Expiro

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Todo el viaje en auto es como un trance,uno del que me es imposible despertar,no soy An ahora,no puedo asimilar lo que está sucediendo,no vienes a ver a alguien que tiene gripa,o que está recuperándose de una operación,vienes a ver a alguien que está muriendo,y al mismo tiempo vienes a ver a alguien que te ha girado el  mundo en unos meses,desde el primer día,al que nunca has visto más que en coqueteos o hablando de la vida,al que nunca has visto lo más cercano a triste.

Mi mamá se apresura a preguntar a un doctor,le señalan una puerta,y me siento como un fantasma que sigo los pasos de mi madre para no caer ahora mismo de la realidad,subimos al segundo piso y llegamos a la planta de pediatría,no se han dado el trabajo de llevarla a sala de operaciones para intentar salvarle la vida,sólo están esperando su muerte,su muerte inevitable.

Mamá me acurruca en su pecho y me hundo en su piel como si no hubiera nada que me alivie en el mundo.

Y de pronto,sucede.

Un Stephen fuera de si tira con fuerza la puerta y corre sin fijarme siquiera en mi,corre a la nada.

Todo sucede como una película en cámara lenta,veo a la madre de Morgan caer de rodillas,mi madre se acerca y la abraza con todas sus fuerzas,y veo a  mi tío golpear la pared,una,dos,mil veces.

Los médicos se acercan,dos guardias de seguridad también,todos forman una barrera de silencio,nadie se atreve a interrumpir en un dolor como ese.

Morgan se ha ido.


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