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Hasta el momento tenía los ojos cerrados, al abrirlos estaba sentada en un sillón, temblando, con el brujo y su penetrante mirada puesta en mi.

—Bien, cuéntame cual es tu "gran" problema que te hizo venir hasta aquí.

—Pues... mi tía me mandó, me dijo que tu padre la había ayudado.

—Si, ella todavía le debe a él.

—Eso no me lo contó.

—Si lo que sea, ¿Por qué te mandó justamente conmigo?

—No lo sé, ella...

—Y tú, sin saber porqué te mandó conmigo, igual viniste, no eres muy inteligente, querida Cloe.

Me quedé en silencio, tenía razón, ni siquiera le pregunté a mi tía la razón por la que me mandó con el.

—Bueno, ¿Sabes qué? Vete ahora a tu casa, mañana por la mañana mandaré a uno de mis esclavos, ven con él y te daré la primera misión.

—¿Qué? Ni siquiera te he contado mi problema.

- Ya sé que es, querida, soy un brujo, puedo saber hasta cuál es tu peor temor y cuál será la causa de tu muerte.

Me dió un escalofrío, esto ya no me está gustando,  y yo pensaba que esos seres raros eran los que daban miedo.
—Vete ya.

—Pe...

—Cállate y vete, no te quiero escuchar.

—Sól...

—¡Te dije que te fueras! —Se paró y se puso en frente mío, señalando la puerta con su dedo, mirándome con esa negra y penetrante mirada.

—Ya, ya me voy ¿A qué hora vengo?

—Ya me tienes harto —Salió de lo que yo suponía que era la sala y fue a una habitación cercana, escuché un gran ruido que me hizo saltar de mi lugar.

Ya estaba tardando mucho, ya pasó más de dos minutos y yo sólo miraba a todas partes, inspeccionando el lugar.

Me volvió a entrar un escalofrío cuando vi cuatro pares de ojos en una esquina, atrás de un armario.

—Cállate y no le digas al amo que estamos escuchan...

—¿¡Qué mierda hacen aquí!?

—Em... yo, nosotros...

—Váyanse ahora antes de que mande a que traigan a los murciélagos.

—Ya no vamos, señor.

—Eso no te favorece a ti, Zayn, eres el único vampiro que es alérgico a los murciélagos.

—Cállate, yo no fui el que tuvo la gran idea de convertir a uno de sus mejores amigos en su esclavo —dijo mirando a... el brujo, no sé como llamarlo y tengo miedo de hacer algo malo.

—No mencionen el tema y larguense de aquí, ahora.

—Si, amo.

—Y tu, te dije hace cinco minutos que ya no te quiero ver y sigues sin hacer caso, eres muy terca, querida Cloe, lo siento, pero esto te dolerá —Sacó su varita y la apuntó hacia mi, dijo unas raras palabras nuevamente y en cuestión de segundos, estaba en la cocina de mi casa.

Estaba un poco mareada, hace días no como bien. Fui hacia la heladera para ver que hay pero lo único que encontré era un plato con una tapa. Era raro, no recuerdo que yo lo puse.

Lo saque de la heladera y noté que había una nota detrás "Cambio de opinión, esta es tu primera misión, querida Cloe"

Saqué la tapa y pegué un grito cuando vi que era una cabeza, no de una persona, era una cabeza verde, parecía de un animal.

Esto se está complicando, tengo miedo, no conozco a nadie y estoy con un gran problema en mi cabeza, el único en el que puedo confiar es en el brujo.

Lo malo es que ni siquiera él transmite un poco de confianza.

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- Yani.

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