Una historia de amor

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Mientras dormía una luz celeste se posó frente a mí, abrí los ojos para ver de qué se trataba, era una pequeña hada.

-hey hola amiga-dije bajito-

Me dio la sensación de que la pequeña quería que le siguiera, por lo que me levante sin hacer ruido y empecé a caminar detrás de ella. A medida que avanzábamos más hadas se acercaban. Llegamos a la orilla de la isla, frente a nosotros se encontraba una especie de cueva. Las hadas avanzaron hacia ella, yo me quede parada, no podía ir allí a menos que nadara. El desello celeste todavía estaba a mi lado.

-No puedo ir hasta allá- Dije mirándola- queda muy lejos para ir nadando y no se volar-

El hada ladeo la cabeza y luego asintió. Me dio la sensación de que daba un pequeño silbido, entonces varias de ellas se acercaron a mí y me rodearon. En menos de un minuto me encontraba flotando, ellas me cargaban. La cueva era muy oscura, pero las paredes brillaban mucho, por lo que sabía con qué guiarme en caso de perderme de las hadas.

Entonces me di cuenta que habían distintas cosas en la isla... un cofre, oro, joyas, armas y otras cosas.

-¿Qué hacemos aquí?-

-Has vuelto... -No sabía de donde provenía esa voz, pero era armoniosa- ¿Por qué lo has hecho?-

-¿Quién está diciendo eso?-

Entonces note que una muchacha de cabello largo se encontraba apoyada en la orilla. Me acerque con cuidado a ella, de verdad era muy linda.

-¿Tú sabes quién soy?-

-Por supuesto ese collar te delata pequeña... además tienes sus ojos-

-¿De qué hablas?-

-Te contare una historia-Dijo sonriendo- Es sobre un hombre y una mujer que se amaban, pero ambos eran muy distintos, ella desafío a su familia para estar con él, dejo de lado a su amigo por él, creyó que él la amaba lo suficiente para cambiar- Se sentó en la orilla pude ver que era un sirena- Y durante un tiempo parecía ser así, ambos se alejaron de aquí, pero él nunca perdió su sed de venganza y decidió volver, la mujer lo acompaño hasta que se dio cuenta que jamás cambiaria, una noche tomo a su bebe y con ella ese collar que traes y con un poco de ayuda se fue para no volver, desde entonces ese hombre fue totalmente segado, ya no pudo sentir nada por nadie y juro vengarse de la persona que las alejo de él-

-¿Y quién fue esa persona?-

-Eso tendrás que averiguarlo tú- Extendió su mano hacia mí –Pero puedo darte un pequeño aventón, debes traer ese cofre-

Mire a las hadas que se hallaban cerca de mí, ninguna hiso nada por detenerme, me acerque al cofre que señalaba y empecé a acercarme lentamente, pero antes de que pudiera tomar su mano, Peter apareció frente a mí.

-Travis... ¿Qué crees que estás haciendo?, no puedes confiar en ella, son sirenas, son traicioneras, embusteras y manipuladoras-

-También me da gusto saludarte Peter-

Peter la miro de manera desafiante y ella entro al mar.

-Alto- dije acercándome a la orilla- por favor...-

Peter me tomo del brazo, haciendo que quedáramos de frente, de verdad tenía unos ojos verdes muy lindos y uno de sus mechones caía en su frente.

-No te dejare ir-Dijo molesto- Ella te matara-

Pude notar en su mirada que lo que decía era cierto, de verdad no planeaba soltarme. Debía llegar a ella rápido antes de que se fuera.

-Perdóname-dije casi en un susurro –Debo ir-

-Ya te dije que acaso eres tonto...-

En ese momento me acerque a él y lo bese, el me quedo mirando con los ojos abiertos y soltó mi muñeca. Por lo que me apresure a saltar al mar. Pude ver como aquella sirena se acercaba a mí y me daba un beso en la boca. Quede perpleja.

-¿Qué crees que haces?-Dije alejándome-

Ella solo me dedico una sonrisa, luego tomo mi mano y empezó a nadar.

-Te he dado un poco de respiración bajo el agua, no es gran cosa-dijo sonriente-

-¿Por qué me ayudas?-

-Porque... todos tenemos derecho de saber de dónde venimos-

UH


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