¿Alguna vez te ha pasado que al terminar de orar sientes que deberías haber orado por más tiempo?
¿O al terminar de leerla Biblia sientes que deberías haber continuado?
Cuando lees un libro, ¿a veces sientes que deberías primero leerla Biblia antes que ese libro?
Cuando vas de compras, ¿piensas que has gastado demasiado o que compraste algo innecesario?
En tu tiempo libre o con tus amigos¿Sientes que deberías estar trabajando en vez de pasarla bien?
Cuando algún día por equis razón no fuiste a la iglesia
¿te sientes culpable de no haber ido?
Al pensar de esta forma lo único que traes a tu vida es condenación y culpabilidad.
Aunque estos sentimientos puedan ser vagos, destruyen tu confianza y te debilitan.
Es una de las estrategias que usa el enemigo para destruir tu confianza.
Jesús hoy te dice: "El que cree en mí, que soy el Hijo de Dios, no será condenado por Dios. Pero el que no cree ya ha sido condenado, precisamente por no haber creído en el Hijo único de Dios". Juan 3:18
Además de esto: "¿Quién puede acusar de algo malo a los que Dios ha elegido?
¡Si Dios mismo los ha declarado inocentes!
¿Puede alguien castigarlos?
¡De ninguna manera, pues Jesucristo murió por ellos! Es más, Jesucristo resucitó, y ahora está a la derecha de Dios, rogando por nosotros." Romanos 8.33,34
Así que no dejes que esos pensamientos te atormenten.
Disfruta tu libertad en Cristo.
Permanece en Su Palabra, pasa tiempo a solas con Dios.
El único que puede condenarte es el diablo, haciendo que uses una autoevaluación excesiva de ti mismo para hacerte sentir mal e incómodo en todo lo que haces.
NO LE DES LUGAR.
Disfruta lo que Dios te da y aprovéchalo.
Tu confianza debe estar puesta en Jesucristo y no en lo que tú puedas hacer.
Recuerda que estamos en el tiempo de la Gracia.
Esfuérzate en hacer lo mejor, Dios te premiará por eso. Pero recuerda: Tu confianza debe estar en Dios y no en tus acciones ni capacidades.