Encender

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Antes de que todo el mundo se fuera yo me encontraba en medio de una crisis nerviosa,las respiraciones que algún día me enseñaron en la clase de educación física no servían una mierda.

Tararee en mi mente mis canciones favoritas,pero nada,siempre llegaba a un punto que no me acordaba que seguía de letra, y... ¡Eran mis canciones favoritas! 

Fue así como ayude a recoger la mesa y fingir que ayudaba a mamá en lo cocina,pero la verdad que lo único que hacía en la cocina era mojarme las manos,secarlas y el ciclo se volvía a repetir,hasta que mamá se dio cuenta y me mandó a hablar con mi nueva prima y su galán.

-¿Puedes por una vez sólo dejarme tranquila? ¿eh? ¿Si no se me da la gana de ir? No quiero mamá,no quiero verlo,ni a él ni a ella ¿va?

Mi mamá se quedó estupefacta y fue ahí cuando caí en la cuenta de lo fea que había sido mi reacción.

-Yo...mamá,yo lo siento-Dije mirando al suelo-

-Pensé que querías conocerlos,es todo,si no deseas hacerlo no puedo obligarte,ve a tu habitación si deseas.

Asentí y le obedecí,me encontraba recostada en la cama mirando al techo con los audífonos puestos,las canciones seguían pero yo no le ponía ni la mínima atención a las voces de los artistas,ni hacía recuerdo mental de sus nombres,sólo miraba el techo negro con puntitos brillantes,había decidido pintarlo como el cielo de la Antártida hace poco más de un año,porque siempre me había fascinado aquel cielo en las imágenes que miraba por internet,y deseaba tener un poco de ello en mi vida continua.

Cerré los ojos,me giré,abrí los ojos,me giré de nuevo,hasta que me sentí cómoda y me quedé quieta intentando atrapar el sueño.

.

.

.

Algo suave tocó mi rostro y se desplazó de mi mejilla derecha hasta la comisura de mis labios,me quité los audífonos haciéndome daño y me levanté de un salto.

-¿Qué? ¿Qué mierda?-Dije con el corazón en la mano-

-¿Te asusté? -Dijo Stephen observando mi habitación-Oye,esto es tan raro como el lugar donde duermo.

-¿Qué te hace pensar que puedes darme un infarto como este? No puedes entrar a mi habitación ,que por cierto,es privada e intentar besarme,sólo....no puedes.

-Es el cielo de la Antártida ¿verdad? Tengo una carpeta llena de esas fotos en el computador,los brillitos del techo-Dijo señalando-¿Se encienden de noche?

Me quedé callada,casi bufando,con los brazos cruzados mirando a la alfombra de la entrada.

-¿Qué pasa? ¿No vas a responderme? -Preguntó confundido- Oh vamos,sabes cuanto me gustan las galaxias y todo lo que tenga que ver con el espacio,comparte conmigo ese pequeño tip de decoración.

-No me hace gracia.

Se sentó a mi lado y de inmediato me alejé un centímetro de Él.

-An,me están esperando allá fuera,les dije que tenía una emergencia,hazme el favor de decirme si se encienden de noche las estrellas.

-Vete.

-An...

-Sólo,déjalo estar.

-Está bien,continúa durmiendo y ...tienes un buen gusto musical.

Me dio un beso en la mejilla y se marchó,escuche como encendieron el auto y como aquel sonido se fue alejando al igual que Él,era como tener una manualidad de esas que haces en la primaria,pero en vez de estar en la mesa estaban en mi corazón,enroscada y sin una solución de arreglo posible.

A las dos de la madrugada mi móvil dio un timbrazo,con medio ojo abierto leí el mensaje en la pantalla.

¿Se encienden de noche las estrellas?

Sonreí,dio un respiro y contesté.

Sí,lo hacen.



Él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora