Capítulo 28 "Tinta oscura"

30 6 2
                                    


La cara de Troy cambió a pálida y Sam lo agarró de la mano fuertemente para que supiera que contaba con su apoyo.

- En vuestra sangre hay restos de tinta oscura. - pronunció Alex.

Sam no sabía a que se refería, y parecía ser la única. Puesto que Troy y Sophi se habían quedado bastante impactados.

- ¿Qué es la tinta oscura? - Alex terminó de organizar un par de tubos con muestras de un escarlata oscuro.

- Se trata de una sustancia que una vez dentro de tu organismo comienza a impedir la regeneración de las células, por lo tanto cuando comienzan a morir las viejas no hay ninguna que las sustitulla. Además de que los restos de las misma comienzan al obstruir las arterias que salen del corazón impidiendo el paso de la sangre.

- Entonces es una especie de...

- Veneno- concluyó Sophi la frase.- Lo peor de la tinta oscura es que muy poca gente sabe como retrasar el proceso o incluso curarla. - Respiró profundamente - Solo los más antiguos como Lucian. Además de que solo afecta a los pintores del tiempo.

Sam no daba crédito a lo que oía. Troy se había librado de morir, o eso creía, y ahora descubrían que lo habían envenenado. Poco a poco irían perdiendo las fuerzas y poco a poco Steve estaría más cerca de ese maldito objetivo que todos desconocían.

Se acercó a Troy y quedó frente a él, mirándole fijamente. Él le acarició la mejilla con el pulgar, y dijo con la voz entrecortada:

-Estoy bien Velazquez.

^^^^^^^^^^^De vuelta al ala este^^^

Narra Troy

Estaba frenético, todo pasaba demasiado rápido y casi ni me daba tiempo a reaccionar, pero debía cantarle las cuarenta a cierta persona.

De repente lo vi pasar por el pasillo y lo acorralé contra la pared. Lo cogí por el cuello de su camisa blanca perfectamente planchada y lo levanté unos centímetros sobre el suelo.

-¡Pero que haces loco! - gritó Arthur intentando liberarse de mi agarré.

Ese idiota había dejado a mi hermana plantada por una idiota (por no decir otra cosa) como Tris. No se iba a ir de rositas.

- ¿Por qué le has hecho eso a mi hermana? - escupí las palabras, no podía creer que uno de mis mejores amigos hubiera podido hacer eso.

Se lo dejé claro cuando empezaron a salir, como la hiciera algo no lo iba a olvidar, y yo me iba a encargar de esa tarea.

- ¡No se de que me hablas Mozart!- negó con la cabeza varias veces, y al ver que se estaba mareando lo bajé al suelo. No quería matarlo, ni herirle (aunque tenía ganas de partirle la crisma) solo quería que no volviera a acercarse a Sophi.

- ¡¡HAS ENGAÑADO A MI HERMANA CON ESA .....ESA IDIOTA DE TRIS!! - notaba como me salía una vena en el cuello, estaba realmente cabreado y de un momento a otro iba a estallar.

- ¡¡FUE ELLA LA QUE VINO A MI!!- se defendió el muy cobarde. Lo asesiné con la mirada y siguió hablando.- Y si quiero besar a Tris lo haré, porque tu hermana ya ha cortado conmigo.

Mi puño impactó sobre su estómago. No se atrevería al volver a hablar así de mi hermana. Era lo único que me quedaba de mi familia después de que mis padres nos abandonaran y debía cuidarla pase lo que pase.

- Cómo vuelvas a hacerle algo te aseguro que no sales bien de esa.- él se frotó el estómago dolorido y se fue corriendo por el pasillo.

Una mano se posó en mi hombro y al darme la vuelta vi a Sophi.

- Gracias por defenderme.- dijo con los ojos aun vidriosos por las lágrimas.

La estreché entre mis brazos para consolarla y no dije una palabra. Tampoco las necesitábamos, desde siempre habíamos estado muy unidos y eramos capaces de saber lo que pensaba el otro. Como si tuviéramos telepatía.

Ella interrumpió el silencio.

- Eres el mejor hermano del mundo, te quiero.

Sonreí contra su cabello y susurré:

-Yo también pequeñaja.

Un rato más tarde, me sentía un poco solo y aburrido, sin nada que hacer o con quien hablar. Mi hermana se había ido de compras con Alex y Sam. Arthur era la última persona que me apetecía ver en estos instantes, y digamos que no éramos muchos más en el ala este.

Así que decidí ir a la biblioteca y buscar un buen libro que leer. Me metí entre las estanterías más antiguas, en dirección a un gran sofá gris y comencé con mi lectura.

A veces me gustaba estar solo, deleitarme con un buen argumento literario o una película, o en ocasiones, solo para pensar.

Pero ahora me era imposible, no me podía concentrar. Tenía demasiadas cosas en la cabeza. Corría veneno por mis venas, Sophi no estaba en su mejor momento y Sam.

Esa castaña que me decía que fuera positivo, que disfrutara y que me hacía sentir mejor en mis peores momentos.

Frustrado por mi incapacidad de concentración en esos instantes, decidí hacer lo que mejor se me da, con lo único que verdaderamente me puedo desahogar y expresarlo todo. Tocando el piano.

Narra Sam

Después de estar de compras con sus amigas, Sam volvió a su habitación, encontrándose con una Jessica bastante alegre (más de lo normal) cantando y bailando 'Drag me down' de One Direction.

-Me da miedo preguntar por qué estás tan alegre.- gritó Sam para que se la escuchase por encima de la música.

Jessica apagó su Mp4 y la miró con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Tengo novio!- Sam se alegró por ella, era una buena chica y si el muchacho la hacía feliz. ..¿Qué más podía pedir?

-Y...¿Quién es el afortunado? - preguntó dejándose caer sobre su cama.

- Pues no te lo vas a creer. - Venga ya, tampoco sería para tanto ¿no?

- Venga no me dejes en ascuas.

- ¡Es Ed, el peliazul de tu clase de dibujo!



Los pintores del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora