solo conmigo

Cinco

Hoy es lunes y ya van dos semanas desde lo ocurrido con Mario. Él es algo extraño, nunca había conocido a nadie como el pero de igual manera lo odio.

También hoy es un día terrible, han pasado apenas 5 años de lo que paso pero aun así sigo recordando todo como si fuera ayer.

Tan solo al imaginar esa imagen de la pobre niña en mi cabeza siento repulsión y asco con ganas de matar a esa persona tan maldita.

Lamentablemente los nervios me ganaron y comencé a llorar y sollozar como si no hubiera un mañana.

Por suerte Mario no se encontraba en mi casa, hubiera preferido morir antes de que el me viera en esta manera, estaba en un pasillo del departamento, justamente en un rincón, mis rodillas se encontraban presionadas contra mi pecho.

De un momento a otro sentí la necesidad de meter mi cabeza y esconderme, en mundo sólo existía el recuerdo de aquel momento que solo algunas noches recordaba.

Estaba intentando tranquilizarme, pero de repente sentí como se poso en mi espalda alta una mano, estaba caliente, pero no era como para sentirse amenazado era mas bien como de apoyo, cuando menos lo pensé ya estaba justamente el chico al cual tanto odio tratando de consolarme y abrazandome - Todo va a estar bien princesa- eso me tomo por sorpresa y solo me hizo acurrucarme contra su pecho y buscar seguridad.

pasaron al menos dos horas, yo seguía llorando y Mario me abrazaba cada vez mas fuerte. Decidí dar fin a esta posición poniéndome de pie, Mario me miro demasiado extrañado por mi comportamiento mientras que yo solo corría a mi cuarto. No quería que el me viera de esta manera, tan frágil y débil a la vez.

Cuando llegue al pequeño espacio en ese departamento solo me encerré y me puse de espaldas contra la puerta, me fui resbalando lentamente hasta quedar en el suelo. Me hubiera quedado en mi transe de no ser por unos golpes en la puerta acompañados por unos gritos -por Dios, abre la puerta por favor!!. solo quiero ayudarte-.

-¡ayudarme! jajaja, no me hagas reír tienes que solucionar primeros tus problemas y luego meterte en los míos-.le conteste con veneno en la voz.

-solo dejame intentarlo. La verdad es que me importas mucho-

-y ¿por que fuiste tan frío conmigo?-mi boca se adelanto a decir esto antes de que mi cerebro se pusiera a pensar -Sera mejor que me dejes sola.........por favor, necesito pensar un poco-. dije un poco tímida.

-Esta bien. Estaré en mi habitación para cuando estés dispuesta a hablar-.

-Gracias-.eso fue lo último que pude decirle, estaba demasiado confundida, él acaba de decir que le importo pero en este tiempo demostró otra cosa.

En ese instante me levante del suelo, me dispuse a abril la puerta y salir a buscarlo, mi sorpresa fue encontrarlo sentado en el pasillo vigilando la puerta de mi cuarto -¿Que es lo que haces aquí?- me atreví a preguntarle después de observarlo.

-Creí que me podrías necesitar y me quede, a demás, el piso en esta parte del apartamento es muy cómodo -. Después de estas palabras sonrió mostrando uno de sus característicos hoyuelos, a lo cual yo solo reí como una colegiala. -Y ahora sientate aquí porque necesitamos hablar-.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando dijo esas palabras, solamente me senté a su lado y lo mire -Adelante habla quiero saber que es lo que te tienes de esa manera- dijo con un tono de preocupación en su voz entonces le tengo que contestar?...

-Es solo un mal recuerdo de mi pasado y no creó que sea conveniente contártelo en este momento-. dije tratando de colocar mi mejor sonrisa al final de la oración.

-Esta bien, aceptare eso por ahora.¿Que te parece si vemos una película y comemos unas palomitas para pasar el rato?- me pregunto y yo solo asenti a lo que dijo -por cierto, no creas que se me olvido pero perdoname por lo de el otro día, no quiero estar molesto contigo ¿esta bien?-.

-si, solo por favor no lo vuelvas a hacer-

-Gracias, te lo juro que te lo compensare-.

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