Nunca Jamas

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Me encontraba corriendo de unos chicos que querían golpearme cuando de la nada caí en una especie de agujero, la razón, muy sencilla, una de las hermanas del grupo pensó que era un chico e intento besarme en la fiesta, la chica estaba un poco ebria y yo me encontraba con unas amigas conversando. Ella había salido de la nada y prácticamente se me había lanzado encima.

-Oye ¿qué crees que haces?-Dije quitándola de encima-

La chica al escuchar mi voz femenina se quitó de encima de inmediato. Su expresión había cambiado radicalmente. Me reí un poco debido a que me encanta ver la cara de las chicas al enterarse de que no soy un hombre. Bueno no es su culpa después de todo, yo soy la que prefiere usar el pelo corto y usar faja para esconder mis pechos.

-Eres una chica...-dijo sorprendida- Maldita lesbiana ¿Quién te dejo entrar aquí?-

Entonces todas las miradas se posaron en nosotras. La chica me miraba horrorizada y yo solo sonreía.

-Perdona... pero fuiste tú quien se abalanzó sobre mi... yo ni siquiera te estaba hablando... así que si alguien es lesbiana aquí... esa eres tu-

Entonces un chico alto apareció de la nada y pregunto qué estaba pasando. La chica conto una historia totalmente distinta y este le creyó, las chicas no hicieron nada por defenderme, y según su historia... yo la estaba acosando. Minas unas. El chico se alteró al pensar que eso era verdad y llamo a dos chicos más, fue entonces, cuando entendí que no iban a hablar conmigo. Me las ingenie para salir de la casa y bueno allí me encontraba yo cayendo a la nada y perdiendo el conocimiento de apoco.

Cuando abrí mis ojos me encontraba de frente contra el pasto. A pesar de haber estado cayendo parecía estar sana y salva. Fue cuando me dispuse a levantarme, pero entonces note que no estaba sola, había más gente a mí alrededor. Me moví con cuidado. Eran niños y se encontraban apuntándome con cuchillos, espadas y arcos. Por lo que di un pequeño salto y me senté. Tenían sus ropas sucias y andaban a pies descalzos.

Entonces frente a mi note unos pies, levante la vista con asombro ya que alguien se encontraba flotando frente a mí. Llevaba un traje verde al igual que un sombrero, era como si estuviera hecho de ojos. El muchacho que se hallaba frente a mi tenía sus orejas puntiagudas y el cabeceo de color rojizo.

-¿Eres un nuevo niño perdido?-

"niño perdido", donde había escuchado eso antes.

-Oye chico... te hice una pregunta- dijo poniendo una espada frente a mí- o acaso eres un nuevo pirata-

-¿Pirata?-pregunte-

El chico guardo su espada y me miro con atención.

-Tienes una voz muy femenina para ser un chico, además te vez mayor que la mayoría-dijo dando vueltas a mi alrededor-¿Cuántos años tienes?-

-17-

-y ¿cuál es tu nombre?-

Por unos momentos pensé en decirle la verdad, pero no veía a ninguna chica y le había llamado demasiado la atención el hecho de que mi voz no fuera masculina.

-Me llamo... Través- Mentí-

-Bien Través... Bienvenido a la tierra de Nunca Jamás-

Los niños a mi alrededor empezaron a hacer sonidos como si fueran indios y a girar en círculos gritando.

-¡Través! ¡Través! ¡Través!-

Me puse de pie al ver que ya no me apuntaban, entonces el chico extendió su mano hacia mí.

-Yo soy Peter Pan- Dijo sonriente, mientras me daba un apretón de manos-

No podía creer lo que estaba pasando, estaba en nunca jamás frente al mismísimo Peter Pan, el chico sobre quien mi madre me hablaba cuando era pequeña, quien se supone sería un niño por siempre, pero no se veía como tal, más bien, parecía tener la misma edad que yo.

Me tomo de los brazos y empezó a volar.

-¿A dónde me llevas?-

-A nuestro hogar... tu nuevo hogar-

Llegamos a la copa de un gran árbol y me soltó. Pegue un pequeño grito, pero entonces me di cuenta que me encontraba en una especie de tobogán gigante, que entraba por el árbol, parecía una verdadera montaña rusa, pero mejor, en una de las partes se podía ver el mar dividido debajo de la tierra. Un pescado de color rojo paso de un lado a otro frente a mis ojos. Di un par de vueltas y caí sobre un trampolín gigante.

-Debo estar soñando-Grite entre risas-

Me quede recostada en la cama elástica. Luego mire a mí alrededor era como si me encontrara en una especie de bunque subterráneo. Había hamacas, una mesa gigante al medio, una especie de ring gigante y se podía ver en las copas de los árboles que había lianas. Me sentía confundida y a la vez fascinada. Entonces algo brillante se puso frente a mí. Mi mirada se demoró en acostumbrarse al pequeño brillo, hasta que logre ver una forma sema humana.

-¿Campanita?-Susurre intentando tocarla, pero esta se alejó-

Me piñizque la muñeca y dolió bastante. Por lo que creo que no era un sueño después de todo. De verdad me hallaba en la famosa tierra de nunca jamás.


Bienvenida a nunca JamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora