una vez más, pongo las manos en el suelo y me impulso para mantener el equilibrio solamente con los dos pies.
Cuando creo que lo he conseguido, cuando pienso que ya estoy hecho todo un hombre, caigo por detrás sintiendo por primera vez qué es el dolor.
Lloro porque no sé hablar, nunca me han enseñado a hablar el idioma de los mayores. Pero prometo que algún día lo haré.De repente, siento el calor de unos brazos que me levantan de mi sitio y me susurran como si fueran a romper el viento: «Cariño, ya estoy contigo, no llores más».
Se me llena el corazón al escuchar esas palabras.
Te conozco de pocos días pero sé que te quiero más que a todo lo que hay en el mundo porque me cuidas y siempre estás a mi lado.
Sé que nunca me dejarás.
Te cojo el dedo y apoyo mi cabeza en tu pecho mientras los dos bailamos al ritmo que has creado con esa canción que siempre cantas cuando estoy mal.
Pero no estoy tranquilo, no quiero que me veas como una persona débil, quiero demostrarte que puedo ser un hombre como lo fue papá y que estés orgullosa de mí.
Por ello, intento hacer ruidos con la boca mientras pones una mirada curiosa observando mi rostro que supongo que ha de ser divertido.
No dices nada, solo sigues con un brillo en tus ojos como esperando a que haga un milagro. Por ti, haré todos lo que haga falta a lo largo de mi vida.—Ma... Mamá— digo por fin.
Abres tu boca sorprendida y noto como nuestro abrazo se hace más fuerte mientras me das besos por toda mi cara.
Estoy feliz de verte feliz, prometo que siempre intentaré hacerte sonreír.
Ya puedo dormir tranquilo, sintiéndome fuerte, sintiendo tu calor mientras poco a poco dejo de jugar con tu dedo.
Te quiero mucho, mamá.
Irónico comenzar la última caída con la primera de nuestra vida.
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Gracias por seguir ahí ❤️.
Nos leemos,
Alicia 💃🏽
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Siete minutos y medio
Short StoryDicen que cuando te mueres te quedan siete minutos de actividad cerebral donde eres capaz de recordar toda tu vida... Pero no te da tiempo a ver todo, solo eres capaz de ver aquello que ha marcado tu historia, aquello que define tu nombre. Y esto es...