Una semana había pasado desde que decidí mudarme con David, una semana tranquila sin nadie que me gritara o me pusiera los pelos de punta.
No había visto a Mario y no quería hacerlo, simplemente me encontraba muy bien.
David y yo nos hemos ido juntos a la universidad en su auto, y he salido con Sebas algunas veces, siempre que salgo con el, me siento algo incómoda, pero aun así la mayor parte del tiempo es reconfortante hablar por horas con él, puesto que, es una persona que sabe escuchar. Precisamente hoy saliendo de la universidad iremos al parque.
Me apresuré a tomar mis libros rápido y así poder llegar a tiempo a mi clase de matemáticas.
De forma rápida llegue al salón y tome asiento donde normalmente lo hacía.
Entro el profesor y la mayoría de los alumnos faltantes ingresaron detrás de él, aveces siento que estos chicos se toman muy enserio el horario de clases y no pueden ingresar ni antes ni después, borre ese pensamiento fugaz de mi mente para poder prestar la mejor de las atenciones a la clase, la verdad en esta materia me estaba lleno muy mal, siempre me toca las últimas horas y es cuando más pienso en Mario.
Todo transcurría normalmente hasta que la clase fue interrumpida por el director.
-Disculpen alumnos pero necesito hablar con su profesor un momento-. dijo con una voz gruesa y firme, el profesor salio detrás de él y algunos minutos después entro con una joven a un lado de él.
Ella era algo diferente a lo que se ve en estos lugares, su piel era casi un color durazno, era alta y de buen cuerpo que se podía notar además de sus ropas que lo cubrían en su mayoría, su cabello negro contrastaba perfecto con su rostro aunque de medios a puntas tenía un color azul marino, pantalones negros y una camisa de fútbol americano, no había visto más que chicas fresas por aquí y ella si que es un buen cambio.
El profesor le dijo algo en el oído y ella camino por el salón con la mirada de todos sobre ella, se encontraban varios asientos libres pero ella decidió quedarse a un lado mio, se reanudo la clase nuevamente pero mis apuntes se vieron interrumpidos por alguien.
-Aló pequeña, soy Luciana pero prefiero que me digan lux y ¿cual es el nombre de vos?-. dijo con una sonrisa muy linda.
-Natalia pero dime Nathy, una pregunta ¿de donde eres?-. dije un tanto confundida mientras admiraba su pintoresco cabello
-Mira que tonta sos, es por mi asentó ¿verdad?-. asentí con la cabeza -Yo sos de Argentina, pero tengo algunos años viviendo aquí en México, por ello mi asentó es algo raro-. termino de decir ella mientras yo seguía mirandola, su rostro tenía una perforación en pómulo izquierdo, sus ojos con una raya algo gruesa asiendo que resaltara más su color café oscuro y la oreja derecha tenía más de cinco perforaciones en la parte superior.
-Oye, me dijiste que vosotras os llamas Nathy verdad?-. deje de mirar sus orejas por un momento para poder mirarla a los ojos.
-ammm... Si ¿por que?-.
-solo te quería decir que dejes de verme como vuestro proyecto de ciencias, nunca viste perforaciones en tu vida-. se notaba que ella se divertía con la cara de pena que seguramente yo tenia en estos momentos pues no podía dejar de apretar sus labios para no reír.
-lo siento-. tape mi cara con mis manos para que no me mirara, solamente la toque un poco y pude sentir como mi rostro se encontraba hirviendo en pena.
-Esta bien, os perdonare con una condición, que vos almuerces conmigo mañana-. la campaña de la salida resonó por el salón y los alumnos que se encontraban con nosotros desaparecieron mientras el maestro gritaba que necesitaba la tarea para mañana, yo solo miraba a la chica que se encontraba a un lado mio.
-claro, será un placer-. conteste sin pensarlo más.
-Gracias, veras que no os arrepentiréis Nathy, hasta mañana-.
ESTÁS LEYENDO
solo conmigo
Fanficsimplemente no puedo imaginar mi vida sin ella de ahora en adelante. Ella le ha regalado un sentido a mi existencia y solo por ella lo dejaría todo... ___________________________________ ¿Que es lo que pasa cuando dejas a dos adolescentes juntos en...