Dieciséis

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-niña, ¿donde estas?!. Ya no te escondas de mi. Te voy a encontrar y te juro que te va a ir peor-

Esa voz retumbaba por todo el lugar, solamente me pude esconder bajo mi cama.

De un momento a otro todo se volvió blanco.

-te dije que te encontraría mocosa, ahora de esta no te escapas-

Sus sucias manos en mi cuerpo -auxilio, ayúdenme por favor.

-por favor!!!- por acto reflejo me senté en mi cama.

No otra vez. No por favor. Las malditas pesadillas volvieron. Una lágrima cayó en mi regazo, no me había dado cuenta que estaba llorando. Esto siempre me pasaba.

A pesar del paso del tiempo, no lo podía olvidar y creo que nunca lo haré. Ya estoy acostumbrada a esto.

Limpio las lágrimas que aún persisten en mi rostro y me recuesto nuevamente para poder conciliar el sueño.

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Camine hacia la cocina y su pequeña mesa con la esperanza de que Mel aun no despertara pero nadie escucho mis suplicas.

-buen día Nathy- me dijo otorgándome una sonrisa mañanera

-buenos días Mel, ¿como amanesiste?- conteste tomando una taza para tomar un poco de leche que había en el refrigerador me acerqué a sentarme en la mesa, acto seguido se sentó ella aun lado mio.

-de maravilla, aunque yo y mi pequeño hubiéramos preferido que Mario estuviera con nosotros- comento con una cara triste mientras acariciaba su barriga creciente. Ya había pasado un mes desde que nos enteramos de la noticia de su próximo hijo.

-si eso se entiende- comente mirando dentro de mi taza como si el contenido fuera a escapar del recipiente. -y a todo esto ¿cuantos meses dices que tienes de embarazo?-

-mañana serán cuatro meses y en una semana iremos a nuestro primer eco del bebe- contestó con emoción y un lindo brillo en su mirada.

Me levante de la mesa, ella me observo extrañada -disculpa tengo que ir a terminar algunas tareas de la Universidad- le dije tratando De mostrarle una de mis mejores sonrisas, la rubia se la creyó y solo me sonrió mientras que yo caminaba con rumbo a mi habitación..

Ciertamente no tenía tarea que realizar, pero no quería seguir teniendo esa conversación con ella.

Mario se fue luego del día que entro a mi cuarto borracho, dijo que tenia que ir a hacer algunos negocios a Colombia con uno de sus amigos.

Desde ese día estoy en esta casa con la oxigenada que esta muy obsesionada con el tema de su bebé.

Al llegar me arroje a mi cama, tome mi teléfono para llamarle a Sebas.

-bueno -dije al teléfono

-hola Nathy, ¿como te va?- me pregunto con la respiración algo agitada

-se diría que bien

-wow. Te oyes con muchos ánimos- hablo con sarcasmo -¿que te parece si vamos a comer algo?

- estaría bien, ¿quieres que le llame a David para avisarle?

-no, de hecho, estaba pensando que solo fuéramos tu y yo por un helado

-me parece bien. Oye ¿porque te escuchas tan agitado?

-es porque estoy en el gym, tal vez deberías venir para ponerte en forma- se rió de su comentario

-oye!!! No seas grosero conmigo

-Bueno, ya no lo seré, pero pasare por ti en unas cuantas horas cariño-.

Luego de eso corto la llamada. Cuando hablaba con el siempre me hacía sentir mejor, Sebas y David se habían convertido en mis mejores amigos en la universidad, su amigo Ruiz me caía muy bien, pero no era tan apegada a él como con los otros dos.

Unas horas después me encontraba abriendo la puerta a un Sebas con una gran sonrisa esparcida en todo su hermoso rostro. No pase de largo al ver una Mel sentada en el sofá acariciando su vientre.

-lista para irnos

-claro, yo siempre estoy preparada

-entonces adelante- justamente fuera del edificio me pregunto otra cosa -¿acaso no es muy pronto para que ella este viendo ropa para bebé?-

-si lo es pero ella es algo especial- una brisa helada hizo que mi cuerpo temblara

-creo que tienes un poco de frío, yo puedo ayudarte con eso- paso su brazo alrededor de mi espalda para cobijarme y brindarme algo de calor extra.

-gracias- le dije y le sonreí

-yo haría todo por ti- se fue acercando poco a poco pero antes de poder besarnos choque con alguien

-perdone no fue mi intención- levante mi mirado tilo vi muy atento

-me voy un mes y ni siquiera un abrazo me das-

solo conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora