Capitulo 1

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Narradora:

El día de Ruben mas nublado no podía ser, se levanto temprano como de costumbre, el no necesitaba despertador ya su rutina se la sabia de memoria, en el camino a la ducha se fue quitando la ropa dejándola por cualquier lugar de su habitación, abrió la llave de la ducha y dejo que el agua caiga en su cabeza para luego ir deslizándose por su cuerpo, eso sin duda era algo que le relajaba por completo.

Después de unos minutos, cogió la toalla y se la puso al rededor de su cadera, se cepillo los dientes y salió del baño.

Entro de nuevo a su habitación, se puso la ropa interior y luego los pantalones, se sentó en la cama y puso sus codos en las piernas para ver sus muñecas que cada día adoptaban una nueva cicatriz, el se sentía solo y de hecho lo estaba, sus padres casi nunca estaban en casa debido a sus ocupados trabajos, eso si, el dinero no faltaba aunque a el no le importaba eso.

Se puso una camiseta y luego una chaqueta que le cubría hasta la mitad de la mano, cogió su mochila y salio de casa camino a la escuela.

Por otra parte Miguel recién despertaba por que su madre lo había hecho o sino se habría quedado dormido, se ducho, se cambio y salio de casa a la escuela, el jodido primer día que todos odian o mas bien el día en que todos se sienten nerviosos por ver caras nuevas.

Cuarto año de bachillerato era para los dos jóvenes de distintas personalidades, Ruben llego a clases temprano y Mangel bueno, el llegó a tiempo.

El portón se había cerrado dejando a algunos afuera, Ruben fue a su casillero tomo algunos libros y salio caminando a pasos largos, no llegaba tarde solo que no le agradaba estar rodeado de tantas personas, pero una, solo una tuvo que estar tan distraída como para no notarlo y tropezarse con el haciendo que unos cuadernos se le cayeran.

Miguel le ayudo a recoger, cuando se levanto para darle los cuadernos a aquel desconocido, vio sus ojos, unos ojos verdes tan hermosos que podrías verlos durante horas sin aburrirte, le entregó los libros sin dejar de verlo a los ojos, esa mirada le encantaba aunque en ella se reflejaba soledad, odio y rencor.

Ruben, cogió todo y salió de allí, y llego a su salón, mientras que Miguel seguia ahí de pie pensando en aquel chico tan apuesto que vio hace unos minutos y que desearía volver a ver.

-Hey señor, vaya a su salon- dijo un profesor atrayendo la atención de Mangel, este solo puso sus ojos en blanco y con toda la pereza del mundo fue a su curso.

Al entrar, todos estaban en sus puestos, el profesor ya había llegado y su corazón empezó a latir de una manera tan acelerada que parecía que iba a salirse de su lugar, él, ese chico que le dio tantas emociones hace un rato estaba en su salón, él no dudaría en acercarse a Ruben.

La horas pasaban y el timbre de receso sonó, todo salieron menos Ruben, él saco su libreta y comenzó a dibujar, Mangel se percato de eso y aviso a su grupo de amigos que se iba a quedar en el salón, Miguel camino lentamente hacia Ruben que se encontraba con la cabeza agachada concentrado en su dibujo.

-Wow que increible- dijo Mangel ojeando el dibujo, Ruben sólo lo ignoro, no estaba muy acostumbrado a las personas- Hola, ¿cuál es tu nombre?

-Hola... ¿Desde cuando te importa? - dijo Ruben fríamente

-No sé... Solo quería saber, ¿hay algo malo en tener un poco de curiosidad?

-Depende, la curiosidad mato al gato

-Pero yo no soy un gato- dijo Mangel haciendo que a Ruben se le escapara una pequeña sonrisa, ¿hace cuánto tiempo él no había sonreído?

-¿Por qué me hablaste? ¿Por pena?

-Eehhh no, tranquilo hombre, solo quería hablarte y ya

-Ok, bueno, hasta luego- este guardo su libreta y se paro de su asiento, camino hasta la puerta y al llegar aun de espaldas le hizo un gesto a Mangel, el respondió sabiendo que Ruben no le había visto.

Se quedo parado allí, pensando y pensando, esos ojos verdes y hermosos ¿por qué no brillaban? ¿Por qué lo marginaban y por qué lo trataban mal? Mangel no dudaría en que la felicidad vuelva con Ruben, él empezaba a sentir cosas por ese chico que no conocía, de hecho se le hacia tentador el hecho de no saber de quien te estas... ¿Enamorando?

Ruben caminaba por los pasillos del colegio pensando en ese joven tan amable que se tomo la molestia de dejar a sus amigos para solo hablarle y perder el tiempo con él, no había sido una charla muy amigable ni tampoco grosera, pero estuvo fría y seca, sentimientos que caracterizan a Ruben, pero cuando Mangel le hablo sintió que algo en su cuerpo volvió a tomar vida, pero sacudió la cabeza tratando de salir de sus pensamientos idiotas con los que solo le hacian ilusiones.

Sonó el timbre nuevo, todos volvieron a sus salones, ya estando todos en clases, Ruben se dio cuenta que alguien le miraba fijamente, al alzar su vista se dio cuenta de quien le observaba, y ese era... Miguel.

Salida, por fin, los alumnos guardaron sus útiles para salir lo más pronto de aquel "infierno" el cual podría ser más divertido si estas con el demonio correcto.

Miguel se quedó en su silla mirando cada movimiento de Ruben, quien se sentía algo intimidado por la penetrante mirada de ese chico.

Cogió su maleta y Mangel lo imitó, camino lentamente tras de él para seguir viéndolo, nunca se cansaría de hacer eso, cuando de repente llega un grupo de chicos de la misma escuela y empiezan a empujar a Ruben hasta hacer que se caiga su mochila y unos cuantos cuadernos, Miguel se acerca corriendo y los separa dejando a Ruben tras de el.

-Dejenlo en paz, si quieren golpear a alguien que sea a mi- dijo Mangel con una voz firme y ronca haciendo que los chicos cogieran temor de el y salieran corriendo.- ¿estás bien?- pregunto refiriéndose a Ruben

-Si, supongo, gracias- dijo recogiendo todo y saliendo de allí muy rápido que Miguel no alcanzo ni a despedirse, se quedo embobado con la voz de él, era tan bonita y perfecta.

Mientras Ruben corría a su casa, abrió la puerta y al cerrarla dio un portazo que retumbó por toda la habitación, subió las escaleras rápidamente y tiro su mochila por algún lado, se sentía frustrado y lo peor que no sabía por qué se sentía de aquella forma, empezó a halar su cabello y las lágrimas comenzaron a salir por su cuenta, se quitó la chaqueta y corrió a la mesita de noche donde saco un cúter, se sentó en la cama y sin remordimientos deslizó la navaja por su muñeca haciendo que esta al instante sangre, después de hacer varios cortes se recostó en su cama cansado, su llanto era de dolor puro, quería abrazar a alguien pero no había nadie, llorar y llorar era lo único que podría hacer.

Se quedó dormido del cansancio, ya mañana seria un nuevo día, un día "normal"

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Hola criaturitas marvadas :3 que tal? Les gusto? Eh? No? Nadie? *se va corriendo y se hace bolita* *empieza a llorar* oh por cierto, esta es la primera vez que narro así xd

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Bai ✌

Obsesión † RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora