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Cap 2. Desde el infra...

La humedad, el sabor a agua salada, todo eso formaba parte de un recuerdo lejano referente a sus últimos momentos.

Los forcejeos, los gritos desesperados, el aire abandonando su cuerpo, esas fueron sus últimas acciones y palabras.

-¿Hasta cuándo debo esperar?

-Hasta que Dios y Satanás decidan.

-Ah...-suspiró Fred en aquella silla-. ¿No puedo ir directamente al infierno?

-¿Por qué? .-preguntó la anciana de la sala de espera.

-Pues...soy gay.

Y antes de escuchar respuestas de la veterana, una puerta se abrió en el suelo, un hombre con máscara y traje negro ascendió de su interior.

-¡Fred Frederiksberg! .-exclamó.

-Yo.

-¡No debes de estar aquí, ni allá, ni en ningún lado!

-¿Qué? .-preguntó irritado.

Las demás almas siguieron en lo suyo esperando su juicio.

-¡Tienes asuntos pendientes en la Tierra! .-volvió a gritar.

-Ah sí ¿Cómo cuales?

El hombre tocó su máscara en posición dubitativa.

-¡Cuándo encuentres a tu asesino y lo hagas arrepentirse... Entonces regresa!

El hombre saltó por el agujero desapareciendo, Fred se quedó con las palabras en la boca.

¿Había sido asesinado?

¡Genial! Ahora debía cazar criminales incluso muerto. Tal vez haber pasado a "un lugar mejor" era más complicado de lo que creía...

-Por allá .- señaló una mujer con acento británico.

Fred se dirigió a la salida que había indicado aquella "dama".
Para su sorpresa si era una salida, dió unos torpes pasos caminando entre algunas espinas y de repente sintió que sus pies dejaban de tocar algo sólido.

Estaba cayendo, todo era oscuro y de repente debajo de él divisó una playa, cuando creyó que iba a impactar contra la arena comenzó a levitar.

Como un fantasma .-pensó.

Vió la orilla vacía, y a lo lejos un grupo de estudiantes, recordó a sus compañeros, y reconoció algunos alrededor de una fogata improvisada.

Caminó, corrió y llegó hasta ellos, ninguno parecía estar tan animado como de costumbre... Y en sus rostros había una pizca de temor.

-Pobrecillo, si hubiéramos estado con él no se habría ahogado .-susurró Lai.

-Sí...Ah...si tan sólo .-sollozó otra joven.

"Aquí estoy " trataba de llamarlos Fred.

-¿Por qué nadie fue con él? .-reconoció a Daniel.

Fred paseó su mirada entre los presentes y vió a alguien alejado, cerca de la cabaña de hospedaje, un pelinegro que observaba atentamente las reacciones de los demás. Inexpresivo.

"Él" pensó Fred.

Se acercó al pelinegro y recordó su nombre. ¡Hazz!

-¡Tú! ¡Idiota! .-trató de golpearle, pero no podía.

El pelinegro, Hazz, parecía no poder verlo.

-Basta, Fred .-dijo causándole escalofríos al recién nombrado.

-¿Qué? ¿Puedes verme?

-Sí...-respondió inexpresivo-. Lamento...ya sabes, no haberte ayudado.

Fred aún no salía de su trance, analizaba la situación, la cual se tornaba cada vez más extraña.

Ya saben, acababa de morir, debía encontrar a quién lo mató, porque al parecer su muerte no fue un accidente y si no consigue que su asesino se arrepienta no podrá descansar en paz.

-Hazz, acaso tú...¿Sabes quién me mató?

Hazz guardó silencio, seguía mirando más allá de la presencia de Fred y se hacía cada vez más pequeño en posición fetal.

-Sí...-murmuró.

-¿Quién? ¿Quién lo hizo?

Nuevamente guardó silencio, esta vez demasiado, Fred miraba las olas ir y venir, deseaba poder estar vivo y disfrutar de su viaje, de sus compañeros, deseaba haber encontrado un chico que lo amase, despedirse de sus padres homofóbicos, que amó a pesar de todo... Ahora incluso extrañaba aquellas discusiones.

Hazz extendió una mano para después tocar el hombro de Fred en vano. Fred retrocedió asustado.

-¿Fred? .-dudó el pelinegro-. ¿Quieres saber quién lo hizo?

Fred sólo asintió.

-Yo .-añadió Hazz-. Yo lo hice.

Y por un momento Fred quiso estar quemándose en el infierno, quiso estar congelándose desnudo en el Everest, todo menos estar en frente de...

De su mejor amigo.

De su asesino.

De quien le quitó la vida.

-Interesante respuesta Hazz .-sonrió el castaño, aunque con el aje aún en su vacío pecho-. ¿Quisieras contarle tus razones al difunto?