Capítulo 14

1.9K 166 51
                                    

Miguel:

Llegue a casa y Silvia estaba sentada en el sofá del salón bebiendo café y leyendo un libro.

-Hola- le dije, dejando la mochila encima de una silla

-Hola-Me sonrio- mi tía llegara mañana, estoy preparando una cena sorpresa, si quieres puedes traer a Ruben y así aprovechar la ocasión para presentárselo a Margaret

-Vale, gracias ¿a qué hora?

-A las siete llegara, hasta que todo este listo supongo que a las ocho estará empezando la cena

-Ok- tengo que ayudarla en algo, pensé. ¿Pero qué hago? -Oye...

-¿Si?- desvío la mirada de su lectura y alzó la vista hacia mi.

-¿Te ayudo en algo?

-Pues todo esta comprado pero falta una bebida ¿Puedes traer vino?

-Claro, hoy mismo- cogí las llaves del auto- voy a comprar algunas cosas, vuelvo luego- no la deje terminar y salí de casa

Ya dentro del carro, entre a contactos y busque el número de mi novio; pulse él botón de llamar y al instante ya estaba timbrando el celular de él

-¿Hola?¿Mangel?- su voz confundida se me hizo adorable

-Si bonito, soy yo

-Hola- escuche su risita al otro lado de la linea- ¿Sucedio algo?

-Ire a tu casa en diez minutos, ponte guapo para mi, iremos de compras, te quiero

-Yo también te quiero- y colgó la llamada, Sonreí y guarde mi teléfono

Pase por el centro y compre un gran ramo de rosas rojas, eran muy hermosas.

Ya frente a su casa, miro como luzco frente a una de las ventanas del auto, me arreglo un poco el pelo y tomo el ramo, me acerco a su puerta.

Toco el timbre y después de unos segundos escucho los pasos acelerados de mi novio.

Cuando abre la puerta me recibe con una gran sonrisa y ésta se hace más grande cuando ve mi pequeño obsequio (que de pequeño no era nada ya que habían más de 50 rosas)

-Hola mi amor - le extiendo el ramo y él lo recibe un poco sorprendido y sonrojado a la vez haciendo que se vea adorable. No responde sino que se abalanza a mi, cruza sus brazos por mi cuello y su boca no tarda ni un minuto en tocar la mía.

Un beso de estos me volvían locos, su lengua acariciaba muy suavemente la mía, y una voz nos interrumpió.

-Tortolos, están en la puerta de mi casa, necesito salir por favor- giro la cabeza y me encuentro con una señora cuarentona con una hermosa sonrisa. Se la devuelvo con cortesía

-Hola señora, disc...-Interrumpe de nuevo

-Hola cariño, se un poco de ti porq...

-Mamá...

-Bueno, está bien. ¿Quieres pasar?

-Ehhh no, estaba de salida, y de hecho quería salir con su hijo ¿puedo?

-Claro, pero no lo traigas muy tarde

-Gracias, le prometo que no- entrelace mis dedos con los de Ruben y me acerque a su oído a susurrarle:- vamos a dejar las flores en un jarrón, así conozco un poco más de tu casa, de ti y de tus adentros

Si, se que lo decía con un poco de doble sentido. Pero no le haría nada, aun no.

Un escalofrío se hizo presente en él cuando me aleje, su madre ya se había ido, entramos a su casa y ésta era enorme, estaba pintada de blanco y tenia muy pocos adornos pero muchas fotos.

Obsesión † RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora