Capitulo tres

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Puse a fuego lento el platillo que cocinaba mientras me apresuraba hacia la puerta. Alguien tocaba con insistencia y si no paraba, despertaría a Jane.
Respire tratando de recuperar un poco de calma para después abrir con la mejor sonrisa que pude poner.

- ¡Amor! - Theo estaba al otro lado, con un enorme ramo de rosas -

Era el décimo día que aparecía frente a la puerta con algún regalo.

- Hola - dije haciéndome a un lado para que pasara -
- ¿Como amaneció la mujer mas  hermosa del mundo? - cuestiono dándome un abrazo -
- Bien - sonreí incomoda - ¿Que tal tu? -

Los últimos días me había sentido rara con la presencia de Theo, y sinceramente no entendía el motivo.

- Excelente - se adentró a la lujosa casa - ¿Donde esta Jane? -
- Arriba - respondí -

El morocho subió las escaleras como si fuera su casa. Lo seguí tomando un fuerte respiro, por alguna razón, quería que esto terminara pronto y pudiera volver a mi tranquilidad anterior.
Mi pequeña hija pataleaba bajo los brazos del musculoso chico. Los observe por unos instantes, lo que antes me podía haber parecido una escena encantadora ahora me resultaba simplemente... Normal.

- Es preciosa - declaró mirándome -
- Lo sé - afirme - ¿A quién crees que se parece mas? -
- Diría que es un 50% de cada uno - río - Aunque la belleza definitivamente es tuya -

La incomodidad volvió a surgir.

- Te noto distante - depósito a Jane con cuidado en su rosada cuna - ¿Pasa algo? -
- No... - desvíe mi mirada - Es solo que estoy cansada -

No era del todo mentira, Jane lloraba todas las noches y era prácticamente imposible hacerla dormir.

- Me imagino - sonrío de lado - Quería invitarte a cenar esta noche, pero creo que tendrá que ser en otra ocasión -

Lo agradecí en silencio.

- Lo siento - mi voz sonó sincera, lo era -
- No hay problema -

El ambiente se tornó tenso. Guardamos silencio por algunos segundos, cuando estaba decida a romperlo el morocho hablo.

- Tengo que irme - me anunció - Hay una junta importante esta tarde, y bueno... -
- Oh, entiendo - le regale una sonrisa reconfortante -
- Te veo mañana hermosa - rodeo con su brazo mi cintura y me dio un rápido beso -
- Adiós -

*

Puse en la mesa toda la comida que estaba por darle a Jane, la música de Ed Sheeran sonaba de fondo y mis caderas se movían conforme al ritmo de "Little bird". Estaba feliz, pero tras ese sentimiento se escondía otro diferente. Me sentía nerviosa, ansiosa y mas risueña de lo normal.
Tome a mi hija con cuidado y la prepare para alimentarla. Era hermosa, sus ojos ya comenzaban a tomar un color verdoso como los de su padre, y su rostro era tan adorable que me parecía imposible no llenarla de besos cada diez segundos.

- Wow, eso es demasiada comida - la voz de Harry sonó tras de mi -

Gire para mirarlo, se veía estupendo. Llevaba unos vaqueros obscuros junto con una camisa del mismo tono, y no podía verse mas juvenil y apuesto.

- Hola - salude formando una sonrisa inevitable -
- ¿Que tal su día? - preguntó mientras depositaba un largo beso en la cabecita de nuestra hija -
- Estuvo bien - dije -

Mire con ternura la manera en que el roludo abrazaba y jugaba con mi pequeña bebe. Me sentía en familia, en mi propia y anhelada familia.

- ¿Tu día como estuvo? - pregunte queriendo saber donde había estado -
- Bien, supongo - dijo regresando su atención a mi -
- Me alegro -

Don't let me fall H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora