Capítulo 23 "La lista"

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dedicado a sofia_OMG
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Acababan de llegar al ala este y todos acribillaban a preguntas a Sam, la cual todavía seguía en estado de shok.

- ¡ Dejad de agobiar! - gritó Alex al ver que Sam tenía que apoyarse en la pared para mantenerse.

Sam decidió aclarar las dudas de todos, pero antes de que pudiera hacerlo, varias personas irrumpieron en la sala.
Lucian encabezaba el grupo con su traje y bastón. Le seguían Damon Vivaldi, Verónica Bach y Casandra Shakespeare. Al ver a esta última a Sam se le cayó el cielo a los pies. ¿Cómo se le decía a alguien que era la siguiente en morir?

- Sam, ¿ qué has averiguado?- preguntó Lucian. La aludida cogió aire y comenzó a relatarlo todo.

- Es el hombre que buscábamos. Tiene una especie de lista dentro de una caja fuerte. Con nombres de artistas y va tachando los que ya ha eliminado. Le quedan dos.

-¿Quienes?- se interesó el hombre.

- Shakespeare....- Casandra lanzó un grito ahogado, y rápidamente se refugió en los brazos de Damon. Estaba asustada. Como Sam.

- Y...Mozart. - Acto seguido Sophi palidecio de la impresión y no tardó en desmayarse en los brazos de su hermano, quien tampoco tenía muy buen aspecto.

Lucian no le dio mucha importancia y simplemente indicó que Arthur la llevara a su cuarto.
Sam siguió hablando.

- Hay algo que me preocupa. Al lado de Mozart, había dos cruces. No se que puede significar.

- Alomejor como son dos descendientes...- propuso Alex.

- No creo que le interesen los descendientes que desaparecen.- contestó Casandra con ira en los ojos.

- En eso estoy de acuerdo. -opinó Troy.- busca algo relacionado con nosotros, seguro. Pero no le importa cuantas personas se cargue hasta llegar a ello.

Los murmullos invadieron el ambiente, hasta que Lucian dio con su bastón en el suelo para captar la atención.

- ¡ Silencio! Hasta que sepamos que pretende, haremos patrullas nocturnas para proteger los portales de Shakespeare y Mozart. A partir de hoy.

-¿Quién irá primero?-cuestionó Alex.

- Quién tenga más experiencia. Sam y Arthur. - Sam aceptó, pero Troy no parecía muy por la labor.

- Soy mejor que Arthur. Voy yo con Sam, además, él debe cuidar a mi hermana. - Lucian lo miró desafiante y el muchacho le mantuvo la mirada.

De repente una cabellera pelirroja se interpuso entre ambos. Damon. Le dijo algo en voz baja a Lucian, y este accedió a la "sugerencia" de Troy.

"¿Qué le habrá dicho?"

- En la sala de entrenamiento tenéis armas y uniformes. - informó el hombre.

- ¿ Uniformes? - se extrañó Sam.

- Los usamos para las guardias o viajar a través de portales. Es más seguro que ir con ropa normal. Ya que las barreras de magia que protegen los portales, a una larga exposición sin un aislante como tienen los trajes, sería peligroso. Provoca efectos secundarios, como sarpullidos, mareos y por consecuente desmayos y vómitos, radiación en la piel...- dijo Alex.

- Ooh pareces la Wikipedia. - se sorprendió Sam. Alex abrió su portátil y se lo pasó a Sam.

- He vinculado las cámaras de seguridad con el portátil y un plano del ala este. Así podréis controlarlo mejor. - Sam se lo agradeció a su amiga y con el portátil volvió a su cuarto. Debía coger un par de cosas y dar señales de vida.

^^^^^^^^en la habitación^^^^

- ¿Jessie? - preguntó Sam al entrar.

- ¡En el baño!- gritó Jessica como respuesta.

Sam fue en su busca y la encontró entre un montón de sombras, coloretes, correctores, pintalabios...

- Me da miedo preguntar pero me arriesgaré. ¿Qué estas haciendo? - Jessie la miró y Sam estuvo a punto de estallar en carcajadas.

Su rostro era una mezcla extraña de colores y brillos. Parecía un mapache golpeado con los labios de Kylie Jenner.

- Probar nuevos maquillajes. Mi madre me ha pedido que la ayude algunas tardes en su salón de belleza, y no quiero decepcionarla.

- Entiendo. - Sam se dirigió a su armario y comenzó a sacar cosas de su bolso de emergencia para hacer esa noche la guardia.

- Y tu ¿qué se supone que haces?Que espanto de gafas.- señaló las enormes gafas negras que tenía Sam en la mano.

- Esto- dijo señalando el objeto.- son gafas de visión nocturna. Me las regaló mi tio.

- Recuerdame no acercarme a tu tío. ¿Qué clase de regalo es ese?- preguntó incrédula.

- Un regalo muy práctico.- Agarró el móvil y se despidió de Jessica diciéndole que había quedado en ir a casa de su tía.

Una vez fuera, corrió hasta la sala de entrenamientos donde la esperaba Troy. Él abrió la boca para decir algo, pero Sam iba tan acelerada de la carrera que se había pegado desde su habitación, que no le dejó.

- He traído algo que nos podría ser útil.

- ¿ El qué? - la chica comenzó a sacar cosas de sus bolsillos.

- Unas gafas de visión nocturna, solo para emergencias. Unos pinganillos para estar en contacto, y un spray de pimienta extra fuerte. - Le tendió uno de cada y ambos comprobaron que pudieran comunicarse bien.

- Ya no me extraña que tengas todo esto. - dijo con una sonrisa. - Mi turno. Este es el "traje de combate", las armas puedes elegir las que quieras.

Sam cogió la ropa y la examinó. Una chaqueta negra con cremallera hasta el cuello y un par de cinturones en la parte del estómago con hebillas plateadas. A juego, unos pantalones de igual color. Tenían varios bolsillos entorno a toda la cintura, igual que la cazadora por dentro.

- ¿ No te vas a cambiar? - preguntó Troy divertido.

- No delante de ti pervertido. - rió.

- Yo no he insinuado eso. - Troy se acercó a ella lentamente y a Sam se le formó un nudo en la garganta. - En la guardia tenemos que hablar. No puedo aguantarme más.

Sam solo fue capaz de asentir tímidamente y para que no notará su color en las mejillas, fue hacia el armario de armas para coger alguna.

Había de todo, pistolas, espadas, cuchillos, sables...
Se decantó por coger cinco cuchillos pequeños, otros cinco más grandes, y una espada.

Luego se fue por el pasillo a su habitación para equiparse.
La ropa era más pegada de lo que se había imaginado, pero no le disgustó. Bajo la chaqueta, conservó su camiseta de tirantes blanca y para su suerte, llevaba las botas negras. Se dejó la trenza y comenzó a meter los cuchillos en su cazadora y pantalones. La espada la dejó colgando de su espalda.

Al mirarse en el espejo, se vio distinta. Nunca había llevado tanta arma junta, pero era por una buena causa, no dejaría que le tocaran un pelo a Sophi, y mucho menos a Troy.

Los pintores del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora