Capitulo uno

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P.O.V. _____

Unos fuertes dolores comenzaron a surgir en mi vientre. De inmediato me abrace a mi misma rogando que pararan. Eran tan intensos, que creía a punto de desmayarme.
Trate de respirar repetidas veces, eso no calmaba las sensaciones, y tampoco me ayudaba a tener la suficiente fuerza para gritar por ayuda. Comenzaba a sentirme desesperada y alterada.

- ¡Theo! - logre gritar al fin -

El morocho se despertó de inmediato y me miro atónito desde el sillón. ¡¿Por qué no hacia algo?!

- ¡¿Que pasa?! - cuestiono aterrado -
- Creo que ya va a nacer - logre murmurar -

Una expresión de terror se adueñó del rostro de mi acompañante. Definitivamente, no estaba ayudando a que esto fuera menos difícil.

- ¡¿Que hago?! - cuestiono inquieto -

Me sorprendí de poder poner una sonrisa irónica en mi cara.

- ¡Llevarme al hospital! - dije tratando de no perder los nervios -

Eso pareció hacerlo reaccionar, me tomo en brazos y luego tomo con agilidad la pequeña maleta que había preparado unos días atrás.
No pude percatarme de que fue lo que pasó después, podía sentir las contracciones de las que tanto me habían hablado, y me podía sentir también morir. No creía ser capaz de aguantar el dolor, era demasiado.

- Avisa a Harry - susurre tratando de inhalar -

Theo tomo mi teléfono con rapidez y puso el altavoz. Al tercer tono la ronca voz del castaño contesto.

- ¿_____? - sonaba adormilado -
- Harry, nuestro hijo viene en camino - informe entrecortada mente -
- ¡Jesus! - un ruido se escucho del otro lado - Voy para allá -

La llamada finalizó y pude volver a intentar relajarme en el asiento. Aun faltaba avisarle a mi mama y Anne, pero confiaba en que Harry se encargaría de eso.
Una camilla vino por mi hasta el auto de Theo, me tendieron sobre ella y jamás me sentí más agradecida de ver personas con uniformes blancos frente a mi.
Media hora más tarde estaba dentro del quirófano, el tiempo me parecía eterno y no veía la hora de librarme de las horribles sensaciones que estaba experimentando y que no me gustaban para nada.

- Bien, vamos a anestesiarte ____ - un doctor de aproximadamente sesenta años apareció frente a mi - Solo es cuestión de minutos para que empecemos con el parto, no desesperes -
Claro, como no era el quien estaba soportando aquellos dolores no le interesaba alargar mas el sufrimiento.
Trate de respirar con calma, pero me fue imposible.

- ¿El padre va a entrar? - cuestiono una enfermera a mi lado -
- Si - farfullé - supongo -

La chica asintió y luego se retiró de mi vista. Lo agradecí, la falsa sonrisa que me mostraba solo me hacia ponerme mas nerviosa y molesta que antes. ¡Quería liberarme de este dolor de una buena vez!
Después de incontables segundos, empece a sentir menor inquietud en mi vientre. Y de igual modo, pude ver como un montón de personas corrían de un lado a otro listos para comenzar.
Cerré mis ojos, tal vez sería mejor seguir aguantando los malestares que enfrentarme a lo que venia. ¿Donde estaba Harry?

P.O.V. HARRY

Baje del taxi lo más rápido que pude, ni siquiera me moleste en esperar por el cambio. Corrí dentro del hospital mientras rogaba llegar a tiempo, nunca mas volvería a intentar vestirme a oscuras y adormilado.
Pare frente al primer escritorio que encontré, un señor con cara tensa me miro.

- ¿La sala de partos? - pregunte agitadamente -
- Piso cinco - señaló el elevador -
- ¡Gracias! -

Había una fila enorme para abordar los ascensores. ¿Que hacia tanta gente a las tres de la mañana en un hospital?
Con los nervios de punta decidí abordar las escaleras, era una suerte que mis piernas fueran largas y pudiera pasar dos escalones de un solo brinco.
No me detuve si quiera a respirar, necesitaba llegar al piso cinco.

Don't let me fall H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora