Por medio de una fanfic - YoonMin

02. Deja de mirarme, idiota.

YoonGi

-Me da otro, por favor.

-¿Otro? Ya lleva demasiados, joven.

-¿Y? Deja de contar lo que tomo y dame otro, ¡joder! -Grité desesperado y el pobre chico sólo asintió, dándome otro shot de vodka.

La pequeña chica que me acompañaba desde hace unos pocos minutos, rió y tocó mi muslo con sus repugnantes manos, mirándome.

-¿Qué te pasa, oppa? ¿Estás demasiado estresado? -Sentí asco al ver como subía su mano hasta mi estrepierna y bufé quitando su mano.

-Primero, no me llames oppa, no soy nada tuyo para que me llames así, segundo, sí, estoy bastante estresado y tú no ayudas en nada, Hye.

-Oh, lo siento, ¿qué deseas que haga por ti, eh?

Un polvo, pensé. Y así lo dije.

-Un polvo y que después te vayas.

Y es tan puta que hizo lo que le pedí.
Tomó mis manos y me llevó a los pequeños baños que había en ese exclusivo bar. Entramos a un cubículo y me sentó bruscamente en el retrete, bajó mis pantalones y después mi bóxer. Ya sabía lo que venía y simplemente, me dejé llevar.

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Cuando terminé, la alejé, saliendo de ella bruscamente, dejándola en una posición demasiado provocadora pero que a mí sólo me causó asco.
Subí mis pantalones rápidamente y le lancé unos $20000 won.

-Tomalos, para que no te sientas tan mal después de como te traté.- Dije en tono burlón y salí rápidamente, riendo.

¿Debería dejar de ser tan cabrón? No, no debo, me dije mentalmente.

Cuando salí me arrepentí de no haber tomado algo que me cubriera del maldito invierno de Seúl, también debí tomar mi auto. Suspiré y comencé a caminar, ya con mi cubre bocas negro, gorra y anteojos, para no ser reconocido, caminé hacía la casa que compartía con todos mis compañeros de grupo.
Pasé por una pequeña tienda donde vendían cupcakes y pensé en alguien que le gustaría una docena de ellos, sonreí de lado y entré, haciendo sonar una pequeña campanita.

-Bienvenido a Cupcake World, ¿qué va a querer? -La que creo era una niña me sonrió, coqueta, maldita mocosa puberta.

-Quiero una docena de esos cupcakes que tienen a un osito con cabello rojo, ¿si es un oso? Parece un oso. ¿Los puede poner como regalo o algo así? Son para mi novio.-Dije rápidamente, sonriendo falsamente, ganandome una mirada de decepción.

-Oh, novio... En un momento regreso.

La mocosa desapareció de mi vista, tomando los cupcakes que le indiqué.

Seguro le van a gustar, el cabello rojo que tenía el adorable animal, me recordó bastante a él, probablemente los cupcakes están inspirados en él.

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Ya con los cupcakes en una bonita bolsa, llegué a la casa, sorprendiéndome al ver a Tae y Jeongguk afuera, besándose tiernamente.

-¡Pequeños idiotas! ¿No les da miedo que los vean? Sin vergüenzas.- Solté un bufido y los empujé ya que invadían la entrada y cuando entré, sentí una mirada sobre mí. Hoseok.

-¿Qué traes ahí, Hyung?

Ignoré su pregunta al ver como Kook bajaba corriendo rápidamente las escaleras, casi cayéndose. ¿En qué momento entró y subió?

-¿Qué te sucede, Kook?

-¡Hyuuuung! ¡El pitufo me quiere golpear! -Dijo con un puchero y yo reí.

-Creí que no estaba en casa, ¿por qué te quiere pegar, Kookie?

-Porque le dije enano.

Comencé a reír como idiota y golpeé el hombro de mi dongsaeng.

-Sabes que a Jiminnie le molesta mucho que lo jodan con su estatura.

-Me fue imposible, Hyung.

Ignoré lo que Jeongguk dijo y solté un pequeño grito, llamando a mi dongsaeng favorito.

-¡Park! ¡Mueve tu gordo trasero hasta aquí! ¡Tengo algo que darte! ¡Apúrate!

Escuché unos cautelosos pasos provenientes de las escaleras y escuché su hermosa voz.

-Hola hyung.

Es mi jodida imaginación o ¿acaba de sonrojarse?

-Esto es para ti, Jimin.- Dije entregándole los cupcakes que había comprado anteriormente para él y le regalé una pequeña sonrisa.

-G-gracias, hy-hyung...- Me miró con nerviosismo y yo, como el cabronazo que soy, comencé a reír, iba a burlarme de él.
-¿Por qué te sonrojas, eh, Park? ¿Acaso te gusto? -Le guiñe el ojo y, creo que logré sonrojarlo más. Que adorable, pensé.

-¡N-no! ¡C-claro que n-no, h-hyung! - Su redonda cara comenzó a hacerle competencia a su cabello. Reí más.

-Sólo bromeaba, tranquilo, mocoso.

Jimin no dejaba de mirarme fijamente sin decir nada, ¿qué me veía? ¿tengo un mono en la cara o qué?

-Deja de mirarme, idiota.-Dije nervioso, su mirada me estaba poniendo nervioso, pero, ¿¡POR QUÉ!?- ¿No vas a abrir aquello?

-P-perdón, hyung.

¡Deja de tartamudear, joder Jimin! ¿Qué te sucede hoy? Dios.
¡Hey! ¡Mejillas! Dejen de sonroj... Espera, ¿qué? ¿Por qué mierdas mis mejillas están calientes?

-Olvídalo, me largo, muero de sueño.

Vi que Jimin iba a decir algo pero simplemente lo ignoré, dándole la espalda y subí hasta mi habitación.

¿Qué le pasa hoy a todo el mundo? Y, ¿qué me pasaba a mí hoy con mi Jiminnie?

Espera, ¿¡MI!?

Joder, realmente necesitaba descansar. Follar con tanta cabeza hueca, me estaba pegando su idiotez.