Capítulo 3: Cerca blanca

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La humedad fresca de la mañana comenzaba a dar paso al calor del inicio del verano, mientras que Carol Peletier vagaba por su casa contando los minutos. Habían acordado reunirse a las once pero estaba en pie desde las seis de todos modos. Había pasado la noche dando vueltas, pensando en él. Ella no podía evitarlo, había algo en el tranquilo hombre que la intrigaba, sentía que ya sabía mucho de él a pesar de que él no había hablado más que un puñado de palabras con ella. Dudaba que él tuviera muchos amigos, o tal vez no tenía ninguno en absoluto. Parecía tan aislado, recordaba esa sensación y decidió en ese mismo momento que iba a tratar de ser su amiga, o por lo menos algo similar a un amigo.

Daryl detuvo su camioneta en frente de la casa blanca con persianas azules comprobado la dirección otra vez, esta era la casa. Por supuesto, este es el lugar donde vivía, era perfecto. La calle estaba llena de altos árboles dando sombra y tenía una cerca realmente blanca rodeando su patio. Jesucristo, ¿qué mierda estaba haciendo él ahí? Él se miró a sí mismo y luego miró la casa, él no debería estar aquí, probablemente ella estaba haciendo el desayuno a sus niños y explicándole a su marido que el sureño mudo que llegaría era sólo un caso de caridad y no volvería a cruzar su puerta nunca más, una mujer como ella tenía que estar casada. Miró a su alrededor con nerviosismo, masticando su pulgar, debía salir de ahí, encontrar la manera de quitarse los puntos de sutura él mismo. Estaba a punto de huir cuando se percató de sus pasos saliendo del frente del porche, ella le estaba sonriendo cálidamente. Joder, ahora tenía que ir, ya lo había visto. Se bajó de la camioneta, trató de peinar su cabello con la mano, pero no sirvió de nada, y de mala gana se dirigió por el camino a su casa.

"Buenos días, ¿ha tenido algún problema para encontrar la casa?", Preguntó Carol mientras lo observaba concentrado, parecía nervioso, había visto el intento de bajar su pelo revuelto y había sonreído.

Daryl se detuvo a tres pies de los escalones del porche, con las manos metidas en los bolsillos, "No, la dirección que me dio estaba bien."

"Genial", de repente ella se puso un poco nerviosa ya que el hombre que ocupaba muchos de sus pensamientos estaba realmente frente a ella. Ella pasó de un pie a otro, con los brazos cruzados "Bueno vamos adentro para encargarme de esos puntos de sutura."

Ella se giró para abrir la puerta de la casa, pero se dio cuenta de que Daryl estaba un poco indeciso aún, ella sonrió y abrió la puerta, dándole un minuto.

Finalmente entró, dándose cuenta de que probablemente se veía como un idiota y pensó que era mejor simplemente acabar de una vez. Daryl cruzó el umbral esperando encontrarse con un marido enojado, pero en cambio fue recibido por una casa silenciosa, miró a su alrededor con cautela, buscando a alguien más pudiera estar allí. Para su sorpresa, él no escuchó a nadie moviéndose por la casa, su malestar disminuyó un poco sabiendo que estaban solos.

"Pensé que podríamos hacerlo en la cocina, tiene mejor iluminación", Carol cerró la puerta, atrapando el aire fresco, acondicionado en el interior. "Es por aquí", Carol sonrió de nuevo y se lo llevó a la espaciosa cocina.

Daryl observó la habitación, las paredes estaban cubiertas con encimeras y muebles blancos. Un fregadero profundo se situaba escondido bajo una ventana que daba al patio trasero, la pared opuesta tenía electrodomésticos de acero inoxidable, y en el centro de la habitación había una gran isla con taburetes metidos debajo. No era una casa demasiado grande pero era la casa más bonita en la que había estado. Se sentía tan fuera de lugar ahí de pie en su cocina, vistiendo pantalones vaqueros y viejas botas de trabajo.

Carol pensó que era mejor empezar de una vez, su incomodidad era evidente: "Sólo iré a buscar un par de cosas, ya vuelvo. Puede adelantarse y quitarse su camisa." Ella salió de la cocina, fingiendo no darse cuenta del pánico en sus ojos.

Ella fue al baño por todo lo que iba a necesitar, incluyendo el kit de extracción de sutura que había tomado prestado del hospital el día que le había dado su número. Había pasado el resto del turno tratando de convencerse a sí misma que él nunca llamaría, pero antes de irse tomó el kit más cercano. Por si acaso.

Daryl comenzó a desabrocharse la camisa a regañadientes sin dejar de mirar la cocina, sus ojos se centraron en el refrigerador mientras deslizaba la camisa de sus hombros. La puerta de la nevera tenía docenas de fotos, Carol y una niña en la playa, en el zoológico, en un parque. Las fotografías estaban rodeadas de obras infantiles, una tarjeta del día de las madres hecha de papel, una boleta de calificaciones. Sus sospechas se confirmaron, ella tenía una familia en efecto, una feliz familia. Ella debía haber enviado a su familia fuera por ese día, no lo quería cerca de su niña.

"Esa es mi Sophia."

Daryl dio un salto, no la escuchó regresar, por lo general nadie podía acercarse sigilosamente a él.

Ella no había tenido intención de asustarlo, "Lo siento". Puso la camisa sobre uno de los taburetes, se alegró de que recordar traer una camisa limpia. "Suba al mostrador, será más fácil para mí llegar a la herida", puso todo en la encimera y abrió los paquetes sellados, todo el tiempo tratando de no notar la forma en que los músculos de los brazos de Daryl se flexionaban y juntaban cuando se subió al mostrador. "Se ve bien ... Los puntos quiero decir. Han sanado muy bien. No debería dejar cicatriz", Carol se sonrojaba y al instante se arrepintió de haber hablado sin pensar. Él miró hacia otro lado, resopló con desdén, no le importaba si dejaba cicatrices o no.

"Bien. Vamos a empezar", Carol estaba ahora frente a él, su estómago rozó su rodilla, él agachó la cabeza, porque no quería que ella lo viera asustado y avergonzado. Carol trabajó meticulosamente cortando los diminutos nudos, "Puede que sienta un pellizco cuando los quite."

"Esta bien", Levanto la cabeza para mirar a otro lado, Tratando de ignorar la sensación de sus manos sobre él.

"Ella está en un campamento de verano, Sophia quiero decir. Estaba tan emocionada de ir, pensé que ella podría extrañarme, pero creo que soy la que la echa de menos", se rió y continuó trabajando. Daryl asintió de forma rápida , sin saber de qué otra manera responder. Mientras trabajaba, Carol le habló más sobre Sophia, la llamada telefónica donde ella le decía que había hecho esquí acuático y sobre todos los amigos que estaba haciendo. Daryl escuchaba y seguía mirando las fotos en la nevera y antes de pensarlo, habló: "No ví una foto de su marido."

Carol levantó la cabeza, sorprendida por su repentina participación en la conversación, sus ojos se encontraron rápidamente antes que desviara la mirada, con la cara roja. Pensó que él no había querido decir eso realmente en voz alta, Carol sonrió ante su curiosidad, "Soy viuda."

Pedazo de mierda, lo has hecho bien Dixon, pensaba mientras se rascaba la parte posterior de la cabeza y miraba hacia abajo, "lo siento", murmuró torpemente, esperaba que decir eso fuera lo correcto.

"No lo sientas. Era un imbécil."


What the hell is wrong with me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora